Mostrando entradas con la etiqueta Benzodiacepinas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Benzodiacepinas. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de septiembre de 2014

A vueltas con la prescripción de demasiados ansiolíticos y antidepresivos


En un solo artículo publicado este fin de semana en El Mundo: Las pastillas matan más que las drogas vemos recogidas todas las opiniones sobre la medicalización de la sociedad y el sobrediagnóstico de los problemas de la salud mental. Con titulares que no se olvidan y echando la culpa a todo el mundo: los malignos psiquiatras que con el DSM V (y antes el IV) ponen etiquetas patológicas a todo lo que nos hace incomodarnos en la vida, los horrorosos médicos de familia que no escuchan a los pacientes y les dan todas las pastillas existentes, la sociedad que no aguanta nada y las farmacéuticas que se forran dando solución farmacológica a todo lo que se menea y da dinero. Y los psicólogos que nos dicen que pueden hacer muchas cosas pero que no salen suficientes puestos de trabajo y la gente no va "de privado"

Allen Frances viene a "hablar e su libro": ¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la Psiquiatría y nos hace repaso de su pasado maligno en el DSM IV y de sus propias taras: come compulsivamente, se le olvidan las cosas pero haciendo ejercicio -cuánto runner obsesivo compulsivo anda suelto - está de vicio y no se toma ninguna pastilla. Solo le falta decirnos que también hace mindfullness. 

Peter Gotzsche también ha venido a hablar de su libro: Medicamentos que matan y crimen organizado: Cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud. De los muchos temas tratados en el libro, la periodista se centra en el sobreuso de los antidepresivos, con una tasa de respuesta similar al placebo.

El médico de familia entra en el debate. Para unos, se están sobretratando "depresiones leves" y el consumo de ansiolíticos y antidepresivos ha subido un 54.7% entre 2000 y 2012 en nuestro país. La inmensa mayoría de los pacientes no pasa del médico de familia:
Sin embargo, muchas personas no pasan más allá de la consulta del médico de Atención Primaria. Allí reciben un diagnóstico y de allí salen con una receta que, según Frances, en muchas ocasiones es errónea. Como ejemplo están las prescripciones de antidepresivos. Se dan para depresiones leves en las que no están indicados, señala Cano, porque en éstas lo que mejor funciona es la psicoterapia. El 70% de estos fármacos son recetados por el médico de cabecera en España y esta cifra llega al 80% en EEUU.
Os invito a leer todo el artículo.

La crítica a la sobremedicación y al sobrediagnóstico está presente en muchos médicos, y yo me incluyo. Pero, a veces, creo que quién escribe sobre estos temas está muy alejado de la práctica diaria de cualquier médico de familia en cualquier lugar del mundo occidental.
En nuestro país, dentro del sistema nacional de salud, la derivación al psicólogo clínico para un abordaje psicoterapéutico de los "problemas menores" de salud mental, o no tan menores, como el "acoso laboral", las relaciones turbulentas entre miembros de las familia (hijos, parejas..) , la "ansiedad generalizada" fruto de un diseño vital frustrante y decepcionante, el agotamiento del cuidador de la discapacidad, y otras muchas situaciones no susceptibles de un diagnóstico psiquiátrico "mayor" es inviable e imposible. Y la gente sufre, y la gente tiene un insomnio que le desespera y vive en una inquietud terrible.
¿Medicar o dar palmaditas en la espalda y decir: te entiendo pero la sociedad está medicalizada y sobretratada y no te doy nada? La inmensa mayoría de la población no puede pagar una psicoterapia a 60 u 80 euros por sesión de 45 minutos. 

Hay que echarle tiempo y ganas a la comunicación con el paciente. Y a veces, nosotros estamos cansados y exhaustos intentando gestionar los problemas psicosociales de toda índole que se plantean en la consulta. Aún así, por un principio de prudencia debemos avisar a los pacientes de las limitaciones del abordaje limitado de los fármacos si no hay una modificación del entorno vital u otros cambios que requiere la participación activa del afectado, no solo la toma pasiva de un fármaco. Pero eso no siempre es posible.
Y todo esto recae en el poco tiempo del que dispone el médico de familia para atender, escuchar, orientar, tratar o paliar los problemas de sus 2000 adultos mayores de 14 años adscritos a la consulta a la que pueden ir cuando quieran sin ningún coste adicional. El tiempo que reclama el psiquiatra para el diagnóstico quiero recordarle que se paga a precio de oro en EEUU.

