jueves, 31 de marzo de 2016

¿Hay una guerra contra la homeopatía?

Really? A war on homeopathy? No! It’s a struggle against misinformation
Una guerra contra la homeopatía? ¡No! Es una lucha contra la desinformación
Edzard Ernst

Como remate a las numerosas intervenciones públicas en radios y televisiones que he tenido sobre la homeopatía en los últimos meses, me quedaba el debate preparado por el programa Cuarto Milenio, al que he acudido en varias ocasiones por diversos temas (reiki, experiencias cercanas a la muerte y zika). Mi único objetivo: la divulgación científica y del pensamiento racional en un programa popular con una media de casi un millón telespectadores en cada programa.

Los debates televisivos están sometidos a las reglas generales de la televisión: intervenciones breves, conceptos sencillos para cualquier tipo de público... y generar interés en la audiencia. Los temas científicos no son fáciles de llevar a este formato, hablar de la homeopatía a un público lego en la materia y que probablemente tenga una idea vaga del tema, es aún más difícil.
Hablar del placebo requiere algo más de 20 segundos de discurso, hablar del valor de un estudio científico comparado con otro también, hablar de porqué la gente se siente mejor con terapias sin fundamento científico no se puede hacer con titulares. Estos y otros temas si se pudieran explicar al público general con un poco de calma, estoy seguro que el pensamiento racional y científico sería mayoritariamente aceptado por nuestra sociedad. Es triste que no haya de forma regular  -¡bendita Órbita Laika!- programas de divulgación científica en nuestras televisiones.

Si además, las personas que van a hablar de ello no mantienen un tono suave y lanzan acusaciones infundadas y demagógicas nada más empezar, la tarea divulgadora es más difícil.
De todo esto hubo en el último programa de Cuarto Milenio sobre homeopatía.
Aún así, revisando la grabación, no estoy del todo satisfecho del resultado pero podía haber sido peor si se hubieran emitido las alusiones personales que me hizo unos de los contertulios de forma muy inapropiada.

Los mensajes claves fueron:



Los que quieran ver el programa completo:
http://www.mitele.es/programas-tv/cuarto-milenio/temporada-11/programa-447/

Nota:
Los productores retribuyen mi presencia en cada programa con un importe neto de 240 euros 

lunes, 21 de marzo de 2016

Cuando lo más eficaz choca con un mayor riesgo. AINEs y dolor artrósico


El dolor y la limitación física que sufren los pacientes con dolor articular debido a la artrosis es uno de los motivos de consulta más frecuentes entre personas de más de 65 años. Sea la cadera y las rodillas - como lugares de mayor frecuencia de artrosis - u otras articulaciones periféricas o la espondiloartrosis, el dolor precisa de un abordaje analgésico, además de las medidas no farmacológicas -tan importantes en esta patología - como son la reducción del sobrepeso, la actividad física regular y las medidas ortopédicas que reduzcan la carga.

La prescripción más frecuente en estos pacientes es el paracetamol, seguido de alguno de la miríada de AINEs que tenemos a nuestra disposición. Este abordaje era el recomendado por las diferentes guías de manejo de la enfermedad. Sin embargo, ¿es ésa la mejor evidencia?

En The Lancet del 17 de marzo se publica un interesante metanálisis (descargado a texto completo por Clinical Key de la Biblioteca Virtual de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid) evaluando la eficacia de distintos AINEs, paracetamol y placebo en el dolor y la limitación física de la artrosis. Setenta y cuatro ensayos con 58.556 pacientes evaluados mediante la técnica del network meta-analysis que nos ofrecen unos resultados en parte inesperados. 

Celecoxib fue el fármaco más estudiado con 39 ensayos. En la recogida de los estudios se ve muy claro que la presencia de los AINEs desarollados en los últimos años son los que presentan un número de ensayos clínicos de mayor calidad y extensión en detrimento de AINEs de más largo recorrido. Afortunadamente, estos medicamentos eran comparados con otros AINEs de interés clínico como son naproxeno, ibuprofeno y diclofenaco. Las dosis y fármacos que presentan mayores trabajos son celecoxib 200mg/día y naproxeno 1000mg/día.

Uno de los datos que más me han sorprendido es que paracetamol <2000 mg/día y 3000 mg/día, diclofenaco 70 mg/día, naproxeno 750 mg/día y ibuprofeno 1200 mg/día no alcanzaron una evidencia estadística de un efecto superior al placebo. Realmente, choca con nuestra práctica diaria y la recomendación de uso de paracetamol y AINEs a dosis bajas por seguridad, pero también porque creíamos que eran más eficaces que el placebo. Respecto a la mejoría de la función física, los datos son equivalentes. 
De todas las valoraciones, solo diclofenaco 150mg/día y etoricoxib 60mg/día alcanzaron la máxima probabilidad de diferencia clínica mínima relevante

La conclusión de los datos nos lleva a afirmar que diclofenaco 150mg/día es el AINE que alcanza la mayor efectividad en el control del dolor y la mejora de la funcionalidad física y que el paracetamol está más cerca del efecto nulo. Sin embargo, y el propio artículo lo dice, debemos sopesar la decisión en base a toda la información que hemos acumulado en los últimos años sobre la seguridad de los AINEs en diversas circunstancias (cardiovascular y gastrointestinal).
La duración de los ensayos era muy cercana al uso real (12 semanas) dada la tendencia ya consolidada de uso intermitente de AINEs en pacientes ancianos o de mayor vulnerabilidad.

Estos datos ponen en cuestión la practica más habitual y plantea dudas sobre la mejor analgesia para ofrecer a los pacientes. Tanto diclofenaco como etoricoxib presentan unos relevantes riesgos de seguridad asociados a su uso, tanto en efecto hipertensor como asociado a riesgos cardiovasculares. Por estas razones, diclofenaco es un medicamento que tenía una claro tendencia al retroceso. 

En mi opinión, aunque no estemos usando el máximo potencial de los AINEs en el dolor artrósico, el balance beneficio/riesgo debe pesar aún más en este caso que en otras comparaciones. Naproxeno es eficaz e ibuprofeno a dosis máximas también. Con estos elementos y la prudencia clínica creo que nos debemos manejar. 

sábado, 19 de marzo de 2016

Entrevista para la Agencia Sinc. Una gota más... sin diluir

“Aceptar la homeopatía es abrir puertas al pensamiento mágico en la salud”

Vicente Baos Vicente (Madrid, 1958) es una de las caras más conocidas en los programas que tratan de desenmascarar la homeopatía. Para Baos, que ejerce la medicina de familia en Madrid, “la intuición, la sensación y la creencia son el caldo donde se alimenta el pensamiento mágico. Ese es el terreno abonado para las pseudoterapias”. Según él, lo mejor para combatirlas es el desprestigio social.

Verónica Fuentes | | 18 marzo 2016 09:30
Vicente Baos en su consulta de atención primaria en Collado Villalba (Madrid). / Sinc
‘Lo similar cura lo similar’ y ‘la dilución incrementa la potencia’ son dos de las principales doctrinas de la homeopatía, pseudoterapia que se fundamenta en la administración de cantidades infinitesimales de sustancias que, si se aplicaran en grandes proporciones a un individuo sano, producirían los mismos síntomas que se pretenden combatir. Se supone que estos productos son más efectivos cuanto más diluidos están.
La forma más habitual de preparación de una dilución homeopática es mezclar 1 mililitro de la sustancia original con 99 mililitros de agua. De esa dilución de 1 CH (Centesimal de Hahnemann), se coge de nuevo 1 ml y se repite la operación; así se consigue una dilución de 2 CH. Cuando este proceso se ha reiterado 10 o 12 veces, no se cuenta con ninguna molécula del principio activo. Son normales los medicamentos homeopáticos con diluciones de 30 CH.
Vicente Baos lleva años utilizando el método científico para luchar contra esta pseudomedicina. Como miembro de la red de expertos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), es un firme detractor de la homeopatía.

¿Hay alguna prueba de que la medicina homeopática funcione?

