El conocimiento de las variaciones polimorfas de los distintos alelos del citocromo P450 nos aportará una información esencial para elegir la dosis adecuada que consiga el mejor efecto terapéutico y disminuya la incidencia de los efectos adversos mediados por esta vía.
Hace un año escribí una serie de 3 artículos en la revista CAP para la sección de Novedades Farmacológicas donde repasaba los conceptos fundamentales sobre este tema. El que tenga interés puede descargarlos compilados en un solo artículo en http://www.megaupload.com/?d=7TMRVFKI
En el último número del PLOS Medicine del 14 de Agosto, Translating Pharmacogenomics: Challenges on the Road to the Clinic se repasa la utilidad de dichas técnicas, que han sido recientemente aprobadas por la FDA (en la imagen uno de los chips aprobados) y las razones por las que su utilidad va a ser progresiva.
Uno de los ejemplos que hoy mismo la FDA nos presenta en una nota de prensa es la utilidad del análisis de las variaciones genéticas del CYP2C9 (un citocromo P450I) y VKORC1 (vitamina K epoxido reductasa subunidad 1) explican hasta en un 55% la variación de la respuesta a los anticoagulantes orales. Ello ha motivado un cambio en la información para la prescripción de dichos medicamentos: warfarina y acenocumarol.
Probablemente estamos empezando a ver el final de una era, la de: “one size fits all” que bien podríamos traducircomo una dosis que sirve para todos.
La biología humana es más compleja y cada vez sabemos más de nuestro interior más allá de los kilos y la edad que tengamos.
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