viernes, 31 de julio de 2009

Un editorial con sentido común: Lancet y las vacunas contra el nuevo AH1N1


Durante la última semana, Australia y EEUU anunciaron que iban a comenzar los ensayos clínicos con una vacuna contra el AH1N1. La vacunación, será un importante acontecimiento para el control de la pandemia. Sin embargo, existen varios aspectos controvertidos respecto a la fabricación de las vacunas y su aprobación. Todos los países va a exigir la vacuna, pero la capacidad de producción actual no será suficiente para alcanzar esa demanda. Además, los expertos piensan que serán necesarias dos dosis de la vacuna en lugar de una, lo que hace disminuir su capacidad. Los fabricantes de las vacunas están intentando obtener buenos rendimientos con las cepas suministradas. Una vía para mejorar el problema del abastecimiento es el uso de adyuvantes en la vacuna. El 7 de julio, el Grupo Estratégico Asesor sobre Inmunización de la OMS recomendó que la vacuna fuera formulada con un adyuvante de aceite en agua y con el uso de vacunas de virus vivos atenuados para aumentar la producción mundial de la vacuna, por ser potencialmente mejores para proteger futuras modificaciones de la cepas virales. Sin embargo, hay indicios de que los EEUU podrían no seguir esta recomendación: "El uso de adyuvantes debe estar supeditado a que se demuestren que son eficaces y necesarios" ha dicho Jesse Goodman, jefe científico y comisionado adjunto de la FDA a la prensa el 17 de julio. Los EEUU deben apoyar el uso de estrategias de ahorro de dosis para el suministro de vacunas ya corto de por sí.
Tanto como la disponibilidad, la seguridad es un motivo de preocupación. Muchas agencias reguladoras han creado un sistema de evaluación rápido para acelerar la aprobación de las vacunas AH1N1, lo que significa que podría ser aprobada sin los habituales datos requeridos de seguridad y eficacia. La seguridad debería ser monitorizada a través de los mecanismos de evaluación postcomercialización. Sin embargo, algunos temen una repetición de la campaña de vacunación masiva de 1976 ante un brote de H1N1 donde se produjeron complicaciones que motivó la suspensión de la campaña de vacunación.
Los países deben evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios de la rápida aprobación de una vacuna contra el H1N1, sobre todo porque la enfermedad ha sido hasta ahora, en la mayoría de los pacientes leves con una recuperación total. También se deben asegurar de contar con fuertes mecanismo de vigilancia post-comercialización antes de poner en marcha la vacunación.
Traducción propia

3 comentarios:

  1. Chico, qué quieres que te diga... yo creo que en estas cosas los experimentos con gaseosa.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego, las prisas no son buenas para nada.

    En 1976 hubo un brote epidémico por gripe A debido al H1N1, un "primo-hermano" del actual. Fue en Fort Dix, un recinto militar. Se registraron 230 casos y un fallecimiento. Como consecuencia de esto, se elaboró una vacuna (no sé si se cumplieron entonces escrupulosamente los plazos o "hubo prisa"). Se vacunó a 40 millones de personas. Pues bien se registraron 532 casos de síndrome ge Guillain Barré y 32 muertes.

    Aquí está la información:
    http://tinyurl.com/lmyqye

    Sí, los experimentos, con gaseosa.

    ResponderEliminar
  3. Cristóbal, justo estaba preparando este tema y lo he publicado esta tarde.
    Coincidimos en la apreciación de que las prisas son malas consejeras.
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar