Joputa de mi cuñado que me arruinó la vida Foto original de Vicente Baos |
El sistema sanitario público de Honduras es mínimo. Los trabajadores asalariados en la economía formal tiene una asistencia separada proporcionada por el Instituto Hondureño de la Seguridad Social. Esto afecta, según la estadística oficial, al 18% de la población. El resto es atendido por la Secretaría de la Salud, es decir, la mayoría pobre de la población. Los centros de salud rurales son atendidos por enfermeras que proporcionan una cobertura razonable de vacunación y cuidados básico. Otros centros cuentan con médico y odontólogo, pero no cubren a toda la población rural. La inmensa mayoría de la población está acostumbrada a pagar por su atención sanitaria. Los medicamentos no están subvencionados. Para recibir atención especializada, deben desplazarse al Hospital Escuela de Tegucigalpa.
En la clínica externa de NPH, se atiende a los pacientes por 10 lempiras la consulta (unos 40 céntimos de euro). En el cercano pueblo de Talanga, está ubicada la Clínica Solidaria, organismo privado sin ánimo de lucro creada por un español que atiende a pacientes con un coste de 100 lempiras, por debajo de lo que suelen cobrar los médicos de forma privada.
Durante los días de consulta, atendí a unas 25 personas por día, detectando importantes problemas en el control de la hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, cataratas muy evolucionadas que no pueden operarse por su coste, hernias inguinales, gonartrosis incapacitantes que nunca recibirán una sustitución protésica y la amalgama diversa de problemas médicos que atendemos en cualquier consulta de atención primaria. Mis compañeras ginecólogas evaluaron a numerosas gestantes, prolapsos uterinos, cistoceles, etc. Los pediatras, algo excepcional en la atención básica que se realiza en Honduras, montaron una consulta donde vieron a numerosos niños, entre ellos alguna patología importante como una otitis media supurada en un lactante. Se había anunciado en los pueblos de alrededor que venía una "brigada médica" de España para realizar esta actividad.
Otro día lo dedicamos a la atención en dos comunidades cercanas (1hora de viaje por caminos de montaña en pick up) donde se organizó la atención con la colaboración de los maestros locales y las enfermeras de NPH.
En Tamal y Queso, nos recibieron en la escuela y se convocó a todos los habitantes que desearan ser atendidos. Asimismo, realicé una "visita domiciliaria" a un anciano demente que vivía solo pero atendido por sus familiares. Tenía una "pata quebrada" pero no había querido ir a ningún lado. Hubiera supuesto una hora a caballo hasta la carretera donde le podrían haberle recogido.
Escuela Tamal y Queso (Honduras) Foto original de Vicente Baos |
Llegada a Las Pilas (Honduras) Foto original de Vicente Baos |
La mayoría de los pacientes reciben unos cuidados muy básicos que eran muchas veces interrumpidos por la falta de dinero para la medicación. El seguimiento de una terapia farmacológica a largo plazo, la necesidad de ser sometido a cualquier tipo de cirugía provocaba un problema importante. A través de la Secretaría de la Salud los pacientes podían ser atendidos en el Hospital Escuela, con unos problemas específicos que narraré en otro post.
Magníficos tus tres post sobre Honduras, las fotografías son excelentes y reflejan muy bien el día a día de la realidad del país, geniales me han encantado y esperando la siguiente entrega... Saludos
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