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martes, 27 de agosto de 2013

La mutilación genital femenina

Jóvenes y niñas gambianas
" Las actitudes y prácticas tradicionales perjudiciales que afectan el bienestar de las mujeres y las niñas son frecuentes en todo el mundo y forman parte de la arquitectura patriarcal predominante, justificadas por valores y creencias que las perpetúan. La quema de la novia, el infanticidio femenino, las violaciones, las mutilaciones genitales femeninas, los asesinatos de honor, el matrimonio precoz y/o forzado son algunas de las principales.
La mutilación genital femenina (MGF) amenaza a tres millones de niñas cada año y se estima que más de 130 millones de mujeres han sido mutiladas en el mundo. La gran mayoría vive en 28 países de África, en un amplio arco geográfico que va desde Senegal, en el oeste, hasta Somalia, al este.
Para una adecuada valoración de los esfuerzos y logros registrados en la lucha por erradicar esta práctica ancestral, debe tenerse presente la complejidad del problema y del entorno tradicional en el que se desarrolla. La edad y el momento en que se practica la MGF difieren de comunidad en comunidad. Suele asociarse a la llegada de la pubertad, pero en algunos casos se realiza en recién nacidas, otras veces durante el embarazo o incluso tras el nacimiento del primer hijo. Una de las tendencias actuales es la progresiva disminución en la edad de la práctica, como estrategia para evadir la legislación prohibitiva cuando existe; por lo mismo, pasan a realizarse de forma secreta en lugar de ser un acontecimiento público.

La MGF es una práctica altamente valorada en los lugares en que persiste; se considera una actividad normal y tiene el consentimiento de la comunidad e incluso el de las familias de las niñas. En algunas sociedades tradicionales, forma parte de las ceremonias de iniciación -que pueden ir desde la infancia hasta la vida adulta- y que constituyen parte de la educación necesaria para llevar a cabo las obligaciones como esposa y mujer. Realizada con el propósito de controlar la sexualidad de las mujeres, la MGF no es percibida como maltrato infantil en el ideario de la comunidad. Las madres y las abuelas insisten en la mutilación de sus hijas y nietas para prepararlas para su elegibilidad en matrimonio, la única garantía de estatus social; asumen este rito de paso desde el amor y la preocupación por el futuro de sus niñas. Por otra parte, el proceso de socialización infantil que moldea las actitudes de las niñas, las prepara para aceptar el dolor y el sufrimiento como parte inevitable de la vida de una mujer, y como una obligación a cumplir para ser aceptadas en sus respectivas sociedades. En un entorno donde las tradiciones pesan de forma sustancial en la vida de cada individuo y donde la interdependencia es básica para la supervivencia, salir de este patrón supone todo un reto para las familias.
A nivel internacional, por el contrario, la mutilación genital femenina está reconocida como una violación de los derechos humanos.....
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos, que de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos.
Esta agencia de las Naciones Unidas establece, en 1995, cuatro tipos de MGF, que son los que tomaremos como referencia para este manual:
Tipo I. La circuncisión, también llamada clitoridotomía (del griego, «incisión»), implica la eliminación el prepucio clitorídeo, generalmente conservando el clítoris. En la cultura islámica, se conoce como «sunna» (tradición) y suele equipararse a la circuncisión masculina.
Tipo II. La escisión, también conocida como clitoridectomía (del griego, «corte»), implica la resección parcial o total del clítoris y puede incluir el corte de los labios mayores y menores.
Tipo III. La infibulación (o circuncisión faraónica) consiste en el estrechamiento o sellado de la abertura vaginal mediante el corte y recolocación de los labios menores, y a veces también de los labios mayores, con o sin resección del clítoris. Se dejan dos pequeños orificios para la salida de orina y sangre menstrual. La infibulación, deriva del latín «fibula» (pinza).
Tipo IV. Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos, tales como la perforación, la incisión, el raspado, la cauterización o la introducción de sustancias corrosivas en la zona genital."

