
Los pobres ancianos caciques de los clanes afganos sufren los mismos problemas que el agobiado occidental, y han descubierto, gracias a los equipos locales de la Central Intelligence Agency (CIA), que la pastilla azul puede ser la solución para dar contento y satisfacción a las numerosas mujeres azules de las que viven rodeados.
Azul con azul pega, y por unas cuantas pastillas azules, están dispuestos a confesar hasta dónde se esconde Osama Bin Laden.
Más datos en The Washington Post.
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