sábado, 20 de octubre de 2012

El síndrome de Emmanuelle

París 1975. Los muchachos de 16 años de un colegio religioso de Madrid llegaban a la ciudad en su viaje de COU. Y lo primero que se hizo esa noche fue buscar un cine donde pudiéramos ver Emmanuelle. Meses oyendo hablar de esta película en una España beata y puritana que estaba a punto de acabar con la muerte del decrépito dictador. En un colegio donde ser pillado con una revista porno de la época era castigado con la expulsión. 
La belleza de la holandesa Sylvia Kristel a los 22 años y su suave francés nos dejó boquiabiertos, impresionados de por vida con aquella película de seudoporno. También me dejó impresionado descubrir que el profesor de Matemáticas, religioso, era un aficionado irredento al coñac, que repetía por el Hotel una broma de Fernando Esteso de aquel tiempo: "coñac La Parra, el que la coge, la agarra". 
La vida y muerte de Sylvia Kristel no ha debido ser fácil: adicción a drogas, tabaquismo empedernido y cáncer de garganta invasivo. Mejor no ver ninguna foto reciente, mejor recordar a una mujer bellísima, alimento de las fantasías eróticas de millones de adolescentes, y no tanto, en el mundo. Descanse en paz.
¿Y que tiene que ver esto con la Medicina? Nada. La nostalgia no es una enfermedad. 

6 comentarios:

  1. Hola Vicente, pues para los que íbamos al Liceo Francés, esta primera película de Sylvia Kristel nos pilló con 14-15 años, te puedes imaginar lo que supuso. En el Liceo circulaban las fotos de la película e incluso un tiempo después alguien consiguió el video y hubo sesiones clandestinas en su casa de Majadahonda ... Fue una película muy importante para nosotros, más que el Ultimo Tango, publicada un par de años antes ... Que tiempos ... Q.D.E.P.

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    1. Empiezo a estar viejo porque cada vez me vienen más a la mente sensaciones y recuerdos juveniles.
      Saludos

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  2. Vicente:El pasado es lo que nos forma, es lo único que nos puede servir para juzgar.(O.W)
    (El médico me dijo.)

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  3. Si tiene que ver. Y mucho!
    No s ayuda a aceptar que somos como los demas con pasiones, gustos y "vicios".
    Esos que intentamos muchas veces censurar a los pacientes.
    Recuerdo a Emmanuel y tambien a Maria Schneider, personalmente pàra mi mucho mas cerca de mis fantasias.
    La pude ver en Perpignan y el honor de ser excomulgado durante un tiempo.
    Tambien ella tuvo un final duro y trágico en el 2011, el mismo dia en que naci yo (honor de compartir un 3 de febrero)
    Recordar esas humedades nos situa en el paso del tiempo, en lo efímero de la vida, en el deterioro y nos recuerda nuestro destino:el morir.
    Como aquella magnifica pelicula de Houston, Paseo por el amor y la muerte. Eternas compañeras.
    Justamente lo que mas nos cuesta aceptar de nosotros y de nuestros pacientes.
    Te agradezco esa necrológica

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  4. Los que merendamos con María Luisa Seco todas las tardes notamos el cambio con la Emmanuelle.
    A mí también me vienen recuerdos juveniles. Por ejemplo, salta al vacío Félix Baumgarther y me acuerdo de Torrebruno con su canción "vuela , vuela, Gagarin". Creo que es un caso más grave el mío.
    pipurrax

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  5. RIP Yo también la amé. Y también me acuerdo del coñac La Parra

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