La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) acaba de publicar el informe: Utilización de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) en España durante el periodo 2000-2012 donde podemos observar la evolución de uno de los grupos terapéuticos más usado. Asimismo, podemos ver el consumo de los SYSADOA en nuestro país.
Desde el año 2009, cuando se alcanzó la cifra más elevada de consumo de AINEs en nuestro país, ha habido un ligero descenso hasta el 2012 del DDD/1000 habitantes y día.
Una vez más se confirma la supremacía del ibuprofeno como el AINE más usado, alcanza el 43.9% del total del consumo del grupo. Es tanto su éxito que muchos médicos y pacientes han olvidado que es un AINE y su utilización como analgésico y antipirético le da dicho protagonismo. En las preferencias de los pacientes, el ibuprofeno está desbancando al paracetamol. Dado que aquí no disponemos de las dosis medias utilizadas, debemos sospechar que 600mg por comprimido es la más usada en adultos y adolescentes, olvidando que 400mg como dosis unitaria tiene excelentes resultados y se minimizan riesgos.
Los COXIB han quedado reducido a dos medicamentos: celecoxib y etoricoxib. Los riesgo cardiovasculares asociados a estos medicamentos, y especialmente a etoricoxib, deberían provocar una minimización de su uso. Aún así, el 14,7% de las prescripciones totales de AINEs pertenecen a los coxib. Sin embargo, el diclofenac, claramente asociado al incremento de riesgo cardiovascular sobre el resto y equivalente al riesgo de los COXIB, ha iniciado un lento descenso desde 2008. En mi opinión, diclofenac y coxibs deberían sufrir un retroceso aún más llamativo.
¿Y los SYSADOA? Bien, gracias. Su consumo aumentó en un 423% desde 2000 a 2012. La diacereína está pendiente de su retirada por el desfavorable beneficio/riesgo que presenta. La falta de eficacia y el despilfarro que supone la financiación de estos productos sigue siendo motivo de escándalo nacional. Entre todos debemos conseguir que estos fármacos no se usen. Y dado que muchos médicos de distintas especialidades son resistentes a ello, se les debe retirar de la financiación pública. Según un reciente post, el gasto anual de estos productos equivale al sueldo de 1000 médicos. ¡Ya está bien!
Interesante lectura del informe y de sus referencias.