domingo, 13 de octubre de 2013

Recordando a la talidomida

La historia de la talidomida conviene ser contada a los que la desconocen y recordada a aquellos que si la conocemos. En España fue retirada del mercado en 1963, dos años después de que se conociesen los efectos adversos. Los que nacimos a finales de los años 50 y principios de los 60 del siglo XX pudimos ser niños de la talidomida. Todo mi apoyo a los afectados
En el año 1953, el Dr. Wilhem Kunz sintetizó la molécula de la talidomida (Thalomid) para la compañía farmacéutica Ciba y, otra compañía alemana, Chemie Grunenthal, asumió la responsabilidad de su comercialización en 1954. Tras 2 años de experimentación en monos, ratas, conejas y perras embarazadas, la compañía presentó los informes del fármaco ante las autoridades alemanas como inocuo y sin efectos secundarios, por lo que fue aprobado para el tratamiento en seres humanos. Inicialmente se ensayó como antiepiléptico sin que se demostrara su eficacia. Después se utilizó en ensayos clínicos como antihistamínico para las alergias, en las que resultó un fracaso, y posteriormente se descubrió su capacidad como sedante, siendo una buena alternativa a los barbitúricos.
El 1 de octubre de 1957 se comercializó como nueva píldora para dormir con el nombre de “Contergan”. Este efecto farmacológico fue aprovechado para el tratamiento de los síntomas del embarazo como la ansiedad, el insomnio, las náuseas y los vómitos. Su publicidad aseguraba su inocuidad y su uso se extendió rápidamente por Europa, África, América, Australia y Canadá, por lo que en 1957 se convirtió en el medicamento de elección para tratar las molestias iniciales de la gestación. La talidomida se distribuyó en 50 países con 80 nombres comerciales y a finales de los años cincuenta era el tercer fármaco más vendido en el mundo.
La talidomida no fue aprobada nunca en Estados Unidos debido al escepticismo de la Dra. Frances Oldham Kelsey, funcionaria recién incorporada a la Food and Drug Administration (FDA), que quiso tener pruebas más convincentes de la seguridad del medicamento en los embriones humanos. La compañía Richardson-Merrel, ubicada en Cincinnati, tenía dispuestas 10 millones de tabletas listas para entrar en el mercado y solicitó la aprobación del medicamento ante la FDA en febrero de 1961. A pesar de la presión ejercida por los abogados de la compañía, la petición fue rechazada en seis ocasiones por la Dra. Kesley, por parecerle insuficiente la documentación presentada.....

Podéis leer el resto en el artículo completo del Dr. Santiago Pintado publicado en la revista JANO en 2009.

2 comentarios:

  1. Todo mi apoyo a los afectados, parece increible que pasen estas cosas cuando esta en juego la salud de la gente, muy buen post

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  2. Esto demuestra que los medicamentos no funcionan de la misma forma en animales que en seres humanos y que a determinadas entidades les mueve más el afán de ganar dinero que en las posibles consecuencias

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