¿Qué aspectos tiene de interés o frustración?
1.- Receta electrónica
El nuevo RD está fundamentalmente dirigido a legalizar las recetas electrónicas que se están desarrollando en las diversas autonomías, cada una al ritmo que sus gobernantes quieren y sin garantizar su interoperabilidad. El Ministerio la garantiza por RD, veremos en la práctica si se armoniza. No introduce nuevos elementos y se limita a describir lo que se ha hecho. A este aspecto se refieren todas las bondades referidas en la presentación.
2.- Receta en papel
La receta en papel va a seguir siendo necesaria en mucho lugares, incluso conviviendo con la receta electrónica. La atención a domicilio, los fallos de conexión o cualquier otra circunstancia que impida entrar en el sistema con la certificación electrónica. Falta definir quién accede a la receta electrónica. Habla de médicos, enfermeros, odontólogos y podólogos. ¿Todos y en cualquier ámbito de la asistencia pública pueden introducir medicamentos en el circuito electrónico? ¿solo los médicos de primaria lo vamos a hacer? Ciertamente, sería bueno definirlo desde el principio, porque por ahora solo en primaria se contempla la receta electrónica.
La receta en papel sigue teniendo colorines: rojo, verde, azul...Da la potestad a las comunidades autónomas que supriman los colores mientras que se identifique claramente el régimen de pago o no pago. ¿Tanto costaba abolirlo por RD? No voy a insistir en la pérdida de tiempo de los cambios de papeles de colores que implica. Por pura lógica lo deberían suprimir, dado que en la impresión queda muy claro el régimen contributivo del paciente. Demasiada revolución para un gobierno "progresista"
La receta en papel sigue manteniendo la ridícula limitación de un envase una receta, salvo los antibióticos parenterales y los viales de insulina que ya no se usan. Llevan copiando y pegando esta cantinela en todos los RD desde que la Seguridad Social de Franco se lo inventó. Cada receta tiene espacio para 4 cupones precinto ¿por qué no usarlos? Las propuestas de recetas multiprescripción existentes en la mayoría de los países europeos no les parece viable y condenan a miles de médicos y de pacientes a la pesadilla de la impresión hoja a hoja de múltiples recetas. ¡Qué pérdida de tiempo y energía! ¡Manteniendo el mar de papeles en la consulta! Y por supuesto, hace falta la firmita a mano.
En resumen, NO HA CAMBIADO NADA A MEJOR en la receta de papel. Y lo escribo desde Madrid, donde no se sabe para cuando habrá receta electrónica.
3.- Receta privada
Me parece bien que se exija un documento normalizado para las recetas médicas realizadas en el ámbito privado. Ahora era muy fácil falsificar una receta. Las condiciones de uso son las mismas que en la pública, por lo que va a ser gracioso ver salir de ilustres consultas de médicos privados o de sociedades al paciente con un ramillete de hojas para tratamientos múltiples. Se acabó la hoja con membrete para prescribir. ¡Todo el mundo a gastar hojas!
4.- El prescriptor y el enfermero y la enfermera
En los anexos podemos ver los modelos de hojas a utilizar. Llama la atención que ha desaparecido la palabra médico de una de las hojas, siendo sustituido por el término prescriptor que se supone incluye a médicos y médicas, odontólogos y odontólogas y podólogos y podólogas. Asimismo, la enfermería que está compuesto por enfermeros y enfermeras tiene su nombre bien claro. ¡Curioso! Tarjeta rosa al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad por no haber puesto prescriptor/a en su normalización del lenguaje de género.
5.- Lo que debería ser la autentica receta médica
El último anexo del RD es la Hoja de medicación activa e información al paciente. Es la hoja que se imprime con la receta electrónica. Éste modelo debería ser la auténtica receta para rellenar a mano o a máquina. Es multiprescripción y recoge lo necesario que un médico debe comunicar a un paciente. Así de sencillo, todo junto, poner un medicamento, una dosis, un tiempo de uso. Después, los farmacéuticos y el SNS deberían ponerse de acuerdo para ver como se paga y, no haber tenido y seguir teniendo a miles de médicos esclavos de la porquería de modelo de receta médica que ha habido y sigue habiendo en España. El vale-descuento sigue siendo la forma para que las oficinas de farmacia tengan los cupones precintos bien pegados con celofán a las recetas de cada cajita y facilitar el pago y el cobro. Que los albaranes no los tengan que hacer los médicos. Se ha dicho mil veces a los responsables ministeriales del PP y el PSOE desde hace muchos años y, a ninguno, le ha dado la gana cambiarlo. Gracias, por su esfuerzo.
Espero que la receta electrónica cumpla sus expectativas, se extienda en todo el territorio y su cumplimentación no sea lenta, pesada y llena de clics. Mientras tanto, mi cansado brazo de tanto cambiar recetas de colores en la bandeja de la impresora y extender firmas en las miles de recetas que hago cada mes, se acordará de los responsables de que yo lleve 26 años, desde que empecé la residencia, haciéndolo y lo que me queda. Gracias.