Con estos datos, el libro titulado: Mutilación genital femenina, manual para profesionales, nos introduce en un problema complejo que necesita un abordaje global y no solo represivo. En Gambia, contactamos con la ONG Wassu Gambia Kafo, dirigida por Adriana Kaplan, una de las autoras del manual, que se ha destacado por la lucha contra la MGF desde un abordaje cultural promoviendo un rito iniciático que no incluya la excisión de ninguna parte del aparato genital femenino. Mediante el trabajo con las escuelas sanitarias, las comadronas tradicionales, los notables de los pueblos, va poco a poco introduciendo el concepto de que la MGF no es algo deseable y ciertamente peligroso. La tarea es ardua y lenta. Su experiencia cuenta con el aval del Gobierno de Gambia que desde una posición de no hablar del tema ha pasado a colaborar activamente en intentar erradicar dicha práctica. Esta experiencia se está trasladando a otros países.
Os animo a visitar su página y leer dicho manual a todas las personas interesadas en el tema.
Adriana Kaplan recibió el Premio Internacional "Navarra" de Solidaridad en 2008. En su discurso de aceptación resume muy bien el tema y el abordaje realizado. 

lunes, 26 de agosto de 2013

Ahumando el pescado para conservarlo

Ahumadores de pescado en Tanji (Gambia)

Pescado ahumado en Tanji (Gambia)
Un país costero y con uno de los ríos más grandes de África debe tener una fuente de proteínas de origen animal suficiente procedente del pescado. La pesca costera y en el propio río, aporta abundantes peces a la alimentación gambiana. Sin embargo, la falta de electricidad de forma generalizada en las zonas no urbanas y un sistema de transporte ineficiente, impide el acceso del pescado fresco más allá de las zonas costeras. El método tradicional de conservar el pescado es el ahumado, y es la forma que se consigue pescado en cualquier mercado de Gambia.
Nada más llegar en las barcas de pesca costera, al lado de las playas, se construyen los hornos, al aire libre o bajo techado, que ahuman cada día miles de pescados.
Trabajar al aire libre es tolerable mientras no haya una lluvia torrencial, pero trabajar bajo techado o cocinar dentro de edificios con pequeñas ventanas es asfixiante. La inhalación de humo y el calor desprendido hacen de esta tarea un suplicio. 
El pescado ahumado no se rehidrata sino que se come seco añadido a platos donde el arroz, la salsa de cacahuetes, las verduras, el mijo y otros componentes, constituyen la base de la alimentación. En las zonas rurales, las cabras y los corderos son una fuente de proteínas animales siempre frescas. Se sacrifican y se comen el mismo día en las kundas familiares. 

Mujeres cocinando

domingo, 25 de agosto de 2013

Estampas gambianas II

Calle de Kuwonku (Gambia)

Burritos

Comida para todos
Mujer mandinga

sábado, 24 de agosto de 2013

Estampas gambianas


Mujeres ahumando pescado en Tanji
Saltador en el río Gambia
Saltadores del río
La costa de Barra

viernes, 23 de agosto de 2013

Tubab, tubab....

Orilla del río Gambia en Juffureh
El término tubab es el que usan los gambianos para definir a los blancos. Casi siempre son los niños los que te llaman así, de forma alborozada, al verte. La palabra tubab precede del término inglés "two bob" que era la unidad de pago que daban los colonialistas británicos a la población local. Nuestros amigos gambianos que han estado en España, y conocen los matices del español, nos contaron que el término tubab expresa el concepto "amo". Era la manera que los gambianos se dirigían a sus "jefes" que les pagaban.

