domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Alguien se atreve a mirar con detalle los PGE 2013 del Ministerio de Sanidad?

Es toda una aventura adentrarse en las miles de páginas de los Presupuestos Generales del Estado 2013. Me siento incapaz de analizarlos, pero tengo una fijación. ¿Qué pasa con la muerte por inanición de la revista Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud?
Buscando, buscando, llego a un archivo con el programa 313A dedicado a prestaciones sanitarias y farmacia. Después de una larga introducción:
"El programa recoge todas aquellas actuaciones tendentes a la elaboración y evaluación de la cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud, al desarrollo del Fondo de cohesión sanitaria y a la ejecución de la política farmacéutica. Responde a la obligación de la Administración Sanitaria del Estado de diseñar y definir las líneas maestras de la política farmacéutica de medicamentos y de productos sanitarios del Departamento para fomentar el uso racional de los mismos, evaluar, analizar y controlar los medicamentos de uso humano, de uso veterinario y los productos sanitarios, los cosméticos y los de higiene personal, así como las funciones y competencias del Estado en materia de financiación pública y de fijación de precios de los medicamentos y productos sanitarios dispensados a través de receta oficial y gestionar el control sobre la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud". 


Para sorpresa, se establece el indicador de haber editado 4 números de la revista y además, estiman que la ejecución prevista sea de 4. Pues bien, no se ha editado NINGUNO y dudo mucho que se llegue a tiempo de editar cuatro. Perseveran en el copia y pega y ponen los mismos objetivos para el 2013. 
Lo único que he buscado con detalle y me encuentro una falsedad. Así se gana la confianza, con transparencia. ¡Que pena!