Sinceramente, el análisis crítico me gusta y lo comparto, pero quiero que se haga desde una posición más cercana a la mía. Hablar del efecto similar al placebo de los "medicamentos reales" pero llenos de efectos secundarios que matan más que las drogas puede llevar a una conclusión grave de la población: para tomar placebo, me tomo homeopatía que es lo mismo y no tiene efectos secundarios. ¿Me haré homeópata al final de mi carrera profesional? 

lunes, 16 de abril de 2012

Cuidado con las similitudes en los principios activos

El nombre de lorazepam y lormetazepam son muy similares. En la farmacia es posible la equivocación de dar uno por otro. En la consulta he detectado un error de este tipo.
Los problemas de identificación con los principios activos de nombres similares pueden ser muy comunes.
Todo el mundo debe estar atento.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Uso de ansiolíticos, hipnóticos y el riesgo de morir


El uso crónico de benzodiacepinas (ansiolíticos e hipnóticos) está enormemente extendido en la población. Con la complicidad médica que los prescribe. El abordaje de los problemas de ansiedad, insomnio, insatisfacción, frustración, etc., tiene tal grado de complejidad y de dedicación que es imposible hacerlo de forma ideal en las consultas médicas y conlleva una gran prescripción de medicación. La  petición de los pacientes de soluciones rápidas y eficaces conlleva el uso de medicamentos como respuesta habitual. Su eficacia a corto plazo está fuera de duda, pero esta eficacia puede ser la puerta para el mantenimiento de la medicación. El uso prolongado genera dependencia, y desde ahí hacerse indefinido es muy fácil. Intentar posteriormente retirar su consumo no es nada sencillo. Hace 2 años se publicó un excelente artículo sobre como realizar la deshabituación en nuestras consultas. 
Un reciente estudio de base poblacional realizado en Canadá  y publicado en el Canadian Journal of Psiquiatry nos muestra, con las limitaciones que el propio estudio reconoce, como su uso prolongado, una vez corregidos numerosos factores de confusión, tiene una Odss Ratio de incremento del riesgo de mortalidad de 1.36 (95% IC 1.09 a 1.70).
En Canadá alrededor del 4% de la población consume benzodiacepinas, llegando hasta casi el 20% de los ancianos que consumen hipnóticos. Los riesgo asociados de caídas, accidentes son bien conocidos. Una muestra de 14.117 personas de 18 a 102 años fue escrutada cada 2 años entre 1994 a 2007 sobre el uso de ansiolíticos, hipnóticos y muerte. 
Aquellos que informaban sobre el uso de los medicamentos en el mes pasado, el OR de mortalidad era 3.22 veces mayor (95% IC 2.70 a 3.84) que aquellos que no lo hacían. Después de eliminar factores de confusión sociodemográficos, estilo de vida, enfermedades, incluida la depresión, el OR se mantuvo significativo 1.36 (95% IC 1.09 a 1.70). 
La decisión de prescribir un ansiolítico o un hipnótico conlleva una gran responsabilidad. Muchas veces me da la impresión de que el propio paciente no es consciente, cuando se explican las posibles consecuencias de mantener el tratamiento. Las soluciones rápidas no existen cuando los problemas son complejos. Y menos en el taller de reparación rápida de los problemas de salud que a veces se convierten las consultas médicas, y hablo de todas, no solo las de atención primaria. Eso sí, con una Agenda de Calidad con huecos de colores para meter con calzador a todo usuario que reclame ser atendido, y arreglado, ya. 

lunes, 9 de agosto de 2010

Los test de drogas en orina pueden tener falsos positivos

Por razones médicas, legales, de "vigilancia laboral" en puestos de alta responsabilidad, los test de despistaje del consumos de drogas ilegales se ha convertido en algo habitual. La transcendencia de un test positivo a una sustancia en una persona que niega su consumo puede ser muy importante, sobre todo a efectos legales o laborales. Y no son infalibles.
El American Hournal of Health.System Pharmacy ha publicado un artículo Brahm NC, Yeager LL, Fox MD et al. Commonly prescribed medications and poytential false-positive urine drug screens. Am J Health Syst Pharm 2010 Aug 15; 67 (16): 1344-50. Revisando las 25 publicaciones de notificaciones de falsos positivos documentados han efectuado un listado de sustancias de prescripción habitual que pueden producir falsos positivos. La lista es amplia, por lo que se importante determinar si el paciente está tomando alguno de estos medicamentos para interpretar adecuadamente los resultados. El artículo solo puede ser leído libremente en su resumen.

Medicamentos implicados: Bromfeniramina (Ilvico), Bupropion (Zyntabac, Elontril), Clorpromazina (Largactil), Clomipramina (Anafranil), Dextrometorfano (Romilar y otros), Difenhidramina (Bisolvon antitusivo compositum y otros), Doxilamina (Cariban, Dormidina y otros), Ibuprofeno, Naproxeno, Prometazina (Actithiol antihistamínico, Fenergan expectorante), Quetiapina (Seroquel), Ofloxacino (Surnox), Ranitidina, Sertralina, Tioridazina, Trazodona (Deprax), Venlafaxina y Verapamil.
Los falsos positivos más frecuentes fueron a anfetaminas y metilanfetaminas, junto a metadona, opiáceos, fenciclidina, barbitúricos, canabinoides y benzodiacepinas.

