El avance de la Ley, popularmente llamada antitabaco, es lento y lleno de dificultades. Sus señorías los senadores, con una amplia representación de médicos como Jesús Aguirre e Ignacio Burgos del PP, han votado para rebajar las exigencias previas, permitiendo la existencia en bares de "cubículos" para que se encierren y ahumen a conciencia los fumadores que salen a divertirse. El ridículo de esa medida es absoluto. La misión pedagógica de la limitación de las zonas públicas donde se puede fumar pierde todo el sentido. Los empresarios de hostelería, que consideran que sin tabaco no hay alcohol y viceversa, se han salido con la suya. ¡Enhorabuena! La visión cortoplacista de estas medidas populistas es un buen ejemplo de la toma de decisiones políticas y de salud pública que se hacen hoy en día. Siempre intentando contentar a todos, al final las decisiones se destiñen por el oportunismo.
Meterse en cubículos especiales debería provocar inquietud a los fumadores. Una de las películas de "suspense" más impactantes que he visto ha sido CUBE. Siete extraños aparecen, sin saber cómo, en un cubo con diversas salidas. Encontrar la manera de salir...con vida, será el objetivo. El que no conozca la película, aconsejo que la busque. No le dejará indiferente. Desde entonces no me gustan los "cubículos". En la calle estarían mejor fumando, y más seguros.
Yo todavía me sueño con JL lÓPEZ VÁZQUEZ EN la cabina. Ahora en lugar de transportado en un camion me lo imagino fumando dentro y diluyendose en SU PROPIO humo. Lamentable esto que cuentas.
ResponderEliminarsALUDOS, JA CORDERO
A principios de siglo en los tranvías ponía prohibido escupir, hoy ya no es necesario, supongo que habria un grupo de procuradores que tambien se opuso a la prohibición. Hoy nos parece superantiguo el fumar por ejemplo en autobuses o en el trabajo, el dia que por fin podamos disfrutar de una caña sin humo, será genial, y nos parecerán superantiguos aquellos que se opusieron a este tema.
ResponderEliminarCon las ganas que tengo este año de que llegue el 1 de enero precisamente por esta cuestión del tabaco.
ResponderEliminarQué asco de ambientes irrespirables, cada vez lo tolero peor, y me fastidia todavía más por nuestros pequeños pacientes.
Populismo y salud pública nunca fueron de la mano.
A veces parece que vivimos en una república bananera.
un saludo
No desmayemos, la Ley debe volver al Congreso y allí se le puede volver a dar la vuelta.
ResponderEliminarSi no entiendo mal los cubículos son solo para los despreciables fumadores, el resto podréis respirar vuestro aire incontaminado.
ResponderEliminar¿Que mal hay en ello? Somos nosotros los que decidimos que nos queremos seguir contaminando sin contaminar a los demás. ¿Que hay del empoderamiento?
Recuerdo esa frase que dice que tu libertad termina cuando estas coartando la libertad de los demás, si son sitios específicos no estamos atentando contra vuestra libertad, así que me encantaría que no atentarais contra la nuestra.
Por cierto, de la vida nunca se sale con vida.