Los estudios que publican –en revistas del ámbito homeopático que ellos mismos financian y editan– son, en general, de nula relevancia. Crean un montaje absolutamente caótico de física avanzada con fantasías. Su teoría es que, dado que las ultradiluciones van más allá del número de Avogadro y no hay molécula para dar una justificación a la memoria del agua, algo hay que actúa aunque no sepan ni definirlo bien. Incluso existe una revista editada por ellos que se llama International Journal of High Dilution Research. Por supuesto, ninguna revista de prestigio científico publica nada que justifique que la homeopatía tiene algún mecanismo de acción.

¿Todos esos estudios de los que hablan tienen alguna consistencia?

En primer lugar, no poseen ninguna implicación clínica, y además habría que cuestionarlos metodológicamente. Los 1.500 trabajillos de los que siempre hablan no tienen ninguna evaluación fuera de su propio ámbito. Ellos se citan a sí mismos y se alimentan de sus propias investigaciones. Fuera de ellas todo el mundo que las conoce sabe que no valen para nada.

Entonces, ¿por qué tanta gente cree en la homeopatía?

Esa es la gran pregunta, pero podría ser la misma para la religión, ¿por qué tanta gente cree en ella? El ámbito de las creencias y de los mecanismos que justifican efectos en las personas es un interesantísimo mundo fuera del ámbito científico donde se mezcla la neurociencia y el efecto placebo. Esto lo saben los que practican terapias alternativas, lo aprovechan y de eso se alimenta el efecto social. No obstante, el método científico no encuentra nada en la homeopatía; eso se puede afirmar con toda rotundidad.

¿Puede ser un problema de educación?

Educación no es. Incluso creo que la gente con menos educación formal es más cauta y menos creyente. A veces se da un fenómeno contrario: a mayor nivel de formación, más crédulos son en esto. De hecho, gente muy preparada cree en la homeopatía. ¿Falta cultura científica? Mucha. ¿Esto solo se arregla dando más cultura científica? No. Alrededor de la intuición, la sensación, la creencia es donde se alimenta el pensamiento mágico, muy presente a lo largo de la historia de la humanidad. Ese es el terreno abonado para las pseudoterapias, el pensamiento de que ‘yo creo en ello y a mí además me va bien’.

¿Cómo podemos luchar contra esta epidemia?

El desprestigio social es lo que funciona. Convencer a un homeópata de que lo suyo no es nada resulta imposible porque es una creencia arraigada y la gente tiende a evitar las disonancias cognitivas, es decir, a rechazar lo que va en contra de sus creencias más profundas. Un ejemplo serían las famosas pulseritas Power Balance, la gente que las usaba empezó a no hacerlo cuando se creó la sensación de que era un poco ridículo. La inmensa mayoría de la gente lo abandonó, independientemente de si antes creía que hacía algo o no. Pero si el pensamiento social es crítico, algo se abandona y se olvida. Aunque habrá otra cosa que salga, eso es inevitable.

Los que criticamos la homeopatía pensamos que hasta ahora ha habido un pensamiento social permisivo, con la idea de que si no hacía daño, daba igual. Creemos que eso es abrir la puerta al pensamiento mágico en la salud y puede provocar que mucha gente abandone terapias formales por estas supercherías. Nos parece muy peligroso, la sociedad debe tener muy claro lo que puede esperar de la ciencia y sobre lo que la ciencia no tiene respuesta.

¿Hace falta alguna formación específica para prescribir homeopatía?

No está regulado. Si un médico homeópata te lo recomienda, vas a la farmacia y lo compras. De la misma manera, si vas a una farmacia y dices que quieres un producto homeopático, te lo dan. Incluso podrían recomendártelo. Su venta no tiene ninguna restricción, son productos alegales. Se rigen por una regulación del año 94 que permitía su venta y consumo, pero no poseen una regulación según su análisis. Así empezó nuestra queja, porque la regulación que los igualaba a los medicamentos formales indicaba que solo tenían que demostrar su calidad, no su eficacia ni para qué enfermedades están indicados. Eso requiere un ensayo clínico y ellos no lo quieren. Con lo cual se les llama medicamentos y no lo son.

¿Cómo puede tener una regulación algo que no cumple ninguno de los criterios que se le pide a un medicamento?

