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sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Hacia dónde vamos?

Panel colocado en la calle Preciados de Madrid
Foto original de Vicente Baos
En el momento actual, Madrid es el puchero donde se cuecen todas las reformas sanitarias que se van a proponer en España en los próximos meses o años. La crisis económica, que para las administraciones públicas es una crisis de recursos económicos vía impuestos por la baja actividad económica y un alto coste de la financiación necesaria, supone la excusa perfecta para elegir entre dos caminos posibles. Uno de ellos sería el análisis detallado y la modificación del sistema sanitario, en colaboración con los profesionales implicados y comprometidos con el sistema público, de las fuentes de ineficiencia y gasto superfluo; y la otra, la elegida por los actuales gobernantes impregnados de ideología neoliberal en lo económico y social, que opta por entregar a empresas con ánimo de lucro, en colusión con claros conflictos de intereses, la gestión de todo el sistema público. 
Nuestro sistema sanitario público es barato y muy eficiente para su coste. Estos resultados han estado basados en función de los bajos salarios, a pesar de la alta cualificación obtenida en términos comparativos, y en la equidad en el acceso de todas las capas sociales a una sanidad de calidad. Hasta hace poco era motivo de orgullo internacional. No todo es de color de rosa. Las listas de espera en pruebas diagnósticas y de interconsulta, la masificación de la atención primaria y de los servicios de urgencia están denotando ineficiencias de orden burocrático, de asignación de recursos y de expectativas sociales. Todo esto es abordable desde una óptica de gestión pública. Hay que querer y ponerse a trabajar. Sin embargo, tanto gestores socialistas como populares han sido incapaces, por no saber o por no querer, de abordar los problemas. En atención primaria, respetar un ratio por habitante adecuado -si en Madrid la media es 1500 tarjetas por médico ¿por qué yo tengo 1986?- produciría una mayor satisfacción de la población (en general muy satisfecha según las encuestas) y del profesional (evitar el burnout provoca una mayor dedicación al trabajo). Haber solucionado hace tiempo un modelo de receta por caja, irritantemente asqueroso desde siempre, o modificar las incapacidades temporales de su actual diseño, habría producido una disminución de cargas burocráticas que permita dedicar tiempo a lo esencial. Aumentar los flujos de información sobre las actividades económicas que se generan en la actividad sanitaria sería una manera de abordar su racionalización. Nunca en mis 25 años de trabajo en los centros de salud me han mandado una estadística comparativa del número de derivaciones, análisis o, ni siquiera, cuántos pacientes han fallecido por año, qué tasa de ingreso hospitalario tienen mis hipertensos, diabéticos o cualquier otra enfermedad donde se puede medir el impacto del control de los factores de riesgo, etc. Ejemplos de la impericia e inutilidad de los gestores pasados y presentes, solo fijándose en el gasto farmacéutico, ya enormemente reducido, a pesar de seguir aprobando fármacos de precio alto sin evidencias comparativas que justifiquen su desembolso público. 
Y pasar a la externalización en sociedades mercantiles o directamente, a empresas privadas, ¿mejorará el proceso¿ Nadie lo ha demostrado ni evaluado, lo que si es claro que los trabajadores pasan a tener condiciones inestables y arbitrarias -¿va a haber concurso-oposición y los mejores entrarán a trabajar en las concesionarias?- El afán de lucro en un servicio público, jugar con la codicia humana como motor del desarrollo, el discurso que tanto gusta a los neoliberales, es muy peligroso en los servicios públicos. Imaginad a jueces que cobran más por meter o sacar presos de las cárceles, bomberos que cobran por incendio y policías por porrazos. En sanidad debe haber estándares de trabajo para que nadie se escaquee, un trabajo que se vea retribuido en función a la responsabilidad y dificultad de la tarea y un sistema de incentivos que matice el esfuerzo individual. Para conseguir esto no hay que llamar a ninguna empresa externa. 
Sin embargo, nada va en este camino, abandonado por los que nunca han creído en él, por dirigentes que nunca han usado los servicios públicos porque proceden de las capas sociales que han despreciado lo público en educación y sanidad.