viernes, 28 de septiembre de 2012

Claves para entender los primeros resfriados del otoño en ABC


ABC consulta a un especialista para resolver las dudas más frecuentes sobre esta enfermedad tan común en esta época del año
I. ZAMORA / MADRID
Día 28/09/2012 - 02.24h
Aunque a punto ya de comenzar el mes de octubre, seguro que a más de uno la lluvia y el viento le ha pillado casi de imprevisto. Chaquetas, botas y paraguas comienzan a protagonizar una época del año marcada, además de por el frío, los primeros resfriados. ABC ha consultado al especialista Vicente Baos, médico de Familia y vicepresidente de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria para conocer las claves sobre esta incómoda y habitual enfermedad, así como los trucos para evitarla. A continuación, te ofrecemos la respuesta a 15 preguntas básicas para que consigas sortear los primeros resfriados otoñales:
1. ¿En qué época estamos más predispuestos a acatarrarnos?
Según el doctor, es el comienzo de curso escolar el que marca el inicio epidémico, dado que «la difusión en el ámbito infantil es mayor y supone el inicio para la afectación de los adultos».
2. ¿Cuáles son los primero síntomas? 
Para Vicente Baos, el catarro común sigue una secuencia de sintomatología bastante habitual: dolor faríngeo, malestar general, con o sin fiebre, obstrucción nasal, mucosidad, tos seca o ligeramente productiva. «La evolución de los síntomas más intensos suelen ser los tres primeros días para ir decayendo en el transcurso de una a dos semanas».
3. ¿Cómo podemos prevenir el resfriado?
«La medida más eficaz es el lavado frecuente de las manos. Un trabajo científico estableció que ocho lavados de manos al día en diferentes momentos reducía un 50% la incidencia de infecciones respiratorias y digestivas». Si compartes teléfono, teclado o cualquier otro material de trabajo sería bueno que te tomaras en serio esta medida.
4. ¿Influyen los cambios bruscos de temperatura? 
El doctor Baos afirma que, efectivamente, los primeros días del otoño, como en los que ahora nos encontramos, «suelen ser días de más frío y más calor y favorecen la dispersión viral». No obstante, desmonta el mito de que beber agua fría o exponerse a ambientes fríos sean causas determinantes de un constipado «en contra de la creencia popular».
5. ¿Y abrigarnos poco o salir de casa con el pelo mojado? 
«Esos factores nos harán tener frío, pero eso no provoca la enfermedad. Si una persona se ha infectado desarrollará la enfermedad, con el pelo mojado o seco».
6. ¿Tomar vitamina C nos protege del resfriado? 
No. Como nos aclara el doctor, «hace mucho tiempo que se demostró que los efectos preventivos beneficiosos de la vitamina C en el catarro común no eran ciertos, pues la evidencia científica no ha demostrado esa propiedad. Las oleadas epidémicas virales no se previenen con vitaminas ni alimentos, sin obviar que una persona bien alimentada y nutrida tendrá una inmunidad natural de mayor calidad».
7. ¿Qué podemos tomar para combatir la molesta tos? 
Como asegura el especialista, la tos es un mecanismo de defensa que ayuda a movilizar la secreciones originadas en la lucha entre la infección y los organismos inmunitarios. «Salvo que la tos sea muy improductiva y molesta no se debe tratar más allá que favoreciendo la hidratación local con humedad y líquidos agradables».
8. Tras los primeros síntomas...¿debemos guardar reposo? 
Depende del estado general del paciente, aunque lo cierto es que «el descanso produce alivio y el esfuerzo empeoramiento». Además, «dependerá del tipo de trabajo o del riesgo hacia los demás».
9. ¿Cuánto tiempo dura un resfriado? 
Varía en función de la edad y la existencia o no de otras enfermedades, pero lo habitual según el doctor es que dure una semana, aunque no es de extrañar que sigamos con mucosidad y tos leve durante otros siete días más.
10. ¿Cómo podemos contagiarnos? 
«A través de las gotas emitidas en la respiración o tos. Si va directamente a la cara, el mecanismo es muy directo, pero la mayoría ocurre a través de los objetos intermedios: alguien con mucosidad que con la mano toca un teléfono que usan varias personas, barra de autobús...».
11. ¿El aire acondicionado en nuestro puesto de trabajo influye? 
El doctor Vaos considera que estas corrientes de aire no favorecen la aparición del catarro, pues «hay muy pocos virus circulantes y no hay apenas infecciones».
12. ¿Debemos utilizar analgésicos? 
«El malestar general, la fiebre elevada, el dolor muscular, el dolor faríngeo, el dolor de cabeza... pueden ser aliviados con analgésicos básicos como el paracetamol e ibuprofeno».
13. ¿Es necesario acudir al médico con los primeros síntomas? 
No, pues la mayoría de personas saben distinguir un catarro común. Para el doctor, solo en personas de alto riesgo por su enfermedad de base o edad necesitarán consultar a un especialista. Además, Vaos aclara que incluso es normal tener cuatro episodios en un año sin pensar que nos pasa algo raro.
14. ¿Necesitaremos antibióticos? 
No, salvo en complicaciones. «El catarro común es una enfermedad viral, solo las complicaciones bacterianas necesitan antibiótico, por ejemplo una otitis media perforada. Una mala evolución mediante la aparición de una sospecha de complicación deberá ser evaluada por el médico, que decidirá si hay que usar antibiótico y de qué tipo».
15. ¿Cómo tratamos el resfriado en niños? 
Igual que en los adultos. De hecho, como explica el doctor, un niño puede tener ocho o más episodios al año. La experiencia y el sentido común de los padres deberá, según Vaos, determinar su abordaje.