Llámenlos productos, sustancias, lo que quieran, pero nunca medicamentos. El problema es que eso viene en la Ley general del medicamento y en la Regulación europea, que lo incluyó como un tipo de ‘medicamentos’ especiales. La denuncia no va en contra de España, sino que realmente es uno de los absurdos más grandes que hay en la regulación europea de productos para la salud, ya que no debería incluir algo que no es nada. La culpa la tienen evidentemente los lobbies que lo autorizaron en su tiempo, que fundamentalmente provenían de Alemania y Francia. En España su consumo es legal, pero no han pasado por el filtro que obliga la ley a través de la Agencia Española del Medicamento, que regula, analiza y registra esos tipos de productos.

¿Se sabe cuánto factura al año la industria homeopática?

Siempre salen las cifras de Boiron, que es la empresa sobre la que más se habla, pero no es la única, ni mucho menos. Parece que su facturación en España es de 25 millones de euros. Piensa que es una facturación de mínimo gasto, su producción es muy barata, azúcar y agua. Son todo ganancias…

La semana pasada Boiron ofreció una rueda de prensa que pretendía dar cuenta del ataque que, según ellos, está sufriendo la homeopatía. ¿Cree que empiezan a temer que cale su falta de evidencia?

Exponiéndose públicamente muestran sus debilidades, así que esperamos que sigan así. Se vio el ridículo que hicieron en cuanto hubo preguntas un poco comprometidas. Realmente me imagino que sí están nerviosos, porque antes vivían en un anonimato muy confortable. Nadie hablaba de esto y se iba vendiendo. Pero como afirma Edzard Ernst, experto en la evaluación crítica de todos los aspectos de la medicina alternativa, “no es una guerra contra la homeopatía, es una lucha contra la desinformación pública”. Nosotros no estamos en contra ni queremos que se prohíba, pero sí que la gente conozca bien qué es y actúe en consecuencia y con responsabilidad.

¿No existe nada más allá del efecto placebo?

Hay que tener en cuenta que el efecto placebo es algo tremendamente complejo de estudiar porque induce modificaciones en la propia biología. Además, por cuestiones éticas, el placebo está prohibido en medicina. Por eso no existe ningún preparado en la farmacia que se llame ‘placebato’ y que yo pueda prescribir para propiciar tal efecto. La diferencia es que una sustancia que afirma una supuesta curación debe tener un mecanismo de acción, si no, es magia potagia.

Es como si hablamos de la empatía como mecanismo terapéutico, que claro que existe. Un paciente se siente mejor si es atendido por un médico que es amable y comprensivo que si es atendido por un borde. En las relaciones terapéuticas la empatía es una pieza clave. Pero otra cosa es engañar a un paciente con una pastilla de agua y azúcar. Es mentira que los médicos homeópatas sean más humanistas. Ellos cobran dinero y viven de ello, por lo que van a defenderlo a capa y espada. 

En relación con su argumento sobre la memoria del agua, ¿no tiene suficiente memoria como que para cualquier gota de cualquier grifo no pudiera considerarse homeopática?

La historia de la memoria del agua se encuentra en el principio de los tiempos homeopáticos, con Samuel Hahnemann. El tema es que, en el siglo XX, científicos quisieron demostrarla, como el famoso Jacques Benveniste, que fue el que hizo más pruebas. Pruebas que fueron desmontadas todas en el momento en que otros físicos hicieron un análisis de sus estudios. Más recientemente, científicos muy prestigiados como Luc Montaigner, uno de los codescubridores del virus del sida, ha seguido investigando en este tema, con nulos resultados, aunque lo paseen de un sitio a otro como el nuevo mesías de la homeopatía.

La memoria del agua es un concepto que no tiene ninguna base y cualquier físico o químico bien formado lo desecha inmediatamente. Hablar de una dilución de 30CH es hablar casi de la probabilidad de encontrar una molécula en toda el agua contenida en el planeta tierra. Es decir, absolutamente absurdo.

¿Cómo valora el tratamiento que los medios hacen de la homeopatía?

