Al facturar en el aeropuerto de Managua el vuelo a Miami para coger el avión de Iberia a Madrid, nos informan que no podemos embarcar porque no hemos rellenado el ESTA (Electronic System for Travelling Authorization) estadounidense. Nosotros pensábamos que al estar en tránsito no hacía falta. Error. Primer contacto de nuevo con el mundo desarrollado dominado por el estrés y el miedo. Gracias a que portábamos suficientes aparatos electrónicos internetianos pudimos hacerlo in extremis. Aeropuerto de Miami: controles repetidos, colas gigantescas. De nuevo me sentí occidentalmente acelerado y estresado. Se había acabado la tranquilidad y la serenidad que muestran los hondureños y los nicaragüenses, incluso en su miseria, en sus carencias, en sus enfermedades, en sus incertidumbres vitales.
Dos semanas trabajando con pacientes en numerosos lugares de estos dos países, hablando con profesionales sanitarios de distintos ámbitos, viviendo en las casas de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), la organización no gubernamental católica que nos ha acogido en sus hogares y en la que colaborábamos en sus programas de asistencia sanitaria comunitaria, sirve para tener una idea global de la sociedad y de la sanidad de estas tierras. Nuestro proyecto va más allá de la visita y de la actuación puntual. Junto a la Fundación Quirón y el Hospital de Terrassa, liderado por Roger Mercadé, gran psiquiatra de Barcelona, queremos organizar una actividad de cooperación estable y periódica que abarque aspectos educativos y de asistencia directa en las áreas más deficitarias. Y no hay mejor manera que sentándote en consultas rurales improvisadas en escuelas, en centros de salud, en las urgencias de un hospital. De todo ello, he tenido oportunidad y ha supuesto una impagable fuente de conocimiento de la realidad. Junto a mis compañeros Gema García, Marta García, Andrés Carlos López (ginecólogos), Mª Socorro Uriz, Abel Martínez (pediatras) y Roger Mercadé, hemos creado los contactos y evaluado el terreno para llevar adelante este proyecto.
En los próximos días iré desgranando los detalles de lo vivido y sentido. Espero que os interese.
Bienvenido al mundo real....Lo que cuentas, de tanto trámite y estress, es verdad y limita la convivencia ...
ResponderEliminarMe alegra esta visita trabajada que has hecho, porque los que menos tienen, son felices con todas sus limitaciones, es verdad, y ocurre que el que menos tiene, es el que más comparte, es el que más acoge al vecino necesitado, porque está acostumbrado a las catástrofes y a la demora en la ayuda, si es que le llega!! Y es algo curioso, como primitivo, que si alguien se enferma en un barrio pobre, los vecinos corren a ayudar, mientras que en los barrios acomodados, cada uno vive su pena solo.
Te felicito por tus deseos de compartir, y de aliviar a los demás.
Por supuesto q nos interesada seguro q muchas personas te lo seguiran agradeciendo desde la distancia.
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