La historia de la esclavitud en África por parte de españoles parece que no ha interesado especialmente a los educadores españoles. No creo recordar ningún texto, ni creo que ahora se haga alusión a ello en la educación española, de nuestro pasado esclavista, que también lo hubo -véase Cuba, República Dominicana...- En la península, la esclavitud  se abolió en 1837 y en las colonias a finales del siglo XIX. Los tratantes de esclavos españoles fueron muy numerosos, siempre en menor cantidad que los británicos y portugueses que dominaron el transporte de esclavos de África a América durante muchos años. Uno de los mapas presentes en el museo de Juffureh sobre la esclavitud dibuja parte de la costa africana como "La Malagueta".
Gambia, fue un punto muy importante del tráfico de esclavos hacia América. El libro Raíces de Alex Haley, y la posterior serie televisiva, popularizó en los años 70 y 80 la figura de Kunta Kinteh, presunto antepasado del escritor, que en su labor de investigación ubicó su origen en la aldea de Juffureh, en el margen norte del río Gambia. Kunta Kinteh, contaba el libro, fue secuestrado por negreros agazapados cuando fue a buscar madera para hacer un tambor y posteriormente llevado a la isla James, en mitad del río. Éste era el punto de embarque y cautiverio de los esclavos capturados para ser embarcados hacia América. 
Representación del fuerte de James Island
Visitamos la aldea, su pequeño museo y la isla James. Se accede a ella mediante una pequeña barca. Actualmente, son cuatro paredes ruinosas que apenas recuerdan a una isla que era seis veces más grande que la actual y que, además de la guarnición militar, podía albergar a 600 esclavos pendientes de embarcar. La isla era el lugar elegido ya que los habitantes de la zona no sabían nadar y de esa manera no intentaban escapar de vuelta a tierra. Marcados con hierro candente y sujetos por estructuras metálicas, eran traspasados a barcos de mayor calado que arribaban a la isla para trasladar a los esclavos a Dakar y de allí al "Nuevo Mundo". Polacos, holandeses, franceses, ingleses, todos pasaron por el dominio de la isla. Un intenso calor y unas preciosas vistas del río Gambia acompañaron nuestra visita.
Oír hablar de la esclavitud de los africanos por los hombres blancos en la actualidad, con tanta distancia en el tiempo y en los cambios sociales, amortigua la terrible impresión de la misma. Los propios africanos hablan de una forma tranquila e histórica, sin atisbo de un mínimo rencor. Actualmente, los blancos somos una fuente de ingresos por turismo o por ayuda a la cooperación.
Recuerdo una anécdota que me sucedió en Uganda. Hablando de la influencia china en África, de sus empresas, de la compra de materias primas, de la absoluta penetración de los productos chinos manufacturados en toda África, me decía un ugandés: "Nos gustaría que los mzungu -blancos- nos volviéseis a colonizar, vosotros venís con mala conciencia de vuestro pasado, éstos -por los chinos- no tienen ninguna, vienen a explotarnos" Era solo una opinión.

Actualmente no es necesaria ninguna medida de fuerza para dominar a los trabajadores de cualquier país. Ya se encargará la gestión económica junto a una pseudodemocracia o una dictadura de hacer el resto. El miedo es global, como la explotación.

Orilla del río Gambia en Juffureh

jueves, 22 de agosto de 2013

El pozo


El niño estaba sentado, ajeno a los juegos de sus compañeros. De forma reposada, miraba a los tubab que le hablaban en inglés sin entender nada. En su cara se observaba una erosión superficial y una fuerte hemorragia subconjuntival del ojo derecho. Aparentemente nada más. Había caído a un pozo de 20 metros hacía dos días.
El agua subterránea de Gambia es de muy buena calidad. En las consultas no se ven apenas parasitosis ni diarreas graves. Cada pueblo ha perforado sus propios pozos desde hace muchos años. A unos 20-30 metros brota un agua clara y fresca, imprescindible para la vida en una zona muy cálida. Lamentablemente la construcción de los pozos negros para las agua fecales se han realizado en los interiores de las kundas, demasiado cerca de los pozos. 
A través de una simple polea, las mujeres sacan el agua con los recipientes amarillos de plástico repartidos por toda África. Los pozos no están tapados, por lo que el agua de lluvia o cualquier otro objeto puede caer a su interior. El borde del pozo no tiene más de un metro de alto. Es fácil que caiga un niño.
El chaval había sobrevivido sin apenas daño a la caída del pozo. Tuvo que bajar otro niño a rescatarlo. Un adulto es demasiado pesado para subir a los dos con la fuerza de las manos sin que se rompa la cuerda. En el fondo del pozo hay una estructura metálica que aísla el agua de la tierra y la roca. El niño fue rescatado y llevado al Hospital con la ambulancia comunitaria que trajeron desde España. No había sufrido ninguna fractura inexplicablemente.
A pesar de haberle visto en su casa, los familiares llevaron al niño al consultorio al día siguiente. Revisar a un paciente en un entorno sanitario le da doble valor. Lo exploré de forma concienzuda, incluido neurológicamente y el chaval estaba bien. Se encontraba "chocado" por la gravedad de la caída y el susto que debía tener en el cuerpo. Con la traducción intentamos tranquilizarle y decirle que todo había pasado y que se iba a recuperar. Al día siguiente, le vi sonreír en el poblado.
Sin pensarlo dos veces, les comenté lo beneficioso que sería cubrir la entrada al pozo con algún elemento móvil que permitiera cubrirlo y abrirlo cuando fuera necesario. No encontré una respuesta contundente.
Los niños van con sus madres atados a la espalda hasta los dos años. Al llegar a esa edad, los chavales van solos siguiendo a los otros niños de una forma libre. En ningún poblado de Gambia vi un pozo tapado. 