Lamentablemente, durante años muchas revistas llamadas femeninas han dado pie a la medicina natural, a la homeopatía y a todas estas tonterías. De ahí su popularidad. Afortunadamente cada vez hay más información científica de calidad y poco a poco se va difundiendo a través de los medios generalistas. Aunque lamentablemente todavía existe ese modelo de equidistancia periodística (a favor y en contra) y, como cada uno repite sus argumentos, no se llega a ninguna conclusión. Creo que hay cosas en las que la sociedad y los divulgadores se tienen que mojar. Hay temas que ya nadie cuestiona, por ejemplo, no verás en los medios a nadie que apoye la violencia de género. Pues en ciencia realmente existen barbaridades y parece que todavía hay que dar voz a la gente que las promueve. Pero se va avanzando… 



Nota:
Gracias a Verónica Fuentes por la entrevista

Cuando me refiero a que es mentira que los médicos homeópatas sean más humanistas, me refiero a un argumento utilizado por ellos a menudo. Lo dicen como un valor añadido a su terapia. La razón que arguyen es que dedican más tiempo (de consulta privada remunerada) y compresión "holística" de los problemas de salud del paciente. La relación médico paciente basada en la empatía es una necesidad y un valor global de la práctica médica, aplicado por la inmensa mayoría de los médicos, pero hay una diferencia fundamental, ellos concretan su terapia en la nada (productos homeopáticos) y el resto en el mejor conocimiento científico demostrado para el bienestar del paciente.

jueves, 17 de marzo de 2016

Las pseudociencias y la "mala práctica médica"

"Suicidio homeopático" Julio 2014
Uno de los artículos más interesantes para reflexionar sobre las pseudociencias y su relación con la práctica médica "convencional" se ha publicado hace unos días. Abel Novoa, presidente de la plataforma No Gracias nos describe en No hay mala homeopatía una hipótesis, fundamentada en unas excelentes referencias, sobre la relación existente entre los fenómenos de la medicalización de la vida y las malas práctica médicas con el incremento del uso de las terapia pseudocientíficas en las sociedades desarrolladas.

La esencia del artículo estaría en que las malas prácticas médicas, es decir, aquellas que se aplican al paciente que no son fruto de buenas evidencias o provocan un consumo de terapias con riesgo asociado, provocan el desencanto de los mismos y la búsqueda de unas terapias "alternativas". Asimismo, la medicalización del "malestar", es decir, la aplicación de terapias farmacológicas para aliviar los problemas de la vida que no son enfermedades manifiestas, generan frustración y desencanto en los pacientes. La práctica médica habitual identifica el malestar como patológico y aplica terapias innecesarias, según el artículo referenciado con citas de Luis Carlos Silva: La investigación biomédica y sus laberintos

Ciertamente, hay muchos elementos en la medicina del siglo XXI que están marcadas por la medicalización de la vida y las terapias que tras años de uso, son fuertemente cuestionadas. El uso de la terapia hormonal sustitutiva en la menopausia, el uso masivo de los antidepresivos en numerosos aspectos de la vida cotidiana según las clasificaciones de la DSM IV y V, el sobreuso de las estatinas en prevención primaria, medicamentos como los COX2 vendidos como panaceas que resultaron de mayor riesgo que beneficio, etc. La medicina, como argumenta Abel y sus referencias es capaz de cuestionarse y rectificar, a veces contracorriente, mientras que las pseudociencias son incapaces de asumir su absurdo y manipulación.

Sin embargo, la relación entre los errores y desviaciones de una práctica médica correcta y bien evaluada en el beneficio/riesgo con el uso y crecimiento social de las pseudociencias no la veo tan clara. Igualmente cuando se asocia la prisa, la deshumanización y la falta de empatía con la medicina y todo lo contrario con las pseudociencias que juegan a la manipulación de la empatía como elemento central de su terapia. La inmensa mayoría de los médicos, creo que en todo el mundo, buscan favorecer al paciente de forma amable y adecuada, incluso en las condiciones de premura y masificación que conllevan los sistemas públicos de salud. Atendiendo 10 pacientes al día y cobrando 80 euros por consulta no hay problemas de ese tipo.

