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sábado, 22 de noviembre de 2014

Una foto, una inquietud



Son jóvenes, uniformados, están esperando la señal de su jefe -el único enmascarado - para cortar el cuello de sus víctimas, también jóvenes y uniformados, que esperan arrodilladas mirando hacia el suelo en actitud sumisa y humillante.

Los verdugos quieren que se vean sus caras. Están orgullosos de lo que hacen. Quieren que sus familiares y amigos sepan que son unos héroes de su religión, que están en una misión divina . Que les reconozcan para imitarles y seguir su ejemplo en Francia, Alemania, España o donde sea. 

Con un cuchillo serrado cortarán las vías respiratorias y los vasos principales de sus víctimas. Si no dudan o tiemblan, la muerte de los asesinados será rápida, no indolora, sino asfixiante y aterradora. 

Minutos de discurso fanático e iluminado que las víctimas escucharán en esa posición, con la mente dirigida a despedirse de la vida y de sus recuerdos, temblando en su interior pensando en el momento de sufrimiento extremo previo a morir degollado, como se hacía a los animales en la antigüedad y actualmente bajo ritos religiosos.

Algunos verdugos miran al frente altivos, otros a la víctima bien sujeta y maniatada. Su pensamiento estará lleno del orgullo fanático que transforma a personas pacíficas en asesinos justificados por el bien común de su ideología, secta, religión, grupo o etnia.

Y aunque no lo veamos, después jalearán con gritos su hazaña y alzarán orgullosos las cabezas sangrantes de expresión aterrada de los asesinados.

Probablemente nunca nos libraremos de las creencias que llegan a provocar estas situaciones, pero ahora podemos manifestar nuestro desprecio. 

5 comentarios:

  1. Poco que añadir a tu blog. Tal vez sólo respaldarlo en todos sus puntos y destacar que la experiencia histórica demuestra cómo personas como los verdugos (en este caso) han sido puramente instrumentos de la manipulación por otros intereses (económicos, geopolíticos, etc.) bajo la coartada religiosa. Y poco mas. No sería moralmente lícito pedirles (porque el uso del verbo pedir tiene connotaciones no asumibles moralmente) pero sí decirles que ningún posible dios da legitimidad de superioridad entre hombres para acabar con sus vidas y que arrastrarán en su vida la miseria de haber sido utilizados como máquinas de matar por intereses distintos de aquellos en los que creen, y si la religión es una de las formas que hay para el perfeccionamiento de la humanidad, precisamente su acción lleva a la religión a su punto moral mas bajo. Como ha sucedido repetitivamente en la historia. No creo que haya ninguna esperanza en la posibilidad de convencerles. Hay mucha historia del fanatismo religioso (y de cualquier otra ideología) así como del amparo que el fanatismo religioso da a la debillidad humana. El "sapere aude!!!" de Kant es un trago amargo de digerir. Pero cadáveres encima de cadáveres y verdugos encima de verdugos, en la historia, deberían servirnos de aprendizaje, al menos, a los demás.

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  2. el eterno tema de violencia ciega y juventud : aunque la mona se vista ahora de chilaba, con boina etarra o con otros complementos (brigada roja, frap español...)
    precisamente, lo bueno de España, Podemos o Cataluña es el abandono de tan lesivos procedimientos

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  3. Me espanta pensar en que alguien "iluminado" sea capaz de matar así.

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  4. El temor de su Dios, la creencia en la salvación a costa del infiel, la sed de venganza, la búsqueda de su salvación y satisfacción en el más allá. Vidas humanas segadas, vidas humanas cortadas de raziz en sus comienzos. Crimenes, solo crueles y absurdos crimenes.

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  5. La imagen no puede ser más repulsiva, por todo lo que conlleva de cobardía, crueldad y bestialismo, y es lo que suele ocurrir cuando la personas se deshumanizan y caen en el fanatismo político, religioso, nazionalista, sectario, etc..
    Aunque quizás no dependa tanto de las propias creencias en sí mismas, pues cuando se viven sanamente teóricamente sirven para humanizar y valorar más al ser humano, ya sean creencias políticas, religiosas , patriotismo , etc..
    Tal vez este tipo de patologías sociales aberrantes se produzcan más en en sociedades ya enfermas y sin creencias pues sus miembros resultarian más vulnerables y más fácil de manipular desde liderazgos psicopáticos.
    Lo cierto es que quizás desde Occidente tampoco podemos dar lecciones, de hecho la mayoría de los verdugos que aparecen en los vídeos han crecido en sociedades occidentales, no hay que olvidar actos terroristas idénticos como el de José Antonio Blanco, sin olvidar lo que supone de perversión para una sociedad, admitir la violencia silenciosa y no menos cruel que padecen miles de seres humanos indefensos, por el solo hecho de hallarse dentro de su madre.

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