Los enamorados Foto original de Vicente Baos |
El primer hijo a los 17 o 18 años, a los 23, tres hijos... Era llamativa la joven maternidad de las mujeres centroamericanas que atendimos: pobres y mayoritariamente rurales. Las condiciones para la maternidad son bastantes precarias. En Honduras, la mayoría de los partos son realizados por parteras sin formación que a la mínima dificultad son derivadas al Hospital al que llegarán como puedan, madre e hijo. En los Hospitales, los partos son fisiológicos o cesáreas. El uso de anticonceptivos inyectados en masivo. En Nicaragua, la situación era muy similar, con un mayor uso de los establecimientos hospitalarios. La mujeres con algún factor de riesgo se desplazaban a vivir cerca del Hospital cuando llegaban las últimas semanas... las que tenía dinero para ello, por supuesto.
En los hospitales, la promoción de la lactancia materna era masiva en multitud de carteles artesanales hechos por la propias enfermeras.
Vida y muerte, nacimiento, enfermedad, supervivencia eran situaciones en muchos casos límites; como ejemplo, una situación vivida por nosotros en Ometepe: Un lactante de 2 meses estaba convulsionando en el Hospital. Había nacido con dificultades y presentaba una clara patología anóxica cerebral. Una vez estabilizado, era necesario que se desplazase al Hospital de Rivas para su seguimiento. La madre llorosa dijo que no tenía dinero. La directora del Hospital le ofreció pagarle el billete del ferry. Ella insistía en que no tenía dinero. Eso significaba mantenerse durante días en otra localidad, dinero para comer, dado que los familiares dormían muchas veces en el pasillo del Hospital o compartiendo cama con el enfermo. La mujer llamó a su marido y éste le dijo que se fuera para casa. No supimos nada más.
El descanso Foto original de Vicente Baos |
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