¿Las disfunciones de la medicina son "aceleradores de las terapias alternativas? Creo que no.
Hay pacientes que usan las terapias alternativas diciendo que en la medicina no han encontrado la respuesta adecuada a su problema. Decir eso no quiere decir que hayan sido atendidos de forma inadecuada y que no se les hayan ofrecido las respuestas que la ciencia tenga para ese problema. En muchos casos, es la percepción del paciente de frustración al no alcanzar sus expectativas con las respuestas que la medicina tiene. Enfermedades autoinmunes, tumores de mal pronóstico, patologías psicosomáticas, "malestar de la vida" que genera ansiedad, frustración, insatisfacción son algunos de los problemas que presentan aquellos pacientes que buscan respuesta en las terapias "mágicas". Esta situación tiene más que ver con el sistema de creencias y expectativas de los pacientes que con la realidad de la práctica médica.

El análisis sociológico apunta a que las personas que más usan las terapias alternativas son mujeres de clase media alta/alta con un mayor nivel de educación y medios económicos. Esta gente es precisamente la que más fácilmente adquiere servicios sanitarios de la mayor calidad, tanto a nivel público como privado.
En el trabajo del  OBSERVATORIO DE LAS TERAPIAS NATURALES. Presentación del primer estudio sobre uso y hábitos de consumo de las terapias naturales en España de 2008 se definen las características de un perfil de pensamiento sobre la salud y el consumo de terapias alternativas más cercano a las situaciones propias de las sociedades acomodadas que al de personas maltratadas por un sistema sanitario que no las comprende. Asimismo, denotan un grado de incultura científica abrumador, incluso en las capas sociales más privilegiadas y mejor formadas. A pesar de los años transcurridos, ese perfil sigue siendo el mayoritario entre los consumidores de terapias alternativas, agricultura ecológica, etc. 

Como miembro activo de los grupos que llevamos adelante, no una guerra contra nadie: homeopatía u otras actividades pseudocientíficas, sino una lucha contra la desinformación social y la manipulación de la ciencia (la homeopatía usa los argumentos científicos fraudulentamente), creo que la denuncia de la "mala medicina" es un deber y una obligación de los médicos que se comportan con ética y el mejor conocimiento científico en beneficio de los pacientes. Y no es incompatible, sino una obligación, denunciar la "falsa medicina" que se encubre en las pseudociencias. Algo que hasta hace muy poco no hacía casi nadie en el ámbito médico. Antes de la plataforma #NoSinEvidencia no había muchas voces críticas con las terapias pseudocientíficas. Ha habido mucho silencio cómplice en las instituciones, sigue habiendo complicidad sospechosa en "sociedades científicas" como SEMERGEN y mucho titulado médico que ha conseguido claros beneficios con estas prácticas.

Para mí, la "mala medicina" y las pseudociencias, suponen dos problemas en el abordaje de la salud de la población. En resumen, deseamos una buena medicina, evaluada, criticada, analizada, en constante revisión por un lado; y por otro, que no haya ninguna mezcla de las pseudociencias con la medicina. Es imposible modificar los sistemas de creencias de una parte de la población, la diversidad humana lo permite y se debe respetar, pero la denuncia de la manipulación y del uso fraudulento de la ciencia para vender absurdos, se debe realizar.

jueves, 10 de marzo de 2016

Tsunami sobre la homeopatía

Los acontecimientos se han encadenado como si la caja de Pandora que oculta los secretos de la homeopatía se hubiera abierto, y en vez de curaciones milagrosas repartidas en forma de gotas ultradiluidas y sucusadas han aparecido todas las absurdeces que proclaman sus defensores, salpicando su supuesto prestigio social.

La rueda de prensa de la multinacional Boiron ha sido la esperpéntica puesta en escena de sus debilidades e incongruencias, poniendo en cuestionamiento no solo a una empresa, sino a toda una teoría y práctica defendida por un pequeño grupo de personas.

Mi  contribución a través de diversos medios de comunicación ha estado dirigida a explicar al público general los postulados por los que criticamos a esta pseudoterapia.


Programa completo previo registro en AtresPlayer Desde el minuto 14.


