Mara y yo en la consulta |
En las cuatro semanas que hemos estado juntos no hemos parado . Mi consulta es muy numerosa, por lo que la aparición de patología diversa y en la que "hay que pensar" es habitual. Sobre la marcha o citando a los pacientes para otro día, estamos repasando el abordaje de problemas poco habituales que requieren una respuesta razonada. La relación con el paciente terminal y su familia, el paciente "difícil", manejar la ansiedad y la tristeza en el breve tiempo que disponemos, tratar un derrame articular artrósico en un paciente con insuficiencia cardíaca y alto riesgo cardiovascular, entre otros. Utilizando las app (application) más adecuadas en su teléfono móvil, probando una app diseñada para valorar la idoneidad de diferentes medicamentos en los ancianos polimedicados con los criterios START y STOP, me pongo aún más al día en un terreno en el que no creo estar anticuado. De un día para otro, me trae las actualizaciones más oportunas al problema que vimos el día anterior.
Y aprendo y me actualizo gracias a su conocimiento y a las magníficas sesiones del CS Algemesí donde hace la residencia. Por ejemplo: que no es necesario retirar la lactosa en la GEA aguda o que el DIU se puede colocar en mujeres nulíparas según la actualización del UpToDate, infiltrando una fascitis plantar...
La unión entre generaciones es un hecho muy positivo en medicina. La formación continuada es bidireccional y se enriquece mutuamente.
El año que viene hará 30 años que comencé la residencia en el Hospital Puerta de Hierro. Disfruté aquellos años con mis compañeros y mis profesores. Ideas y prácticas que marcaron mi convencimiento de que había hecho muy bien eligiendo medicina de familia para mi vida profesional. He tenido la oportunidad de transmitir esta idea a estudiantes y a residentes de medicina de familia y me siento orgulloso de ello. Tener este mes a Mara en la consulta me hace ser optimista por el futuro.