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miércoles, 11 de marzo de 2009

Lo "público", lo "concertado", los pobres pacientes

Estudié la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid en el Hospital Puerta de Hierro. Hice la residencia en Medicina de Familia en el Hospital Puerta de Hierro. Trabajo y vivo en el área sanitaria del Hospital Puerta de Hierro. Derivo a mis pacientes al Hospital Puerta de Hierro. He estado ingresado y operado en dos ocasiones en el Hospital Puerta de Hierro. Con todo ello, quiero afirmar que me considero implicado en el buen funcionamiento del Hospital Puerta de Hierro.
Desde su inauguración en su nueva y flamante sede, el funcionamiento de la administración, citas y flujo de pacientes, digamos suavemente, deja mucho que desear. Tengo pacientes esperando ver los resultados de pruebas ya realizadas, por ejemplo: urografía y ecografía por una hematuria para el 5 de Junio; paciente desesperado con una neuropatía por atrapamiento en un brazo esperando un electromiograma que se va a Suecia donde vive su hijo para que le atiendan, y otros casos que no entro a detallar.
La solución que se les ofrece siempre es que acudan a Atención al Paciente.
Para arreglarlo: concertar servicios con la sanidad privada.
Por ejemplo: las mamografías se citan en el
Centro de Diagnóstico Juan XXIII del grupo privado Recoletas. La paciente se hace la mamografía y días después debe ir a buscarla personalmente ya que no las envían a los médicos que las solicitamos. Si el radiólogo cree necesario realizar una ecografía para aumentar la precisión del diagnóstico, la paciente deberá ser remitida de nuevo con otro volante. Parece algo banal, pero desde la sierra de Madrid a este centro privado hay unos 50 Km.

4 comentarios:

  1. muchas veces cuando se analiza un proceso, no nos fijamos que los costes y beneficios no deben ser solo economicos

    tan dificil aplicar el sentido comun?

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  2. Ya sabemos que la espera desespera, pero acaso no sabemos el gasto que acarrea. ¿Alguien ha cuantificado el gasto generado por las situaciones de inquietud? ¿Quién sabe cuántas demandas forzadas en atención primaria y cuántas entradas a los servicios de urgencia, con los correspondientes consumos de recursos, se producen por las desesperantes esperas? ¿El monstruo administrativo que los planificadores han creado es realmente operativo? ¿Y los servicios de atención al paciente funcionaron alguna vez como tales?... No hay manera de cambiar el rumbo; se sigue perpetuando la chapuza como seña de identidad.

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  3. Los pacientes y los profesionales somos las víctimas de una sanidad que no saben gestionar.

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  4. De pronto ,ni la sanidad ni nosotros sabemos gestionar.

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