En Radio Nacional

Y todavía me queda el siguiente reto. Hablar de ello en Cuarto Milenio (próximamente en sus pantallas)  

domingo, 6 de marzo de 2016

Como la práctica de la medicina no es perfecta, también es pseudociencia


La última semana ha sido pródiga en noticias positivas para los que criticamos a la homeopatía como pseudoterapia. La Universidad de Barcelona retiró su máster, noticia recogida en El Mundo y que me permitió hacer unas declaraciones sobre este tema:
Para Vicente Baos, que está al frente de la iniciativa NoSinEvidencia, explica que la homeopatía "lamentablemente está demasiado extendida en cursos de posgrado. Las razones son varias. Por un lado, porque a gente desde dentro de las instituciones universitarias no le parece mal y sobre todo porque la crisis financiera ha dejado a muchas universidades públicas necesitadas de financiación que puede venir de estos cursos".
Para este médico de familia, defender esta tipo de pseudociencia, como él la denomina, "es una falta de rigor asombrosa. La ciencia avanza gracias a los ensayos que comprueban si una terapia es mejor que otra o si tiene eficacia. Lo que hacen quienes defienden la homeopatía es darle al efecto placebo un tono mágico, algo que revela la absoluta falta de rigor".
Baos recuerda que existen múltiples informes, del Gobierno australiano, del Reino Unido o del Ministerio de Sanidad español, que muestran que la homeopatía no tiene base científica y que no ha demostrado su eficacia sobre diferentes problemas de salud. "Por eso los homeópatas no abordan los grandes problemas de salud y se centran en patologías menores (que se pasan solas) o en aquellas con una amplia base psicosomática que mejoran con empatía, venga del médico o de la terapia que sea".
Desde NoSinEvidencia o CírculoEscéptico, plataforma de la que es miembro, Baos insiste en que pretenden que "la universidad represente la ciencia en estado puro y que no se mezcle con la impostura y la charlatanería. No podemos retroceder 200 años. Creo que poco a poco vamos a conseguir que las universidades se arrepientan de impartir o albergar cursos así y los retiren".
Durante estos días, medios de comunicación y televisiones se han hecho eco de la noticia, saltando a la actualidad este tema. Por supuesto, los defensores de la homeopatía, intentan dar su visión del tema. Uno de los argumentos favoritos es considerar que los llamados "escépticos", aquellos que criticamos las pseudociencias constituimos la nueva Inquisición que quiere imponer al resto su opinión y restar libertad a los individuos.
Este tipo de respuestas son esperadas y solo espero que la sociedad escuche y se forme su propia opinión sobre la homeopatía.

Sin embargo, de forma paralela, aunque algo relacionada, surge otro debate: ¿la medicina y su práctica clínica es un lugar donde solo se aplican las evidencias científicas de la más alta calidad? Si no es así ¿podemos llamar pseudociencia a la mala práctica médica?

Juan Gérvas @JuanGrvas en su papel de abogado del diablo nos ha recordado numerosos ejemplos donde no todo es bonito y sale bien en medicina, y además a veces, prácticas clínica extendidas y mal evaluadas pueden producir daño.
Con estos ejemplos podemos ver la línea de la crítica y sobre todo el uso de la palabra pseudociencia, igualando las prácticas basadas en el ritual mágico y absurdo y el efecto placebo con la medicina clínica que, a veces, produce daño o ausencia de beneficio.

Aunque seudo/pseudo significa falso, cuando hablamos de prácticas pseudocientíficas como la homeopatía o el reiki estamos refiriéndonos a su absoluta carencia de base física o química (científica) para explicar su acción en el ser humano; que no es lo mismo que cuando nos referimos a los efectos adversos de los medicamentos o a las prácticas exageradas o erróneas de la ciencia médica. 
No es bueno mezclar todo. La idea resultante es: si lo tuyo no vale para nada, lo mío tampoco, y todo es una mierda y un engaño. Creo que este tipo de razonamiento podría encuadrarse bien en alguna de las falacias lógicas. 

