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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Donde comen dos, comen tres...

El exceso siempre tiene malas consecuencias. Los excesos navideños en comida y bebida son recordados estas fechas e incluso algún médico de familia aconseja intercalar el exceso con la austeridad (si hoy come mucho, mañana poquito) y así ir compensando la dieta. El exceso en el trabajo también es malo, pero en nuestra sociedad lo llamamos "aumento de la productividad", ya que la cantinela bancaria, empresarial y gubernamental es que en España somos "pocos productivos". Nadie tiene exceso de trabajo sino una mala gestión del tiempo que se dedica a este trabajo. Cuando nos implantaron en Madrid la Agenda de Kalidad, el objetivo era introducir aumentos de productividad para atender más pacientes por día. Si a eso yo lo llamo exceso de pacientes, se contesta que hay que gestionar mejor el tiempo, lo que en su mente quiere decir que hagas más en menos tiempo. Claramente, se fueron de la consultas hace mucho, muuuucho tiempo, los que se atreven a opinar sin saber. 
Pero, los adalides de la libertad en un sistema como el nuestro siempre ven la libertad de una forma muy asimétrica. Todos tenemos un cupo oficial de paciente asignados, el real es desconocido siempre: cambios de pacientes entre comunidades y poblaciones que no son actualizados en tarjeta sanitaria, emigrantes, trabajadores que no cotizan que son dados de baja sin ser avisados.... Si este número es superior a lo recomendado por sus cuentas, los pacientes que solicitan ser asignados son rechazados por el médico, pero deben ser atendidos por el nuevo, no por el antiguo, hasta que reciba la notificación de la gerencia de su rechazo y deberían volver al antiguo médico o pedir otro o...., volver a pedir el mismo y empezar de nuevo en un bucle sin fin. ¿A que es ingenioso? No creo que no se hayan dado cuenta, serían demasiado torpes. 
Y si hay exceso de pacientes, es que hay mala planificación, pero eso ¿a quién le importa?. ¿Cómo solucionarlo? Lo van a estudiar.
Los tiempos siempre pueden ir a peor, para unos más que para otros, como siempre. Por eso, a pesar de todo, DA MUCHA TRANQUILIDAD VIVIR EN LA COMUNIDAD DE MADRID.
Muy recomendable el artículo de Enrique Costas Lombardía: Hacer que se hace.

5 comentarios:

  1. Enrique Costas fue uno de los autores del famoso Informe Abril que entre otras cosas proponía:
    "La Comisión estima que sólo se podrá conseguir un mayor grado de satisfacción general
    con mayores márgenes de libertad de elección, y ésta podrá irse introduciendo conforme las
    circunstancias lo permitan, pero exigirá, previa e inexcusablemente, algún elemento de
    participación del usuario en el coste. En resumen, la frontera de la gratuidad como regla
    general habrá que atravesarla para lograr un mayor grado de satisfacción general."

    Uno ya no sabe de quien fiarse :)

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  2. Han pasado muchos años, pero es cierto. Mi queja es la asimetría. Si tenemos un sistema de libre elección competitiva, yo debo regular más mi carga de trabajo y mis ingresos para llegar al equilibrio entre dos partes que eligen. Pero, a eso no quieren jugar.

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  3. Miguel Ángel García29 de diciembre de 2010, 17:32

    Vicente, crudo, pero creo que no juegan a lo que no quieren jugar. No quieren jugar a mejorar la atención sanitaria, sólo quieren jugar a la rentabilidad electoral de la Sanidad. Y por eso convierten la libertad (valor donde los haya) en ideología barata.

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  4. Como sufridor currito del SESCAM, lo sintetizo en aquello que nos explicaban en clase de 'mates' en el cole: si yo me como un huevo y tú ninguno, la media dice que nos hemos comido medio cada uno. En una región 'rural' como CLM, imaginaos lo que supone estar en un 'cupo urbano'. Pero si estás en uno rural, entonces tienes que lidiar con la dispersión, y poner tu propio vehículo, a veces para pasar consulta en varios pueblos a la vez. CLM, mi tierra, un precioso lugar para vivir y ser feliz, pero no para ejercer la medicina.

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  5. En un buen sistema, la libre elección es cojonuda. Pero no podemos empezar la casa por el tejado...

    Una pena que las mentes pensantes de la Consejeria solo asistieran a la ultima clase del curso "Como mejorar la autonomía del paciente".

    Hay un proceso que no pueden saltarse: mejorar los servicios, asignar herramientas de autogestión, incentivar de verdad, presupuestos reales (aunque sea una parte solo) para uso del centro y finalmente, cuando todo vaya bien, libertad de elección.

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