miércoles, 21 de agosto de 2013

Cuando no hay lactancia materna


Para la mayor parte de los niños africanos, la disponibilidad de la lactancia materna es una garantía de buena alimentación y salud. El saber popular y las recomendaciones gubernamentales favorecen el uso y la persistencia de la lactancia materna como la manera generalizada de alimentar a los bebés. La imagen de las madres lactantes, en cualquier lugar, es una de las escenas más habituales a lo largo de África. El pudor para mostrar los pechos no existe en los países africanos. Lo que produce un gran pudor es mostrar las piernas, por ello, la ropa tradicional africana cubre completamente las piernas con largas y vistosas faldas.
Pero ¿qué ocurre cuando una madre no tiene suficiente cantidad de leche materna para garantizar la alimentación de su hijo o ésta desaparece completamente? La respuesta es clara, el niño probablemente morirá. La introducción precoz de alimentos de adultos o de leche no maternizada acelerará el proceso.
Pregunté sobre la existencia de nodrizas entre las mujeres lactantes. En Gambia no existía esa figura social. Cada mujer tiene bastante responsabilidad con criar a sus propios hijos. Solamente cuando una madre fallece, otra mujer se hace cargo del niño. En la cultura mandinga, todos los niños son bien acogidos -incluidos aquellos con discapacidades - y si una familia no puede hacerse cargo, los niños son entregados a otros familiares cercanos. En la kunda, nadie queda desatendido. Se comparte la comida y los cuidados.
Si el lactante no está suficientemente nutrido por su propia madre, se irá deteriorando y, probablemente, acabará muriendo.
En nuestra estancia en Kuwonku nos llevaron dos niños en circunstancias comprometidas, un prematuro de 1 kilo y medio que no succionaba y un lactante de un mes al que su madre no podía alimentar.
En la ciudad de Basse funciona un centro nutricional gestionado por cooperantes españoles, el Centre for Nutritional Recovery and Education. Los niños desnutridos que cumplen ciertos criterios, no solo lactantes, quedan ingresados con sus madres hasta su recuperación y adaptación de sus necesidades con los elementos nutritivos locales. Por ejemplo, están desarrollando un programa de alimentación con la moringa, árbol de fácil crecimiento en países tropicales y de excelente valor nutritivo.
Aprovechando el viaje a Basse para comprar medicación en la farmacia local, trasladamos a uno de los niños para su valoración y aporte de leche maternizada al centro nutricional.

La defensa de la lactancia materna es un pilar nutricional en todo el mundo, no solo en los países pobres. Sus ventajas son incuestionables. En los países ricos tenemos alternativas de calidad y seguras para aquellos niños y madres que no pueden cumplir ese objetivo. En los países pobres no, y es una importante causa de mortalidad infantil.

martes, 20 de agosto de 2013

Celebrando el Koriteh (fin del Ramadán)


Gambia es un país mayoritariamente islámico, aunque existen y conviven pacíficamente otras religiones. Practican un islam sunnita tolerante sin que hasta el momento, ningún movimiento radical haya calado en su población. Para todo el ámbito islámico, el fin del Ramadán es uno de los acontecimientos básicos de su religión y una gran fiesta social. Éste se produce cuando el imán de la mezquita de cada pueblo ve aparecer en el cielo la Luna creciente del siguiente ciclo lunar. El pueblo vivía con excitación el momento de su llegada, y aunque las predicciones de aparición de la Luna se conozcan, ésta debe ser vista en cada aldea por cada imán. Se finaliza el ayuno reglamentario y se producen tres días de celebraciones.
Al atardecer, nos dirigimos a una zona del pueblo donde se podría ver la Luna. El lento paso de la luz a la oscuridad transcurría en un día favorable, donde el cielo estaba despejado; además, la no existencia de luz eléctrica en el poblado y alrededores facilitaría mucho su visión. Venus apareció en primer lugar en el ocaso incompleto del cielo. Los gritos de júbilo surgieron poco a poco, mientras ellos señalaban en el horizonte un punto donde se veía la mínima luna creciente, destacándose poco a poco según el cielo iba oscureciéndose. Era una celebración comunitaria que recordaba a los momentos simbólicos de nuestra sociedad como la Navidad o el Fin de año.
Al día siguiente, el pueblo vestía sus mejores galas y celebraban en la mezquita una gran oración. Nos invitaron a presenciarlo amablemente. En las kundas (barrios organizados por familias) sus numerosos miembros compartían la comida y la fiesta.


La mayor parte de nosotros no tenemos contacto cercano con personas de otras culturas y religiones. Vivimos bajo nuestro patrón cultural y tendemos a minusvalorar, por desconocimiento y prejuicio, otras realidades. Ver las celebraciones de un pequeño pueblo de Gambia bajo el patrón islámico me hacía recordar mucho las fiestas patronales de los pueblos de España, sobre todo durante mi infancia veraneando en un pequeño pueblo de Cuenca. La ropa nueva y elegante, la prédica del cura/imán, la fiesta gastronómica. Sin duda, la religión da coherencia social a los grupos humanos y es un factor educativo sobre costumbres y valores en sociedades poco desarrolladas. La religión es un rito social y una construcción cultural, evidentemente desde mi posición atea. Aún así, disfruté por compartir con los mandingas del pueblo de Kuwonku una fiesta a la que ellos dan una gran importancia y que les une como grupo identitario.



lunes, 19 de agosto de 2013

La misma y frágil especie humana


Cada día en África, millones de niños y adultos tienen fiebre, diarrea, tos, sufren accidentes leves o graves o cualquier otra circunstancia patológica. Miles de mujeres paren a los hijos en sus casas asistidas por comadronas tradicionales o sufren abortos espontáneos. Muchas de estas mujeres han sido sometidas a las prácticas iniciáticas de la mutilación genital femenina que aumentan el riesgo de complicaciones obstétricas. La mayoría de ellas parten de anemias ferropénicas carenciales que, al no ser tratadas, se ven incrementadas con la lactancia materna. Y en muchos países, no hay un sistema sanitario desarrollado que pueda ofertar a la población un atención básica y un aporte regular de la medicación necesaria.

En 2005, salieron de la Escuela de Medicina de la Universidad de Gambia los primeros médicos locales formados bajo el mecenazgo de la Misión Médica Cubana y la OMS. En la actualidad, en los hospitales distribuidos por el país, la mayor parte de la carga médica recae en los médicos cubanos que están destinados unos dos años en cada lugar y que luego son desplazados a otras zonas del país o a otros países.

La mayoría de la población vive en zonas rurales alejadas de estos centros. En la época de lluvias, transitar con cualquier medio de transporte por los caminos embarrados y anegados es una tarea muy difícil. En época seca, los baches e irregularidades del terreno hacen muy lento el desplazamiento. Kuwonku se encuentra a unos 6 Km de la frontera norte con Senegal. Basse, la ciudad de referencia, que se encuentra a unos 35 Km de distancia, pero para recorrerlos se emplea una hora de furgoneta más el tiempo del ferry que cruza el río Gambia - en esa zona estrecho- No hay ningún puente en el país. La mayor parte de las personas sufren, y muchos mueren, por las patologías que pueden surgir. Acudir al hospital es extraordinario y extremo.

El ambulatorio donde hemos estado no recibe ninguna medicación estatal, y la única existente ha sido aportada por las ONGs que hemos apoyado este proyecto. En nuestro viaje llevábamos un botiquín generoso complementado con la compra en las farmacias locales. El tratamiento de la malaria (Coartem) está restringido para su uso en los hospitales, por lo que la mayoría de los casos no serán tratados. Sospeché malaria en una mujer embarazada y en un niño de 2 años, a los que convencí para que acudieran al Hospital. Neumonías en niños, infecciones urinarias en varones y mujeres, anemias carenciales en casi todos era el espectro habitual de las consultas. Visité 2 ancianos en sus casas, impedidos por una ceguera completa y por una insuficiencia cardíaca sin ningún tratamiento. La hipertensión arterial es un problema muy común. La dificultad para acceder a un tratamiento regular impide un mínimo control.
Uno de los casos más tristes que atendí fue un niño de 10 años que vino con aspecto deteriorado y unas lesiones de zóster torácico que eran recurrentes en los últimos años. Había perdido mucho peso y le dolía bastante. Acompañado por su tío, nos comentó que sus padres había muerto en poco tiempo, desconocían la causa y habían sido enterrados sin haber consultado ni haber sido diagnosticados. La sospecha de SIDA era muy alta. Le preparé un informe para que le llevaran al Hospital.