Gracias a Inma, la periodista que me entrevistó y le recuerdo que los vahos son para el catarro y los baos un palo marinero

jueves, 27 de septiembre de 2012

Mundo plástico


La alimentación plástica no es una metáfora. Mirad a vuestro alrededor cuando hacéis la compra de cualquier producto en un supermercado. Os está envuelto en plástico o no podréis comprarlo.
Los hábitos de la población se ven más afectados por la disponibilidad de los productos que por campañas bien intencionadas. La ingesta de frutas es una parte de los buenos hábitos alimenticios, sin embargo, comerciantes "avispados" intentan vender una pasta triturada de fruta envuelta en una bolsa de plástico a 0.65 euros la unidad como una buena alternativa a la toma de fruta, en el ámbito escolar o laboral. El argumento de la comodidad ofende, como si comerse una manzana a bocados una vez limpia o pelar un plátanos sean esfuerzos titánicos. Ni que los niños españoles fueran al colegio como si estuvieran en la Estación Espacial Internacional.
Sinceramente, mundo plástico, no. 


martes, 25 de septiembre de 2012

¿Es de sabios reconocer los errores?

Consideran que el OMACOR es digno de ser financiado a cargo del dinero de todos los españoles para tratar la hipertrigliceridemia grave en los pacientes en los que los fibratos están contraindicados. No es que han cambiado de criterio, es que se han dado cuenta del error. Me gustaría saber los argumentos "acertados" que el Laboratorio Ferrer les ha hecho llegar a los "equivocados" técnicos ministeriales.
Además, por si los médicos somos tontos o disléxicos, nos aclaran que cuando damos lágrimas artificiales a los pacientes afectados de Síndrome de Sjögren es para aliviar los síntomas de sequedad ocular, no sea que se los vayamos a dar como lubricante vaginal o para las manos secas.
El sabio reconoce los errores evidentes, el tonto persiste en los mismos.



lunes, 24 de septiembre de 2012

Posición de la AEMPS sobre los nuevos anticoagulantes

Acaba de hacerse público este documento de resumen y síntesis sobre los nuevos anticoagulantes. Me ha parecido excelente y una buena guía de utilización.
La pena es que no haya una "rueda de prensa" con desayuno y bollos y medios de comunicación que reflejen al día siguiente un "titular" impactante del tipo: LOS MÉDICOS HACEN UN USO JUICIOSO DE LOS NUEVOS MEDICAMENTOS. 


Ver el informe aquí http://www.aemps.gob.es/medicamentosUsoHumano/informesPublicos/docs/criterios-aco-rev_05-09-12.pdf

sábado, 22 de septiembre de 2012

El "colesterol" en la radio. Juicio a la comida rápida.

Me llamaron hace una semana del programa A vivir que son dos días de la cadena SER para hacerme una entrevista telefónica sobre el colesterol y las estatinas. Me habían localizado por tener un blog "juicioso y sensato", palabras que agradezco especialmente. 
En un formato de ficción radiofónica, con una especie de juicio popular a la comida rápida, mi intervención va dirigida a puntualizar sobre la importancia del colesterol como factor de riesgo y a la necesidad de individualizar las necesidades de tratamiento farmacológico en el grupo terapéutico que más dinero se gasta cualquier país desarrollado. De todas las estatinas, en 2010 se gastaron 820 millones de euros con 47.530.630 envases. La atorvastatina ocupa la primera posición, facturando 535,55 millones de euros, un 4,21% sobre el importe total. Impresionantes cifras en época de crisis. 
Estos datos provienen de la revista Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud en su último número publicado en 2011. De esta revista soy vocal desde 1994. La llegada del actual equipo de gobierno al Ministerio ha provocado que no se haya publicado ningún número de dicha revista. Era una revista en edición electrónica en la que ni los miembros del consejo de redacción ni los autores cobraban nada. Su muerte, tras más 30 años de existencia, solo es imputable a la desidia o algo peor de los actuales dirigentes ministeriales. ¡Que la vergüenza caiga sobre ellos!

Aquí podéis oír el programa radiofónico.

jueves, 20 de septiembre de 2012

"Sin crisis, los nuevos anticoagulantes se recetarían más" ¿Seguro?

