lunes, 25 de octubre de 2010

Consejo





A veces, vale más la Nada que el Todo.

Cuidado que tiene algo de truco.

2 comentarios:

  1. Después de todo, todo ha sido nada,
    a pesar de que un día lo fue todo.
    Después de nada, o después de todo
    supe que todo no era más que nada.

    Grito "¡Todo!", y el eco dice "¡Nada!".
    Grito "¡Nada!", y el eco dice "¡Todo!".
    Ahora sé que la nada lo era todo,
    y todo era ceniza de la nada.

    No queda nada de lo que fue nada.
    (Era ilusión lo que creía todo
    y que, en definitiva, era la nada.)

    Qué más da que la nada fuera nada
    si más nada será, después de todo,
    después de tanto todo para nada.

    ("Vida" por José Hierro).

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