Acostumbrados a realizar una Medicina llena de recursos tecnológicos (análisis, microbiología, pruebas de imagen..), por ello, la práctica de una Medicina básica llena de incertidumbres y de dudas genera inquietud. La constancia de que una gran parte del mundo sobrevive a la enfermedad como puede, con sus recursos naturales, sin intervención científica, -como nosotros no hace tanto tiempo-, confirma la gran desigualdad social en la que nuestro planeta vive inmersa.

Parecen palabras tópicas, pero para poner cara al tópico, aconsejo a todo aquel que minimice esta realidad, o la considere fruto de las circunstancias o de las diferencias raciales, que se dé una vuelta por estos países y se ponga en el lugar de los que lo sufren. Ante el dolor y la muerte todos somos iguales, la misma y frágil especie humana.

El paso del río Gambia en Basse

domingo, 18 de agosto de 2013

Gambia, el país más pequeño de África

Niños en Kuwonku (Upper River -Gambia-)

Gambia es el país más pequeño de África y uno de los más pobres. El río Gambia define su territorio, fruto de las sucesivas colonizaciones que sufrió esa tierra, una de las más desvastadas por el tráfico de esclavos. El país fue muy visitado en los años 70 y 80 tras el éxito de la novela Raíces de Alex Haley y la posterior serie televisiva. Kunta Kinte, su protagonista y supuesto antepasado del escritor, de la etnia de los mandingas, es el personaje más famoso de toda Gambia.
El país obtiene sus ingresos del turismo y de la exportación del cacahuete. La mayor parte de la población rural sobrevive con sus propios cultivos y ganaderías. El país es rico en agua - cada aldea tiene sus propios pozos - y no hay hambrunas ni malnutrición severa. La religión mayoritaria es el islam sunita. No hay grupos radicales ni hay agresiones a otras religiones o a los tubab (blancos).
En los últimos 15 años, numerosos hombres jóvenes han emigrado a Europa, una gran parte a España. Lamín, 38 años, responsable del ambulatorio de su pueblo y conductor de la ambulancia que trajeron de España, pudo salir del país hace muchos años hacia el Reino Unido cuando no solicitaban visado a los gambianos. La falsificación de pasaportes de Gambia por ciudadanos de Senegal y Nigeria acabó con ese privilegio. Ha estado 13 años en España, en Premià del Mar (Cataluña), y junto a otros compañeros formó una asociación que ha velado por aportar mejoras para su pueblo: Kuwonku. Sin la ayuda de su Gobierno, que no facilitaba ninguna infraestructura sanitaria, construyeron un ambulatorio, y en contacto con nuestra asociación Jatakendeya, la Asociación para el desarrollo agrícola de Kuwonku y su distrito y los alumnos del  Máster de Salud Internacional de la Universidad de Barcelona hemos conseguido aportar asistencia sanitaria y farmacéutica a la zona durante un año. Se firmó un acuerdo con el Ministerio de Salud de Gambia para que aportasen un physician assistant para darle continuidad a la asistencia. La actual visita tenía por objeto cerrar el proyecto por nuestra parte, y mientras tanto, aportar nuestro trabajo durante este breve tiempo. Yo personalmente no puedo permitirme el lujo de pedir permiso sin sueldo y debo limitar mi colaboración a estas breves estancias durante mis vacaciones reglamentarias.
En sucesivas entradas iré comentando temas sobre las patologías y la organización sanitaria de Gambia, sobre su sociedad, sobre el abordaje de la mutilación genital femenina -muy presente en la sociedad gambiana-, sobre el antiguo tráfico de esclavos en la zona, sobre el islam tolerante y sobre una Naturaleza de gran intensidad para el tubab de las zonas templadas de la Tierra. 

Río Gambia en Juffureh

viernes, 2 de agosto de 2013

Hasta la vuelta: rumbo a Gambia


La mejor recompensa que puedo tener, y la única forma de vacaciones que ahora me apetece, es irme a África para un trabajo de cooperación y, por supuesto, conocer lugares y culturas diferentes. Los proyectos de nuestra organización Jatakendeya me llevan a Gambia, país encajado en Senegal con una de las historias más tristes del tráfico del esclavos británico hacia el Nuevo Mundo. Un fértil río da nombre al país y define a sus gentes. En las próximas dos semanas espero impregnarme de esta parte del África atlántica.
A la vuelta, espero poder contar historias, mostrar fotografías y vídeos de aquella zona y sus gentes.