11 comentarios:

  1. Si el sistema sanitario público no es rentable ¿por qué hay tantas empresas interesadas en quedárselo? .... porque es mentira que no sea rentable ...

    "tanto gestores socialistas como populares han sido incapaces, por no saber o por no querer, de abordar los problemas"
    Me temo que no saben y, lo que es peor tampoco son capaces de poner a trabajar juntos a los que si saben .... reconozco que es un reto de narices .... que los médicos sois .... ¡tremendos! ....

    Lo de dar datos .... bueno .... es que en este país "no se lleva" ....

    En lo que no estoy de acuerdo es en que en este país los "importantes" no utilicen los servicios públicos, mi hospital se "peta" de "importantes", pero .... no los tratamos igual, el peloteo al que los "someten" es de vergüenza ajena .... y más, y más .... en fin ....

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    1. Tienes razón. A Rubalcaba, la biopsia por el PSA alto casi se le lleva al otro barrio.
      Saludos

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  2. Parafraseando al gran Fernando Fernán Gómez...

    "¡A la mierda!"

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  3. Mi única pega a tu post: Madrid será el puchero, pero Valencia fue el aperitivo (o el primer plato) y nadie pareció darse cuenta; a veces las cosas tienen que llegar al centro neurálgico para que alguien pregunte ¿dónde estaba el tumor primario? (y perdón por utilizar el cáncer como metáfora, querida Sontag)

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  4. Estoy muy de acuerdo con todo lo que expones Vicente, pero no todos los trabajadores de la Sanidad Pública son como tú, hay muchas bolsas de ineficiencia (además de las que tu comentas) en los recursos humanos, gente que no está comprometida en absoluto con nuestra Sanidad, la cual no sé por donde va, pero seguro que por mal camino.

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    1. Tienes razón Olga, pero tiene que haber manera de abordar el tema sin que otros hagan el trabajo "sucio".
      Saludos

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  5. La verdad es que dentro del sistema sanitario tambien hay muchos que viven de maravilla: currando una hora al dia y viendo a 5 pacientes , aburridos como ostras durante su jornada labora y esto ocurre, entre otras razones, porque ya hay otros que hacen su trabajo (que suelen se casi siempre los pardillos del sistema: los médicos).

    Desde luego una gestión mas eficiente de la sanidad, acabaria con ese chollo, de ahi tambien el miedo de algunos a que algo cambie.

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  6. SÍ, hay otra manera....
    http://galenodefamilia.blogspot.com.es/2012/11/impresiona-la-sanidad-de-madrid.html

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  7. Perdón, pero creo que es un error caer en el juego ideológico y hacer el trabajo a los políticos, de uno u otro bando.
    Respecto a lo que dices de “El afán de lucro en un servicio público, jugar con la codicia humana como motor del desarrollo, el discurso que tanto gusta a los neoliberales, es muy peligroso en los servicios públicos. Imaginad a jueces que cobran más por meter o sacar presos de las cárceles, bomberos que cobran por incendio y policías por porrazos”.

    No nos engañemos:
    ¿Acaso no se esta pagando ahora mas dinero a los médicos que recetan menos y mas barato, dan mas altas, o a los que mejor cumplen los protocolos políticos de turno?
    ¿A los policías que hacen mas redadas contra inmigrantes sin papeles, a los jueces que mas sentencias firman, o a los policías que mas multas ponen?

    Sinceramente el caos en la atención primaria es de tal magnitud que cualquier gestión eficaz seria buena.
    No nos engañemos: ahora mismo lo único que funciona bien en la mayoría de los centros de salud, es el servicio de la limpieza, quizás no por casualidad de gestión no política?

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    1. Es dificil decirlo más claro. Estoy totalmente de acuerdo, salvo en que cualquier gestion sería buena, todo es susceptible de empeorar.
      Un saludo

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