En el año 1999, en un artículo titulado: La calidad en la prescripción de medicamentos, el buen uso de los mismos lo definía teniendo en cuenta cuatro parámetros: maximizar la efectividad, minimizar los riesgos, minimizar los costes y respetar las opiniones de los pacientes. De forma más clásica, Dukes lo definía: «La prescripción racional se consigue cuando el profesional bien informado, haciendo uso de su mejor criterio, prescribe al paciente un medicamento bien seleccionado, en la dosis adecuada durante el período de tiempo apropiado y al menor coste posible». Obviando los aspectos de eficacia y seguridad, el coste y el paciente son datos incuestionables. 

La aparición de dabigatrán y rivaroxaban en la prevención de la trombosis venosa profunda y en la prevención de fenómenos tromboembólicos en la fibrilación auricular crónica asociada a otros factores de riesgo es un hecho notable. El famoso Sintrom lleva muchos años haciendo su trabajo con ventajas e inconvenientes. Personalmente, llevo más de 20 años controlando regularmente una media de 40 pacientes / mes habitualmente en anticoagulación crónica o temporal. Nunca he tenido ningún efecto adverso grave que haya requerido ingreso o intervención hospitalaria.
La presentación de una excelente guía de actuación: Manejo de los pacientes con fibrilación auricular en los servicios de urgencias hospitalarios (actualización 2012). Emergencias 2012; 24: 300-324  ha provocado la aparición de un titular llamativo: "Sin recortes, los nuevos anticoagulantes se recetarían más" que me parece que no se ajusta a la realidad. La guía de actuación es una buena revisión del problema, de su frecuencia, de los factores de riesgo, de la cuantificación del riesgo, de los objetivos del tratamiento respecto al control de la frecuencia y a la reducción de las complicaciones. Cuando llegamos al tratamiento anticoagulante dicen: 
Como vemos, se plantean diferentes opciones y en el texto se argumenta a favor de las ventajas de los AVK (antagonistas vitamina K) y los nuevos anticoagulantes. La afirmación de que sin crisis se recetarían más los nuevos que los AVK es una opinión del ponente, no una recomendación de una guía clínica. En la guía, los autores declaran que no existe ningún conflicto de intereses al respecto.
Por supuesto, unos de los fármacos aludidos se alegra enormemente de ser citado de forma tan positiva y emite una nota de prensa aireando lo bien que ha quedado plasmado en la guía clínica, haciendo su propia interpretación.

¿Realmente, las autoridades sanitarias están presionando para no usar esos medicamentos? En este caso, sin que sirva de precedente, doy mi apoyo a las medidas que la administración madrileña (la cercana a mí en este caso) ha tomado.
Los nuevos medicamentos deben usarse, como fármacos con un perfil de seguridad a largo plazo desconocido y de alto coste; por ello, prescribirlos de una forma prudente y no realizando una sustitución masiva. En una reciente resolución de la Comunidad de Madrid, se marcan las recomendaciones de uso, específicamente en la fibrilación aurticular crónica no valvular (FANV):

Se prioriza el uso de AVK por experiencia de uso y coste, algo totalmente razonable. El paciente puede estar cómodo o incómodo con la toma de un medicamento como Sintrom: sujeto a controles periódicos, riesgo de variaciones imprevistas, interacciones o bien puede tener temor a un nuevo fármaco que no requiere control analítico y "no va tanto al médico". Sabemos que unos u otros argumentos pueden llevar la balanza en un sentido o el contrario. El cambio de los AVK a los nuevos anticoagulantes es el sueño de la industria fabricante (miles de personas en tratamiento crónico) pero salvo en casos difíciles como recoge la resolución, las razones de eficacia, seguridad y coste balancean, en mi opinión, a esta medida. Personalmente, con crisis y sin crisis, apoyaría esta actitud. El coste no es baladí, en un momento en que estamos quitando de la financiación laxantes para los enfermos de Alzheimer. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Nueva guía sobre Cefaleas del NICE

Cabeza
Dibujo original de Teresa Baos
Las cefaleas son motivo frecuente de consulta y su manejo, una vez excluidas las cefaleas secundarias, suele ser demasiado variable. Cualquier aportación que nos haga NICE al respecto es digna de consideración e invito a su lectura (versión reducida), dada la brevedad y concisión de sus recomendaciones. Por ejemplo.

