LA PRECARIEDAD LABORAL SANITARIA ES UN SÍMBOLO DEL DESMANTELAMIENTO DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO EN ESPAÑA
Quienes firmamos abajo denunciamos con este manifiesto la
deriva política que llevará al desmantelamiento del sistema sanitario público
en España. Este sistema, de cobertura universal, ha sido y es ejemplo mundial.
Es un sistema que responde eficazmente y a un coste razonable a los problemas
de salud de poblaciones y pacientes.
El sistema cuenta, además, con la estima social y la
aprobación general y de profesionales y
pacientes. Cabe su mejora, y el introducir cambios que incrementen su
eficiencia. Pero, hasta ahora, todo lo que se ha hecho ha sido recortar sin
tino, con un objetivo ciego que disminuye el gasto sin tener en cuenta su
impacto ni en calidad ni en salud.
En la gestión se ha implantado una cultura sin fundamento
humano ni científico que considera al personal como pieza intercambiable. Son
sistemáticos los contratos eventuales, incluso por horas y para cometidos
diversos. Es lo que llamamos precariedad laboral (en el sentido de enorme
temporalidad, gran vulnerabilidad, bajo nivel salarial y falta de derechos
sociales).
En el sistema sanitario los servicios son servicios personales,
en los que es clave la confianza entre profesional y paciente. Es cruel y
deteriora la calidad la falta de continuidad/longitudinalidad que se expresa
bien con expresiones tipo: "¿Otra médica? ¿Tengo que volver a repetírselo
todo a usted?". De la misma forma, en espejo, el pensamiento profesional
que se expresa con preguntas tipo: "¿Quiénes serán mis pacientes mañana?
¿Con quién formaré equipo?" y que llega a decir: "No me coja cariño
que me voy mañana".
La cuestión atañe a todo el sistema sanitario público en
aspectos que se mezclan con la precariedad. Lo expresa bien la externalizacion
innecesaria de servicios incluso en áreas de especial riesgo, como la atención
a pacientes con problemas graves de salud mental. La situación precaria se
repite en la atención primaria, incluyendo centros de salud y sectores
comunitarios, sociales, de rehabilitación y otros, donde es imprescindible la
continuidad de cuidados. Lo mismo sucede en los hospitales, tanto en consultas
externas como en urgencias y en plantas. También en las cárceles, donde es
perentoria la mejora de la continuidad por la presencia de problemas
infecciosos, de salud mental y de drogadicción. La precariedad también lesiona
los aspectos de salud pública que cubre el sistema sanitario y que exigen
equipos consolidados capaces de enfrentarse, por ejemplo, a las inevitables
crisis de salud pública.
La precariedad disminuye la calidad clínica e incrementa los
errores sin disminuir el coste. La precariedad daña la salud de pacientes y
profesionales. La precariedad es, de hecho, una forma de maltrato y una falta
de respeto, una indignidad para profesionales y pacientes. La precariedad
sanitaria afecta más a mujeres jóvenes
y, por ejemplo, en su impacto vital global modifica/impide planes de maternidad/paternidad.
Entre el trabajo "en propiedad" y la precariedad hay soluciones al
tiempo científicas, humanas y racionales que mejoran el resultado en salud en
pacientes y profesionales.
Parece que se hubiera decidido el desmantelamiento del
sistema sanitario público. Es parte de una ideología que considera que "la
sociedad no existe, existe la persona" y a la persona individual se
pretende servir destruyendo lo público y beneficiando los intereses privados de
industrias y organizaciones varias. Se rompen con ello la equidad y la
solidaridad que sustentan a la sociedad (ese "hoy por ti, mañana por
mí") que generan salud por sí mismas en los que hoy precisan la atención
sanitaria de calidad y en quienes la precisarán mañana.
La precariedad profesional sanitaria daña la salud y en
defensa de la equidad y de la solidaridad, manifestamos:
La precariedad laboral sanitaria es un símbolo del
desmantelamiento del sistema sanitario público que concierne al conjunto de la
sociedad. Por ello animamos a sumarse a
este manifiesto a las personas individuales y a las organizaciones colectivas.
La precariedad laboral sanitaria incumple en muchos casos la
legislación laboral, introduce inseguridad jurídica y es un abuso justificado
por intereses particulares y/o privados. Por ello recurriremos a la vía legal
en todos los niveles.
La precariedad laboral sanitaria responde a un gerencialismo
sin categoría, que convierte en "gestores" a simpatizantes del
partido en el poder y cuya formación, si alguna, es muy deficiente. Por ello
exigimos la profesionalización de quienes gestionan el sistema sanitario
público.