La técnica utilizada en el despistaje de drogas fue el inmunoensayo. Si hubiera dudas sobre un falso positivo habría que utilizar otras técnicas analíticas
Una buena revisión sobre el tema se puede encontrar en  Urine Drug Screening: Practical Guide for Clinicians de la Mayo Clinic Proceedings

sábado, 11 de octubre de 2008

La deshabituación de las benzodiacepinas

El consumo de benzodiacepinas (BZD) en los países desarrollados es muy alto y España presenta datos alarmantes sobre el consumo continuado de estos medicamentos por una parte significativa de nuestra población. Caterina Vicens y sus compañeros de Mallorca llevan años trabajando en la deshabituación de pacientes con consumo prolongado de BZD, algo que como bien sabemos los clínicos no es nada fácil. Para facilitarnos esta labor, acaban de publicar en la revista Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud el artículo titulado: Abordaje de la deshabituación de las benzodiacepinas en atención primaria donde efectúan una excelente revisión del tema con consejos prácticos muy útiles.

Consejos al empezar el tratamiento:
- Tomar conciencia del problema, evitar iniciar prescripciones innecesarias y cuando se prescriban, hablar con el paciente de la duración pues es frecuente que no se establezca limitación temporal y se deje en manos del paciente en función de su necesidad.
– Informar al paciente de los beneficios y los riesgos que conlleva el tratamiento que iniciamos y ayudarle a tomar conciencia de la temporalidad del beneficio así como de los efectos adversos de su utilización a largo plazo es una medida eficaz para que el paciente se sensibilice y se implique en su tratamiento

Identificar a los pacientes susceptibles de ser deshabituados:
Aquellos pacientes que consumen una benzodiazepina desde hace meses, o años y que el motivo por el se le prescribió queda diluido con la necesidad actual de mantenerlo, en muchas ocasiones, tan solo para evitar el efecto desagradable de los síntomas de abstinencia.

Cómo reducir la medicación:
La pauta de descenso de dosis debe estar entre un 10% y un máximo del 25% de la dosis total diaria en intervalos de aproximadamente 2-3 semanas, acercándonos al 10% cuanto mayor estimemos que va a ser la dependencia y al 25% cuando se supone una dependencia menor. Si es posible daremos la pauta escrita al paciente.
Las benzodiazepinas de vida media corta están más relacionadas con la aparición de dependencia y síntomas de retirada que las de vida media larga, por ello en pacientes más difíciles se propone que, si se consume una benzodiazepina de vida media corta, cambiar por otra de vida media larga, como el diazepam con el fin de disminuir los efectos desagradables de la retirada. La dosis diaria de diazepam debe ser equivalente a la de la benzodiazepina consumida.
Si durante el descenso escalonado de dosis aparecen síntomas de abstinencia se mantendrá la misma dosis unas semanas más antes de bajar al siguiente escalón. Es preferible retirar la benzodiazepina con una lentitud excesiva que hacerlo demasiado rápido.

A pesar de todo, existe un número de pacientes cuyos síntomas de abstinencia/retirada persisten en el tiempo o que tienen niveles de dependencia muy elevada, sobre los que resulta muy difícil intervenir. La ansiedad, cuando persiste de forma crónica puede provocar gran malestar y sufrimiento psicológico y el tratamiento con dosis bajas de benzodiazepinas proporciona un alivio tanto de los síntomas como de la capacidad funcional. En estos casos, el beneficio del tratamiento, supera los posibles efectos negativos derivados de su utilización y puede estar indicado mantener la medicación a largo plazo.

Un artículo más que recomendable.

lunes, 1 de octubre de 2007

Lorazepam; cuidado con las dosis máximas

Lorazepam (Orfidal y genéricos) es una de las benzodiacepinas más utilizadas en nuestro país. Muchos médicos tienen una percepción de que esta benzodiacepina es más suave que otras como el bromazepam (Lexatin) o diazepam (Valium y genéricos). La relación entre diazepam y lorazepam es de: 10 mg al día de lorazepam es equivalente a 100 mg al día de diazepam. Por esta razón, la británica Medicines and Healthcare products Regulatory Agency (MHRA) nos recuerda en su último número del Drug Safety Update:
• Las benzodiazepinas están indicadas para el alivio de corta duración (2–4 semanas solo) de la ansiedad severa, incapacitante o que somete al individuo a un inaceptable estrés, que aparece aisladamente o asociado al insomnio u otra enfermedad.
• El uso de benzodiazepinas para tratar la ansiedad leve de corta duración es inapropiado e inadecuado
• Las benzodiazepinas deberían ser usadas para tratar el insomnio solo cuando sea severo
Las dosis de lorazepam por encima de los 4 mg al día no son consideradas adecuadas a la vista del periódo máximo recomendado de tratamiento (4 semanas), incluido el periodo de reducción de dosis.
• La máxima dosis de lorazepam es 4 mg al día para el tratamiento de la ansiedad de corta duración y la fobia, y 2 mg al día para el tratamiento del insomnio.