Recomendaciones para el tratamiento agudo y profilaxis de la migraña con y sin aura:
Tratamiento agudo
Ofrecer terapia de combinación con un triptan oral y un AINE, o triptan oral y paracetamol, para el tratamiento agudo de la migraña, teniendo en cuenta las preferencias de la persona, la comorbilidad y el riesgo de efectos adversos. Para los jóvenes de 12-17 años considerar un triptan nasal con preferencia a un triptan oral. Para las personas en quien las formas orales (o nasales en los jóvenes de 12-17 años) para el tratamiento agudo de la migraña son ineficaces o no se toleran: ofrecer una preparación IM o IV de metoclopramida y considerar la adición de un AINE IM o IV.
Tratamiento profiláctico
Topiramato y propranolol para el tratamiento profiláctico de la migraña de acuerdo con la preferencia de la persona, la comorbilidad y el riesgo de efectos adversos. Informar a las mujeres y las niñas de edad fértil que el topiramato se asoció con un riesgo de malformaciones fetales y puede poner en peligro la eficacia de los anticonceptivos hormonales. Asegúrese de que se les ofrezca adecuado anticoncepción.

Recomendaciones para el tratamiento agudo y profilaxis de la cefalea tensional:
Tratamiento agudo
Considere aspirina, paracetamol o un AINE para el tratamiento agudo, teniendo en cuenta las preferencias de la persona, la comorbilidad y el riesgo de efectos adversos.
No ofrecer opioides para el tratamiento agudo de la cefalea de tipo tensional.
Tratamiento profiláctico
Considere un curso de hasta 10 sesiones de acupuntura durante 5-8 semanas para el tratamiento profiláctico de la forma crónica de la cefalea tipo tensional.

La recomendación de la acupuntura como única opción profiláctica en la cefalea tensional crónica llama la atención, dado que en la versión completa y detallada, tan bien documentada como siempre, la calidad de los trabajos de la acupuntura es moderada o baja.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Nada ni nadie es perfecto

A la espera de la gota fría, aunque no viva en el Mediterráneo, nos encontramos pacientes y médicos en la maraña de cambios que el Gobierno central y local: versión regionalista, nacionalista o con vocación de Estado nos van metiendo. La gota fría es lo más parecido a un huracán en terrenos colindantes de un mar templado, llueve una barbaridad en poco tiempo. Todos tenemos la sensación de que pasan muchas cosas sin que explote por algún lado y mientras tanto, en la consulta seguimos día a día.
La cartilla de dispensación ha sido una idea genial. Para aumentar la productividad de los administrativos de los centros, a la consejería se le ocurre un sistema "cartonario y racionador" de escritura a mano, tras la comprobación "informática" de la categoría de pensionista pobre y menos pobre, para adjudicar unos máximos de gasto en medicamentos de 8 o 18 euros mensuales. Ciertamente, este registro de máximos de los precios imputables tendría sentido en aquellos pacientes de un gran consumo de medicamentos crónicos que vayan a superar en la aportación esa cantidad. Pues no, cartoncillo para todos, a mano y renovable mes a mes. La farmacia, deseosa de agradar al pagador, pide la tarjetita a todos, aunque lleve una receta de un medicamento de 1,25 euros PVP, no sea que a lo largo del mes vaya a superar la cifra. La picaresca aparece rápidamente en Españistan: si el consumo de medicamentos es alto, el paciente quiere llevarse recetas para tres meses el mismo día, que más vale pagar 8 euros en un mes que 21 en tres meses. Fácil cuenta. ¿Dónde pone que yo no puedo dar recetas para tres meses para evitar la picaresca? Así te das cuenta de que los que diseñan los sistemas no tienen ni idea ni han estado en su vida en una consulta médica de atención primaria haciendo miles de recetas.
Los inmigrantes irregulares empiezan su calvario. Al pinchar la historia clínica electrónica, sale la nueva clasificación: Transeúnte sin residencia, sin cobertura farmacéutica. Es decir, les puedes atender pero no recetar, salvo las supuestas excepciones de salud pública. La insulina de la historia de mi paciente diabética tipo 1 ha tornado a un gris claro que no permite imprimir. A pagar o a esperar la cetoacidosis que entonces te pondrán gratis "Insulina urgente"
Ya estamos haciendo "recetas blancas" de los fármacos desfinanciados. Hoy he tenido el placer y la satisfacción de recetar un PROMETAX parches 9.5 a una paciente con demencia tipo Alzheimer avanzada y decirle a la familia que la LACTULOSA se la compren, que España está muy mal y hay que ahorrar. A veces hablan de la evaluación de medicamentos para decidir su financiación ¿verdad?

