Esta semana Abel Novoa publicó un artículo de reflexión sobre las terapias alternativas desde la perspectiva de la filosofía de la ciencia que tan bien domina y de la que aprendemos gracias a sus textos. Epistemología, sociología de la ciencia y terapias alternativas legales. Reflexionando alrededor de la homeopatía. Por Abel Novoa es el título del mismo
Me siento honrado que mi artículo publicado en 2017 La homeopatía como abordaje no científico de la terapia farmacológica haya servido de elemento de reflexión sobre las terapias alternativas, junto a otros textos que abordan el tema. A lo largo de los días siguientes ha pervivido el debate sobre el texto en Twitter.
Abel aporta textos que desconocemos la mayoría de los lectores, y para mí, suponen una gran aportación para reflexionar sobre lo adecuado de mis propias ideas, por ello, siempre es bienvenido.
Un aspecto destacado es la validez de la plausibilidad teórica para descartar elementos terapéuticos o conceptuales en ciencia, y para concretar, en la homeopatía. La ciencia ha sufrido cambios radicales en la orientación de un problema, gracias a personas que cambiaron un paradigma que luego se confirmó cierto. En 1981 Robin Warren y Brian Marshall asocian una bacteria a la úlcera gástrica y duodenal. Cambió el paradigma del origen de la enfermedad y revolucionó la terapia y la evolución de numerosas enfermedades gástricas. Al principio, incredulidad, luego confirmación con pruebas sólidas. Este ejemplo de cambio de paradigma está basado en las nuevas pruebas aportadas, no hubo que esperar 200 años.
La homeopatía no ha aportado ni una sola prueba científica que avale su uso como parte de la ciencia, pero utiliza todos los elementos que la hacen parecer ciencia sin serlo. La homeopatía es una simulación, quiere usar los elementos científicos para apoyarse, sin cumplir ninguna de sus premisas. No entro ahora en los beneficios que los pacientes sienten con ella, sino en la propia homeopatía como ritual, usando comprimidos y soluciones como si fueras acciones propias de fármacos. La homeopatía ha gastado sobradamente su tiempo y su crédito para demostrar algo. Que se siga usando no le da ningún valor. Seguir investigando parece una absoluta pérdida de tiempo. La alquimia pasó a la historia y nadie se plantea que haya que tener visiones alternativas sobre ella y dejar puertas abierta a todas las posibilidades. A lo largo de la historia, hay que cerrar capítulos y seguir adelante, sin más.
"A grandes afirmaciones, grandes pruebas"; para ir en contra del cuerpo teórico en biología, física y química, deben presentarse grandes pruebas de que hay otras vías. Y no aparecen en este caso. Si hay personas que quieran usar su vida en la investigación en este campo, que lo hagan, pero eso no le da crédito científico y social para tener una duda perpetua sobre si habrá algo más que lo que hemos visto hasta ahora. La "efectividad" de un producto homeopático no está en un intrínseco valor desconocido y misterioso sino en el efecto inducido a través del placebo en la persona. También eso tiene un abordaje científico como bien desarrolla Benedetti en sus trabajos.
Considerar que la crítica a las "terapias alternativas" cuestiona otras prácticas, donde todo lo que se hace no está basado en la experimentación, me parece un mal ejemplo. La medicina de familia utiliza las herramientas y habilidades del conocimiento científico y las aplica en un contexto, no de laboratorio, sino de vida real. Y la realiza un médico con características personales que pueden ser muy diversas (personalidad, capacidad de empatía, habilidades de comunicación..) que pueden ser de ayuda o un lastre para él y sus pacientes. Ese factor, que se puede estudiar y medir, es lo "no científico" de nuestro trabajo. Y precisamente, en mi opinión, se distinguirá un buen profesional el que utiliza lo formal y lo informal en beneficio del paciente. Y se puede hacer sin engañar, simular, fantasear y manipular a los pacientes con remedios sin fundamento, obsoletos o directamente absurdos. El peligro está en que en la medicina de familia se cuele esa visión "holística" de la relación con los pacientes. Respetando la opinión del paciente, se le debe transmitir los límites del conocimiento y de la ayuda que le puedas proporcionar, con empatía. Desde luego, claro que hay plausibilidad biológica en la mejoría de los pacientes al mejorar la relación clínica. Éste artículo de Benedetti que cité en mi artículo lo resume muy bien: Placebo and the new physiology of the doctor-patient relationship.
En el mundo real, las terapias alternativas no son un ejercicio de libertad informada; y decir esto no es paternalismo médico, hay una manipulación del vulnerable con objetivos claros de beneficio para el terapeuta. Podemos endulzar la idea con grandes apelaciones a la democracia del pensamiento y de la libertad individual, pero, en mi opinión, la mayoría de los pacientes ignoran lo que hacen al usar esas terapias y buscan respuestas a expectativas no reales fruto de su vulnerabilidad. Y eso, irrita a muchos profesionales que nos hemos destacado en su denuncia.
Agradezco a Abel sus aportaciones y, vuelvo a decir, su lectura presenta enfoques diferentes e interesantes para reflexionar. En ocasiones estoy de acuerdo, en otras no.