Un americano de Minnesota, un danés de Copenague y un singaporense de Singapur se juntan y ¿qué hacen?: estudiar una cohorte de forma prospectiva para analizar la posible relación entre el uso de incienso (tan necesario para la vida espiritual en Asia y en Santiago de Compostela) y el cáncer del tracto respiratorio. Incense use an respiratory tract carcinomas ha sido publicado en el último número de la revista Cancer. Antes de seguir me gustaría destacar que el americano de Minnesota trabaja en la Masonic Cancer Clinic. Sí, en la Clínica Masónica. No sé si esto estará influyendo en los resultados.
Entre 1993 y 1998 una cohorte de base poblacional de chinos de Singapur de 45 a 74 años fue seguida hasta 2005. La información recopilada recogía múltiples aspectos del estilo de vida. A través del enlace con otras bases de datos evaluaron la aparición de cáncer en este grupo. Un total de 325 cánceres de tracto respiratorio superior y 821 cánceres de pulmón fueron detectados en el periodo de segumiento. El uso de incienso en el ámbito doméstico y comunal fue asociado con un incremento significativo de cáncer del tracto superior no nasofaríngeo, sin un efecto claro sobre el de pulmón. Esta asociación aparecia en los tumores de células escamosas. El riesgo relativo del carcinoma de células escamosas entre los usuarios de larga duración de incienso fue 1.8 (95% IC, 1.2-2.6; P = .004) para todo el tracto respiratorio. Donde la relación era más clara es en el cáncer laríngeo.
Nuestros amigos de Behind the Headlines diseccionan con la elegancia y mesura habitual este estudio. Afortunadamente aquí, ni los más beatos inhalan tanto incienso, aunque tenemos otra especie en nuestro ecosistema occidental muy dado al incienso: el naturista herbolarius.
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