martes, 4 de septiembre de 2012

El Ministerio se hace un lío con los laxantes desfinanciados


A partir del día 1 de septiembre se ha puesto en marcha la desfinanciación de diversos medicamentos, estableciendo una serie de excepciones en base a indicaciones terapéuticas. Sería interesante saber el nombre de las personas que han realizado dicha lista, en base a qué, dónde ponían los límites de la importancia de la enfermedad que permitía la financiación. ¿Y por qué? Porque tiene cosas raras y de difícil comprensión.

El grupo A06AC está formado por los laxantes formadores de volumen: el plántago ovata. La cutícula de las semillas de esta planta, triturada en forma de polvo efervescente, ha sido el laxante más utilizado en las distintas indicaciones. Es un fármaco bien tolerado, actúa como la fibra dietética reteniendo agua y aumentando el volumen fecal. En sus indicaciones aceptadas en ficha técnica: el tratamiento del estreñimiento habitual o crónico, en situaciones en las que sería deseable facilitar la deposición de las heces, por ej: en casos de deposiciones dolorosas tras cirugía rectal o anal, fisuras anales y hemorroides y en pacientes en los que es aconsejable aumentar la ingesta diaria de fibra, por ej. como coadyuvante en el estreñimiento asociado al síndrome de colon irritable y como coadyuvante a la dieta en hipercolesterolemia. Lo del colesterol suena raro pero el resto es adecuado. ¿Y la enfermedad inflamatoria intestinal? ¿A qué viene poner esta enfermedad (Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa)? En estas enfermedades, habitualmente diarreicas, no se recomienda el uso forzado de una dieta rica en fibra o el uso de laxantes formadores de volumen. ¿Nadie se ha dado cuenta que esta excepción está fuera de lugar? ¿es que el Ministerio se inventa una nueva indicación fuera de ficha técnica?

El grupo A06AD corresponde a los laxantes osmóticos, aunque la desfinanciación afecta a la lactulosa y al lactitol, dado que el resto ya estaban desfinanciados. ¿Y qué enfermos entre el amplio espectro de pacientes que usan estos medicamentos son los afortunados por la lotería ministerial?: los pacientes que estén en encefalopatía portosistémica y los parapléjicos. Al prescribir un fármaco de estos para una excepción, tienes que realizar un autovisado (yo certifico que yo digo la verdad) de que el paciente en cuestión padece la enfermedad motivo de excepción para continuar con la financiación pública del medicamento.
La encefalopatía portosistémica o hepática ocurre en pacientes con fallo hepático avanzado. El amoníaco es la toxina principal en este cuadro. La utilidad de los laxantes en este cuadro está fuera de toda duda, aunque el Ministerio debería haber puesto: prevención de la encefalopatía, también. No parece prudente financiar y desfinanciar intermitentemente el medicamento según entre y salga de la encefalopatía.
Pero si vamos a la indicación paraplejía, creo que hay más conflicto. Por ejemplo, en la tetraplejía que es parecido pero no es lo mismo a la paraplejía, es un poco más. Siguiendo la estricta y precisa terminología ministerial propia de gente avezada en la redacción en el BOE, podrían haber puesto algo así como: trastornos neurológicos invalidantes de origen traumático. Porque claro, no es lo mismo estar parapléjico por un accidente de moto que tener una esclerosis múltiple, una esclerosis lateral amiotrófica o ser un enfermo de Alzheimer inmovilizado y no poder defecar sin ayuda de los laxantes. Para el Ministerio hay categorías y categorías y solo merece la pena mantener la finaciación pública de los laxantes osmóticos a los encefalópatas y los parapléjicos, el resto a apoquinar por orden y mando de la autoridad competente. ¿Competente?

