El PP ha presentado una enmienda a los PresupuestosGenerales del Estado para 2014 en la que propone dejar en suspenso, hasta la finalización de los estudios correspondientes, la posibilidad de que el servicio militar o la prestación social sustitutoria puedan cotizarse a efectos de Seguridad Social....
Leer esta noticia me ha traído a la conciencia algo en lo que nunca pienso: el servicio militar. Pero está bien no olvidar.
Hace unas semanas recibí de la Tesorería General de la Seguridad Social mi vida laboral: faltan pocos días para hacer 29 años. Podría ser un año más, pero no lo es. Ese año, realicé el Servicio Militar Obligatorio, es decir, fui forzado por el Estado a servir a las Fuerzas Armadas.
Mis compañeras de clase y muchos compañeros varones que tenían "pequeños defectos" en los pies, la vista, etc, habían aprobado el MIR y empezaban su carrera profesional. En Octubre de 1982, a pesar de convocar unas escasas 1300 plazas del MIR, yo tenía un buen número, pero no podía incorporarme a principios de 1983 porque tenía que "servir a la patria". Me incorporé en 1984
Las chicas estaban exentas y los varones que llevaban gafas o algún tipo de plantilla en los pies se libraban y eran declarados exentos. La inmensa mayoría, menos 2 varones de la clase, se habían apuntado a Alférez de Complemento (oficial del Ejército) donde gozaban de las grandes prebendas de ser oficial, de repartir el tiempo en dos periodos que no interrumpieran su progreso profesional. Ser objetor de conciencia al servicio militar salía muy caro entonces, el doble del tiempo de prestación civil sustitutoria (24 meses). Mi actitud fue la de resistencia pasiva y asumí la mili que me tocase: artillero-topógrafo en la División Acorazada Brunete en una especie de tanque como éste.
No voy a contar detalles (suele ser un signo de vejez hablar de los que hicimos la mili) sino de las implicaciones laborales y profesionales que supuso ese periodo.
La discriminación negativa que supuso el retraso en el inicio de la actividad laboral remunerada es clara. Empezar el MIR un año más tarde de cuando podía haberlo hecho es un dato perjudicial, mirando mi futura (si llego) jubilación. Tardaré un año más en alcanzar el máximo de tiempo para cobrar el 100%. El servicio militar tenía una remuneración ridícula, pero se daba (creo recordar unas 100 pesetas al mes). Por ello, parece justo que a todos los varones que sufrimos aquel destino marcado por los cromosomas, se nos compensase dándole un periodo de cotización a aquella actividad forzada.
Solo una anécdota: dado que el capitán de mi compañía conocía mis estudios de Medicina y me miraba como un bicho raro diciéndome que qué hacía allí, un día me encargó una importante tarea: debía escribir todas las dedicatorias que se me ocurrieran para el libro que había escrito y quería regalar al general sobre la conquista militar de las islas Canarias en el siglo XV. Rellené una docena de folios con toda clase de emperifollados textos laudatorios y de vasallaje de mi capitán a su general. Lo peor de todo, es que luego no me dijo cuál se quedó.
Y esos textos serán expurgados un dia y acabarán con todo tu prestigio. Yo no hice la mili, pero en segundo de carrera, habiendo muerto Franco en la asignatura de Formación del Espíritu Nacional, hice una redaccion alabando el Espíritu de la Reforma de Arias Navarro. ¿Donde estará esa redaccion? Tampoco tengo ningún futuro :)
ResponderEliminarquerido Vicente : gracias por recordar este agravio "laboral" que a tantos nos afecta (asociación de víctiimas del militarismo)
ResponderEliminaren mi caso personal creo fue aún peor : aprobé el IMEC pero después me expulsaron por polticamente sospechoso ....y me mandaron a Africa 15 meses de recluta .....de donde reqresé para acabar la carrera
Ciertamente duro.
EliminarSaludos
¡Cuánta razón tienes! yo siempre he puesto el tiempo de mili realizado como ejemplo de "discriminación negativa" Lástima de año perdido como "zapador de a pie", en mis tiempos había demasiados médicos.
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