Desasosiego Foto original de Vicente Baos |
Hoy está siendo un día inquietante. Los pacientes me manifestaban sus problemas y se añadían sus incertidumbres vitales. La enfermedad y la vida, eso que antes se decía biopsicosocial, se manifiesta en todo su esplendor en los tiempos difíciles. El desarraigo familiar, la pérdida del empleo, el incremento general de los gastos simultáneo a la pérdida de ingresos; en resumen, el empobrecimiento general, provoca el aumento de la crispación, de la tensión personal y social, del sufrimiento de la población. Después de escuchar muchas historias tristes, leer la prensa electrónica del día, ver los vídeos de la carga policial contra los mineros, oír los aplausos de la claque de diputados populares a las medidas restrictivas, se produce una sensación muy negativa: el desasosiego.
Avanzamos a un cambio de modelo en todas las relaciones sociales y económicas. No es una crisis de la que vamos a salir, se está creando el escenario de una nueva Europa del Sur: más pobre, más injusta, más insolidaria, más tensa y cruel. El afán de huida de las personas más preparadas ante la falta de expectativas, justo después de más de una década donde España parecía El Dorado para todo tipo de inmigrantes, está siendo el espejo donde se ve reflejada la podredumbre moral y económica que ha llevado a esta situación: ambición de poder, falta de escrúpulos en las ganancias, explotación de tus semejantes, corrupción política y económica, todo el espectro de la porquería que hemos conocido e iremos conociendo.
Nadie se libra de sus efectos, los parados y desesperados de una manera trágica, los que conservamos el empleo viendo reducir nuestras posibilidades de ayudar a nuestros hijos en sus estudios y en su futura vida, viendo como nuestro propio futuro -¿llegaremos a cobrar una pensión digna?- se oscurece, sin olvidar que podemos o no llegar a él si la enfermedad no siega antes tus esperanzas.
Los sanitarios debemos mantener la llama de la dignidad y del respeto a nuestros pacientes. Es hora de no caer en el desánimo ni en la negligencia por enfado, por hacer pagar a otras víctimas, como son los enfermos, nuestras frustraciones laborales. Las víctimas se deben unir, como esos policías que pegan con saña a unos trabajadores. En todas las guerras, los hijos del pueblo se han enfrentado y matado mientras los dirigentes miraban desde arriba la carnicería.
Estoy de acuerdo contigo Vicente. No puedo apoyar de ningún modo algunas propuestas de indignados compañeros, que perjudicarían a los pacientes, los más débiles. No olvidemos que cualquier día podemos ser nosotros los que estemos sobre la camilla.
ResponderEliminarYo también estoy de acuerdo, Vicente. Cualquier medida o acción que planteemos debe preservar la calidad asistencial y el cuidado a los pacientes.
ResponderEliminarYo creo que algo habría que hacer para acabar con esta injusticia social que están creando unos políticos de pacotilla que se regocijan con los recortes que están haciendo sin hacer nada más por salir de este pozo donde nos han metido y en el que los que están fuera son los de siempre
ResponderEliminarcuanta verdad derrocha este escrito, se revuelven las entrañas al ver como los causantes de toda esta crisis siguen en sus despachos culpabilizando a otros que a su vez les devuelven la pelota porque siguen siendo ellos mismos. Si son nuestros politicos y los banqueros los que nos han llevado a esto , están identificados. Hagamos un partido nuevo, único , sin ellos y cerremos los bancos causantes de este desfalco y partamos de cero, juntemosnos, en torno a una verdad, la de la igualdad, la de un comunismo sin partidos, la que tenga en cuenta la justicia que sólo sea injusta con el más pobre para que hablemos de dignidad....la cultura del bienestar no es la misma que la de estar bien , conformes con lo que tenemos, compartiendo el tiempo, el dinero y la alegría con el de al lado.
ResponderEliminarEl ser humano no aprende, hace muchos años esto lo hizo un hombre, y lo mataron y le hicieron una Iglesia que está prostituída de arriba a abajo, qué nos queda?
confiar en el ser humano, en la bondad, en el amor puro, gratuito,incondicional, en la lucha por la igualdad. Somos médicos, sanitarios, enfermeras,celadores, pero sobretodo somos personas, técnicos en salud, al servicio de una sociedad que creemos y queremos hacerla más justa a pesar de todo lo que esta cayendo
Animo compañeros, podemos , ahora necesitamos estar más unidos que nunca en este proyecto de salud pública para todos, no dejemos que se la carguen , estaremos dando el callo porque queremos a nuestros pacientes y queremos lo mejor para ellos y así se lo haremos saber a quien haga falta.
Walter Benjamin, en su ensayo póstumo "El capitalismo como religión" nos advertía: "...el capitalismo es una pura religión de culto, quizás la más extrema que haya existido jamás. En el capitalismo todo tiene significado sólo en relación inmediata con el culto. No conoce ninguna dogmática especial, ninguna teología. .. El capitalismo es celebración de un culto sin tregua ni piedad. ... Probablemente el capitalismo es el primer caso de culto no expiante, sino culpabilizante. Este sistema religioso se encuentra arrastrado por una corriente gigantesca. Una monumental consciencia de culpa que no sabe sacudirse la culpabilidad de encima echa mano del culto no para reparar esa culpa, sino para hacerla universal, forzarla a introducir en la consciencia. ... En la esencia de ese movimiento religioso que es el capitalismo [yace la idea] de resistir hasta el final, hasta la culpabilización final de Dios, hasta la consecución de un estado mundial de desesperación que es, precisamente, el que se espera. ... El capitalismo es una religión del mero culto, sin dogma. ... Las preocupaciones: una enfermedad del espíritu que es propia de la época. Situación espiritual (no material) sin salida que (deviene) en pobreza, vagabundeo, mendicidad, monacato. Una situación así que carece de salida es culpabilizante. Las “preocupaciones” son el índice de la consciencia de culpabilidad de la situación sin salida. Las preocupaciones se originan por el miedo ante la falta de salida colectiva, no individual-material..."
ResponderEliminarLa cuestión es como ir abandonando 'suavemente' esta religión sin derrumbarlo todo, al menos, así me lo parece.
Un gran post que deberíamos leer todos los médicos. Porque además, no podemos permitir que nos quiten la ilusión por nuestro trabajo y por atender a nuestros paciente. Muchas gracias por el post
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios. Debemos mantener la cabeza fría y reivindicar nuestros derechos de forma adecuada.
ResponderEliminarSaludos
Pues si nuestros derechos se reclaman pero no con nuestros pacientes. ¿encima de enfermos apaleados? la próxima vez que tengas ganas de enfadarte con tu paciente, piensa en como te sentirías si el de en frente es uno de tus seres queridos. un beso
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