El día 13 de febrero de 2007 publiqué la primera entrada de este blog. Estaba dedicado a la telitromicina, un macrólido que presentaba notables efectos adversos. ¿Quién se acuerda de la telitromicina?
El tiempo pasa a ritmo fijo en nuestra historia personal; la percepción del mismo se modifica según nuestro estado de ánimo o las circunstancias que marcan los hechos vitales de nuestra biografía. En el 2007 no había muchos blogs, empezar uno fue motivo de satisfacción y lo hice con mucha ilusión y ganas (en ese momento tenía tiempo, tenía una fractura luxación de hombro). Los primeros años fueron de una gran efervescencia en el uso y creación de blogs, supusieron un gran cambio en el acceso a la información y a la opinión de muchas personas. Al releer y ver entradas que ni recordaba, veo el trabajo y el tiempo que he dedicado a ello. Y no me arrepiento, siempre lo he hecho con gusto.
Abrir tus pensamientos e ideas a la exposición pública supone siempre un riesgo pero también una ventaja. He conocido a muchas más personas interesantes y creado nuevas amistades y afinidades a través del blog que en otras facetas de las relaciones humanas.
A lo largo de estos 10 años he opinado sobre la actualidad sanitaria, he comentado artículos relevantes para la práctica médica desde una perspectiva independiente y crítica, he contado viajes y experiencias, he escrito relatos inventados.... Me siento orgulloso de la participación en movimientos que supusieron una novedad y una apuesta arriesgada como 6 minutos, Gripe y Calma, #NoSinEvidencia y otros más. He manifestado en público mis creencias y descreencias, sin afán exhibicionista (aunque siempre hay vanidad cuando nos mostramos sin tapujos ante la sociedad) sino para apoyar, a veces, causas perdidas o minoritarias.
Diez años después no tengo la misma efervescencia. En los últimos meses he volcado más intervenciones públicas que realizar textos de creación directa. Me dejo llevar, no me siento obligado ni coaccionado por mi mismo para hacer otra cosa. Un blog es una creación tuya y debe ir al ritmo que tú desees. Así lo vivo mientras desee hacerlo.
Gracias a todas las personas que han dedicado tiempo de su vida a leer o escuchar lo que en él está volcado. Solo por eso es motivo de agradecimiento. Si a alguien le ha servido profesional o personalmente, me siento aún más satisfecho. ¿El futuro? No lo sé.
Un abrazo a todos