sábado, 29 de agosto de 2015

Calmar la ansiedad de los enfermos con terapias mágicas ¿es un buen camino?

Tener una enfermedad grave, tumoral o no, y sentir ansiedad es una obviedad indiscutible. Todos tenemos miedo a enfermar y perder la vida o la autonomía prematuramente. Todos tenemos miedo a sufrir, a sentirnos solos sin compañía ni afecto. El proceso emocional que acompaña a la enfermedad es resuelto por cada individuo según su cultura, formación y personalidad.
Desde el ámbito sanitario, la empatía es la herramienta básica y completa que usamos médicos, enfermeras y cualquier persona que entra en contacto con un enfermo (celadores, administrativos..)
Ofrecer conocimiento, evidencia científica y habilidades para comunicarlas a los pacientes es la tríada de un buen profesional sanitario, y debería ser el objetivo de un centro sanitario, sea un humilde centro de salud o u megahospital de nivel terciario.

Aún así, las pseudoterapias basadas en el absurdo y en la palabrería, en el sin sentido de la charlatanería orientalista, antroposófica o de cualquier otro orden mágico, quieren una y otra vez tener su hueco al lado de la ciencia. Quieren ser "complementarios" -cada vez más se callan lo de alternativos- a los lentos pero firmes avances de las ciencias.
Muchas veces, dentro del colectivo sanitario hay seguidores de dichas pseudoterapias que promueven su uso. Más patético resulta oír a médicos bien formados que carecen de un espíritu crítico y se dejan convencer con los cantos de sirena del "amimefuncionismo".




Ver a alguien, con la cara muy seria y concentrada, hacer movimientos aflamencados o de baile oriental sobre la enferma de cáncer tumbada y relajada o poner la mano sobre el pecho de una persona para transmitir la "energía universal" "leyendo el corazón emocional", los "chakras generales" "los cuerpos sutiles", etc. Palabras bonitas, vacías, sin ningún efecto más allá del deseo de bienestar del que recibe la "sesión", de la relajación de tumbarse y escuchar palabras suaves. Y todo eso hace que se sienta mejor, que el paciente diga que le ayuda mucho a tener mejor "el nuevo órgano", a relajar la ansiedad de estar enfermo.

¡Qué fácil es sugestionar al enfermo! De esa necesidad y facilidad viven miles de "terapeutas mágicos", sea reiki, acupuntores, homeópatas que con sus absurdas maniobras e invenciones consiguen hacer creer que lo suyo vale para algo.

La gente que tiene necesidades espirituales o mágicas que cubrir puede hacerlo donde quiera. Siempre ha habido y habrá creyentes en dichas ilusiones que están dispuestos a ejercerlas y a recibirlas. 

Dejemos a la ciencia hacer su trabajo con amabilidad y empatía y alejemos de los centros sanitarios a los charlatanes vendedores de felicidad mágica. Nunca se pueden poner al mismo nivel y menos ser ejercidas por las mismas personas en los mismos lugares.
El pensamiento mágico y sus prácticas son muy dañinas para el avance científico de la sociedad.

Última revisión Cochrane sobre reiki: 
Cochrane Database Syst Rev. 2015 Apr 3;4:CD006833. doi: 10.1002/14651858.CD006833.pub2. Reiki for depression and anxiety. Joyce J1, Herbison GP.

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