Tradicionalmente, la industria farmacéutica de EEUU, la Unión Europea y Japón desarrollaba los ensayos clínicos de sus medicamentos en sus países, con la salvedad de Japón que exige por sus peculiaridades genotípicas y fenotípicas que los medicamentos autorizados en su país hayan sido ensayados en Japón. Actualmente esto está cambiando a una gran velocidad. La página web del gobierno norteamericano Clinicaltrials.gov tiene registrados unos 50,000 ensayos en marcha y el 10% se realizan fuera de los países citados anteriormente. La proporción de investigadores principales registrados en los ensayos evaluados por la FDA de fuera de estos países se incrementó de un 5% en 1997 al 29% el último año. El crecimiento más rápido proviene de India, China, Rusia y Argentina.
Las razones aducidas son los costes y las "facilidades", así como la necesidad de ampliar los mercados de las economías emergentes. El negocio farmacéutico mundial se mueve así.
El Financial Times, periódico nada sospechoso de "antiglobalización" describe en su artículo New Lease on Life The ethics of offshoring clinical trials las características de esta última forma de globalización. Literalmente, el articulista describe las razones de la siguiente manera:
Las razones aducidas son los costes y las "facilidades", así como la necesidad de ampliar los mercados de las economías emergentes. El negocio farmacéutico mundial se mueve así.
El Financial Times, periódico nada sospechoso de "antiglobalización" describe en su artículo New Lease on Life The ethics of offshoring clinical trials las características de esta última forma de globalización. Literalmente, el articulista describe las razones de la siguiente manera:
Los mercados emergentes ofrecen buenas y mejoradas infraestructuras sanitarias, al menos para una parte significativa de la población, con una plantilla de médicos bien formados disponibles por una cantidad menor que en los países desarrollados, incluyendo doctores que hablan inglés y parcialmente educados en el USA y Europa. Esto puede reducir los costes directos de los ensayos a la mitad.
Detrás de estas facilidades, quedará la duda sobre la ética en la selección de los pacientes y la información que reciben. No está de más recordar las dudas existentes sobre el tráfico de órganos en las prisiones chinas o el cese y posterior condena a muerte del director de la agencia del medicamento china no hace tanto tiempo por fraude.
Sería terrible que las multinacionales, en base a la eficiencia permitieran la investigación bajo condiciones no éticas.
Para empezar, la FDA ha abierto una delegación en Beijing.
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