lunes, 3 de septiembre de 2012

sábado, 1 de septiembre de 2012

Con o sin papeles. Nacional o importado

Españas
Foto original de Vicente Baos
Durante las últimas semanas, y durante los próximos días, la importante reforma de la asistencia sanitaria en España que pasa de ser universal para todos los españoles y habitantes reconocidos de nuestro país, a depender de un sistema de aseguramiento con titulares y beneficiarios, ha provocado un encendido debate sobre la justicia y racionalidad de dejar fuera del sistema sanitario público a más de 900.000 personas.
Mi postura, y la del colectivo profesional al que pertenezco (la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria), ha sido clara. No podemos dejar fuera de un sistema sanitario público a un conjunto de personas que residen en nuestro país y ya están siendo atendidos por diversos problemas de salud.
Durante años, sucesivos gobiernos se han aprovechado de la entrada masiva de inmigrantes atraídos por el desarrollo de nuestro país, basado en una burbuja económica que favorecía la mano de obra barata, los créditos bajos y la especulación. Cuando todo se ha caído, y nadie con responsabilidad en la gestión supo modificar ni corregir, la crisis financiera y económica que ha creado precisa de chivos expiatorios y culpables: los primeros, los inmigrantes irregulares o aquellos que han perdido la legalidad al perder el trabajo (personas desechables). Mucha gente empieza a no cumplir los criterios para la renovación del permiso de residencia y trabajo, pasando a la ilegalidad
Un número amplio de profesionales sanitarios y población general han reaccionado pronunciándose en contra de esta medida, pero también, otros españoles han dado rienda suelta a la xenofobia y a los comentarios del tipo "si tanto te preocupa págalo tú". La sociedad en épocas de crisis se vuelve más egoísta, en este caso, sin darse cuenta de que el cambio de modelo puede tener repercusiones más allá del hecho concreto.
Desde hace tiempo venimos viendo que en las relaciones entre las distintas autonomías existen "discriminaciones" y asimetrías en la atención que se ofrece. Pacientes que tienen que ser atendidos fuera de su centro habitual o de su comunidad autónoma, ven mermada su disponibilidad por razones burocráticas (hacer recetas, petición de interconsultas...). Podíamos llegar al extremo de que la tarjeta sanitaria andaluza no sirviera en Madrid o en Cataluña y viceversa. Al foráneo, al extranjero, se le ve ajeno a "lo nuestro" y uso este paralelismo para relacionar al inmigrante irregular y al españolito fuera de su terruño autonómico. La visión localista de los derechos de los enfermos y sus necesidades, tanto desde una perspectiva local, autonómica o internacional, ha sido transmitida a la población por gestores que solamente piensan en la asignación poblacional de sus recursos, lo que provoca que todos los ajenos (nacionales o importados) molesten y sean fuente de un gasto que no está  contabilizado ni contemplado, y por ello, hay que procurar evitar.
La reforma sanitaria debe ir dirigida a garantizar un acceso igualitario y justo para todas las personas que residan en el territorio español, incluidas aquellas no reconocidas por la Administración con residencia legal. Para ello, los servicios sociales deberían evaluar a aquellos solicitantes que carezcan de recursos económicos y así se evite picarescas injustas. Eso supone reconocer y evaluar a las personas que actualmente viven en una especie de limbo o "apartheid" social y sanitario de una economía sumergida alimentada por muchos españoles que se aprovechan de ella.

