En tiempos de ordenadores y receta electrónica -para el que la tenga-, a mí me sigue gustando que un paciente que no atiendo habitualmente en mi consulta (abuela golondrina) despliegue encima de mi mesa el "cartulario" del anciano polimedicado que lleva a la consulta en la bolsa usada del Mercadona (líder en mi zona).
Y además, me gusta y me estimula que me digan que se sienten mal y no saben de qué.
Y añadan: No he traído todas, me faltan los calmantes y la insulina porque no me hacen falta.
Y me encanta tener tiempo para averiguar en el susodicho mercadillo de "marca" para qué toma todo eso y cómo le sienta.
Conclusiones:
- Hay todavía médicos que lo de los genéricos no va para nada con ellos
- Hay médicos que asocian sin rubor diuréticos tiazídicos y de asa
- Hay médicos que no tienen problema en añadir etoricoxib para la artrosis a una paciente con insuficiencia cardíaca y múltiples antihipertensivos
- Hay médicos que con semejante cóctel tienen a una paciente con insuficiencia cardíaca en bajo gasto con 90/60 de tensión arterial
- Hay médicos que quieren bajar el colesterol de sus pacientes ancianos sin cardiopatía isquémica a los niveles del recién nacido con atorvastatina 80mg
- Hay pacientes que necesitan escitalopram para el ánimo y tranxilium para el desánimo
- Hay médicos que deberían tener tiempo para pensar en la seguridad del paciente.
Todo el mundo pone y nadie quita.