¡Hagan juego...dame fuego!

Miren la foto. Dos magnates del juego de sonrisa fría son atendidos por alguien que quiere brindar con ellos. Tiene aspecto de conseguidor, con una sonrisa tensa pero satisfecha. Los magnates son viejos y poderosos, de tez macilenta y celebran forzadamente la apertura del casino de uno de ellos en Macao. En segundo plano, hay dos figuras serias, sin la iluminación fotográfica que tienen los protagonistas. Llevan sombreros de campesino chino como un toque de tipismo en un entorno seguramente recargado del lujo hortera de los mafiosos de los años 70, que tan magistralmente refleja Martin Scorsese en sus películas. Los figurantes, probablemente camareros que llevaron las copas a los ilustres, expresan en su cara disciplina, miedo o resignación. El poderoso y el esclavo.
Uno de estos personajes (Sheldon Adelson) quiere llevar su proyecto de megacasinos (Eurovegas) a Madrid. Millones de inversión, supuestos miles y miles de puestos de trabajo - eso sí bajo sus propias condiciones -, toda una Arcadia feliz donde vendrán a gastarse su dinero todos aquellos que lo tienen de sobra en esta sociedad en crisis. ¿Y quién tiene dinero de sobra para gastárselo en este momento? ¿Honrados trabajadores de cualquier país que sudan tinta para mantener su sueldo? ¿Honrados emprendedores de cualquier país que con su esfuerzo, imaginación y ciencia han encontrado la piedra filosofal del beneficio justo? ¿Honrados comerciantes de cualquier país que pagan escrupulosamente sus impuestos y crean puestos de trabajo? ¿Honrados empresarios y políticos de cualquier país que no están en ninguna lista con cuentas en paraísos fiscales? Todos estos, si son así, no se gastan fortunas en estúpidos juegos de azar que siempre conllevan la ganancia de los honrados dueños de estos casinos.
¿Y qué tiene qué ver esto con la salud?
Con la salud moral, mental y económica de una sociedad mucho, pero el colmo es que quieran que todos los que supuestamente disfrutan perdiendo dinero en un casino puedan fumar en su interior; a pesar de la normativa española que impide fumar en los espacios públicos, un gran logro en la lucha contra el tabaquismo. Y esta petición o exigencia es aplaudida por políticos serviles que dicen querer el bien común para no perder una inversión que sacará a Madrid de su crisis económica ¿?. Realmente nauseabundo.
Los médicos de familia, y otras muchas instituciones, nos hemos pronunciado claramente en contra de la revisión de la ley. Juego, dinero negro e ilícito, corrupción, tabaco... un modelo de sociedad para salir de la crisis.