En muchos casos se pretende una desreguralización arbitraria
pues no se cumplen ni las más mínimas normas pactadas respecto a las bolsas de
trabajo, convocatorias de plazas, situaciones de excepción y reposición de
puestos de trabajo. Además, falta toda planificación a medio y largo plazo de
necesidades de personal que permitan dar respuesta a los problemas de salud de
pacientes y poblaciones. Por ello pedimos
el cumplimiento de los pactos y la visión de futuro que precisa la
gestión del personal sanitario.
Puesto que la precariedad laboral sanitaria es un símbolo
del desmantelamiento del sistema sanitario público elaboraremos propuestas
concretas sobre sus causas y soluciones, para presentar a los partidos
políticos de forma que se pronuncien ante las mismas.
La precariedad laboral sanitaria no es una situación
transitoria ni nueva pero sí muy intensificada durante los últimos años. Forma
parte de un diseño que busca el deterioro del sistema público para reducir su
aprecio social y favorecer que los ciudadanos opten cada vez más por la sanidad
privada. La intensa precariedad laboral en la sanidad pública es letal para la
calidad y repercute en la salud de poblaciones, profesionales y pacientes. Por
ello, para mantener la salud, llegaremos a tomar todas las medidas posibles,
incluyendo el ejercer los derechos de protesta, manifestación y huelga.
FIRMANTES (a 20 de mayo de 2015)[1]
Antoni Agustí Martí, Guillermo Álvarez López, Beatriz
Aragón, Juan Diego Areta Higuera, Vicente Baos, Mikel Baza, Sara Belinchón,
Clara Benedicto, Raúl Calvo Rico, Manuel Carretero Matas, Salvador Casado,
Fernando Casado Campolongo, Rafa Cofiño, Txema Coll, Carlos Coscollar, Mounir
Diouri, Patricia Escartín, Carmen Fando, María José Fernández de Sanmamed,
Patricia Ferre, Marta García Caballos, Luis García Olmos, Juan Gérvas, Irene
Gonzalo Sanjosé, Mariola Gracia, Mariano Hernández Monsalve, Juan Irigoyen,
Marian Jiménez de Aldasoro, Mónica Lasheras, Miguel López del Pueyo, Rosa
Magallón, Gorca Maiz, Iván de la Mata, Miguel Melguizo Jiménez, Félix Miguel,
Sergio Minué, Carolina Morcillo Ródenas, Abel Novoa, Leticia Núñez Queijo,
Isabel Núñez Lozano, Alberto Ortiz Lobo, Javier Padilla, Jesús Palacio, Luis
Palomo, Pastora Pérez, Carmen Pérez-Crespo Gómez, Mercedes Pérez-Fernández,
Pablo Pérez Solís, Ana Rico, Ana Rivera, Elena Serrano, Juan Simó Miñana, Pablo
Simón Lorda, Gemma Torrell, Ana Vall-llosera.
ASOCIACIONES, ORGANIZACIONES Y ENTIDADES (a 20 de mayo de
2015)[2]
Equipo CESCA, Federación de Asociaciones para la Defensa de
la Sanidad Pública (FADSP), Fòrum Català d'Atenció Primària (FoCAP), NoGracias.
[1] La adhesión al Manifiesto está abierta, e
implica un compromiso contra la precariedad laboral sanitaria y la difusión del
Manifiesto en lo que se pueda. Para adherirse a este Manifiesto escriba sus
datos básicos en el formulario en http://goo.gl/forms/YOfacHtVSj
Todos los contactos a atencionprecaria@gmail.com
[2] Muchas asociaciones, organizaciones,
organizaciones y entidades precisan de reuniones explícitas de juntas y órganos
de gobierno para poder adherirse al Manifiesto y de ahí un cierto retraso en su
participación.
Un abrazo Vicente en estos duros momentos para tí .
ResponderEliminarYa he comentado en otro sitio, que creo que es necesario añadir a este manifiesto la reivindicación de la EVALUACION PERIODICA de los profesionales. Y las decisiones derivadas sobre su permanencia o no en el SNS. EL EXCESO DE ESTABILIDAD perjudica a lso pacientes y a los buenos profesionales.
ResponderEliminarNo hacerlo no da salida a la cuestión de la precariedad, ya que nos aboca al círculo vicioso de entrar como interino y salidr jubilado, que aterra a cualquier gestor de los servicios públicos que no quiera gastar más de lo que tiene. (al que gasta más de lo presupuestado también habría que echarle)
Tienes razón.
EliminarUn cordial saludo