La base científica de la medicina no se puede cuestionar a estas alturas. Igual que podemos cuantificar los malos resultados, e incluso analizar la práctica clínica inadecuada, también podemos relatar los enormes beneficios de la medicina desarrollada científicamente en los últimos 100 años. No podemos poner, ni siquiera como autocrítica, un asunto al lado del otro. 

Cuando se analiza la producción científica sanitaria mundial hay tal cantidad de artículos que son imposibles de atender ni leer por cualquier médico práctico. La mayor parte carecen de interés para la práctica diaria y por ello, pasan al olvido. Los más relevantes o novedosos se van incorporando a la práctica médica. Siempre hay que mantener una "lectura crítica" de las evidencias, saber distinguir la buena calidad de la posible manipulación de una industria farmacéutica interesa en promocionar sus productos y que en ocasiones ha engañado a los médicos. Por supuesto, y así avanzamos.

Cada día, en las consultas, médicos bien intencionados y con un altísimo grado de formación aplican lo mejor de sus conocimientos a la salud de sus pacientes. Y la historia de la medicina está cargada de errores, pero también de muchísimos aciertos que hacen que la supervivencia del cáncer sea cada vez más alta, la prevención vacunal adquiere un nivel de protección como nunca en la historia, la reducción de los factores de riesgo vasculares reduzca la incidencia de la enfermedad que mayor número de muertos produce en nuestro entorno. Y muchos más ejemplos.

Sin embargo, las pseudociencias mágicas, espiritualistas, energéticas, dilucionistas y demás galería de absurdos, solo aportan la ilusión de curar, el placebo manipulador, y en algún caso, el terrible error de renunciar a la ciencia y morir por las pseudociencias. 

martes, 1 de marzo de 2016

Zika en Cuarto Milenio

Mi único interés en participar en un programa como Cuarto Milenio es contribuir a la divulgación científica en un espacio donde abundan y tienen cabida interpretaciones de la realidad que se alejan de la razón y de la ciencia. No es fácil y he asumido este reto ya en tres ocasiones. Mi valoración, a pesar de la exposición mediática que me supone y la posibilidad de recibir críticas e insultos en las redes sociales, es positiva. Probablemente, un programa de alta difusión merece que exista en su contenido, una voz que exprese el pensamiento racional y científico. O al menos, yo lo intento.

En el último programa sobre el virus zika titulado "Las sombras del Zika" (programa completo) las dificultades fueron mayores ante la presencia de una persona, Jaime Garrido que representa el papel de  un "conspiranoico" que considera este episodio y otros, como que haya un terremoto o un accidente de aviación, un elemento más dirigido por los "amos" para el establecimiento de un nuevo "orden mundial". Realmente hubo momentos del programa en los que sus palabras me provocaban irritación.

A pesar de ello, intenté explicar los elementos básicos de la alerta efectuada respecto a la posibilidad de que la infección epidémica en Centroamérica y Sudamérica del virus zika actual, tenga una relación causa efecto con graves malformaciones como la microcefalia. A pesar de ser una infección leve y a pesar de un posible incremento de los casos de síndrome de Guillain-Barré, el mayor riesgo está en la asociación epidemiológica entre la infección de una gestante por el virus y la encefalitis viral que puede producir en el feto.

Llevamos poco tiempo de desarrollo del estudio pormenorizado de la epidemia y todavía no hay respuestas concluyentes. La publicación en el NEJM de un caso bien documentado aumenta la probabilidad de la asociación: Zika virus associated with microcephaly. 

A continuación os presento enlaces con recursos actualizados sobre el virus zika:



http://www.nejm.org/page/zika-virus 



http://blogs.plos.org/synbio/2016/02/16/controlling-the-transmission-of-zika-and-other-mosquitoe-borne-diseases-by-using-genetically-engineered-mosquitoes/





http://www.who.int/emergencies/zika-virus/response/en/






http://ecdc.europa.eu/en/publications/Publications/zika-virus-rapid-risk-assessment-23-february-2016.pdf





http://www.bmj.com/content/352/bmj.i1062



http://www.newyorker.com/news/daily-comment/the-dangerous-conspiracy-theories-about-the-zika-virus?mbid=social_twitter