Los temas relacionados con el Autocuidado y la Automedicación me han interesado desde hace muchos años. En 1996 publiqué un libro en la editorial Temas de Hoy del Grupo Planeta titulado: Sin Receta, la automedicación correcta y responsable. Vendí 5.000 ejemplares, que dada la cifra media de ventas de libros sin una promoción especial, no está mal. Aún así, no cubrí el anticipo de la editorial. Dado que el libro está descatalogado, me permito ponerlo a disposición del que quiera verlo. El 90% del contenido sigue estando vigente. La relación de los médicos con los farmacéuticos no ha sido lo adecuada que debería. En estos temas, la colaboración debería redundar en el beneficio de los médicos, visto desde nuestro punto de vista. En el Reino Unido, una demanda de atención sanitaria por un prob
lema menor es recomendada que "Pharmacy first", es decir que primero vayan a la farmacia. Aquí, ¿porqué no? Nuestro sobresaturado Sistema Nacional de Salud (puede ir el que quiera, cuando quiera y las veces que quiera por el mismo precio) se vería favorecido por este tipo de medidas. Para homogeneizar el mensaje sanitario entre las oficinas de farmacia y los médicos de familia, el Grupo de Utilización de Fármacos de semFYC que yo coordino, ha colaborado con el Grupo de Investigación de Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada en la edición de un texto: Protocolo de Indicación Farmacéutica y Criterios de Derivación al Médico en Síntomas Menores que podéis descargar aquí. Son las ideas, mensajes y recomendaciones que deberían dar en las oficinas de farmacia ante los síntomas menores más consultados. Si esto se aplicara, por supuesto que podíamos confiar en la valoración de los farmacéuticos.
Por otro lado, la Sociedad Española de Medicina de Familia Y Comunitaria (semFYC) ha puesto a disposición del público en general, la Guía de Actuación de Salud, obra divulgativa de información y manejo de los problemas de salud más habituales. Sí, es posible conseguir una población educada en salud y en autocuidados. Hay herramientas de sobra, solo falta divulgarlas, darlas a conocer con los medios de comunicación de masas que se utilizan para otras cosas. Todo redundaría en un beneficio social y en una descarga del sistema de salud, a punto del colapso.




