No nos resignamos

Hoy 1 de Septiembre de 2012 esta bitácora está de luto ante el retroceso de nuestro Sistema Sanitario por la aplicación del Real Decreto Ley 16/2012 mediante la cual se excluye de la asistencia sanitaria no urgente a los más débiles, rompiendo la universalidad del mismo y sin plantear siquiera una alternativa clara, justa y equitativa.

Como profesionales sanitarios y personas decentes no nos resignamos e invitamos a todos los ciudadanos y gestores de bien a no cumplir esta medida injusta que además atenta contra los derechos humanos.

domingo, 26 de agosto de 2012

Las suaves colinas de Kampala (XXXIV) Desenlace

Lago en la región de Kasenda
Foto original de Vicente Baos
Comenzaba a amanecer cuando el todoterreno se desvió del camino principal para acceder a uno de los lagos más grandes de la región. Por un pequeño sendero, dejando de lado un hotel de lujo con pequeñas cabañas que se situaba en lo alto de la colina, accedieron a una playa despejada por la mano del hombre en el borde selvático. Mudos por la cinta aislante, los ojos de Twebaze y Nabulungi expresaban todo el horror del que está convencido que va a morir. Tagan y Mbazazi descendieron del vehículo y observaron los alrededores. No parecía haber nadie cerca.
El Sol asciende muy rápidamente en el Ecuador y la instauración de la luz completa se hace en pocos minutos, lo que provocaría que todos los habitantes de la zona y los trabajadores del cercano hotel se pusieran en marcha en poco tiempo. Tenían que darse prisa si querían pasar desapercibidos.
Soltaron la cadena que fijaba a los muchachos al vehículo, llevándoles al borde del agua. Tagan estaba frente a Twebaze.
-Nos has jodido bastante bien, chaval. Por tu culpa estamos aquí ahora, pensando en cómo quitarte de en medio. Tenías que haber estado quieto, hacer tu trabajo, cobrar por ello y vivir tu vida. Pero, no, tenías que meterte a "salvador". Pero ¿qué te has creído? ¿que ibas a salirte con la tuya? -Me has cabreado bastante.
Tagan cogió por el cuello a Twebaze y apretó con sus grandes manos al enflaquecido muchacho. Con la boca tapada por la cinta aislante y los brazos y piernas inmovilizados, Twebaze hizo poca resistencia y apenas se movió mientras la falta de aire acabó con su vida en pocos segundos. Aún así, Tagan siguió apretando su cuello más de dos minutos, dejándole caer al suelo desmadejado y muerto. Nabulungi respiraba rápidamente a través de su nariz y balanceaba su cuerpo ansiosamente sujeta por un brazo por Mbazazi. Tagan se dirigió hacia ella.
-Y contigo ¿qué hacemos? pequeña Nabulungi -le dijo acercando su gran cara a la de ella. Le quitó la cinta aislante de la boca al mismo tiempo que hacía el gesto de silencio con el dedo índice.
-Chsst, más te vale. Díme, ¿qué castigo te mereces? ¿quieres vivir o no? ¿quieres irte con tu amigo?
La atemorizada Nabulungi no contestaba nada y evitaba la mirada directa de Tagan.
-Bueno, lo decidiremos dentro de un rato, antes tenemos que ocuparnos de éste -dijo señalando el cuerpo de Twebaze. Sacaron plástico del todoterreno y envolvieron el cuerpo del muchacho. Introdujeron en el envoltorio varias piezas metálicas que rodearon con cinta aislante. Mbazazi se desnudó y se introdujo en el agua, arrastrando el cuerpo. A pesar del peso, éste aún flotaba. Nadó durante varios metros tirando del paquete, abrió una pequeña navaja que había sujetado con la boca y perforó varios agujeros en el envoltorio para facilitar su hundimiento. Al regresar a la orilla, preguntó:
-Ahora ¿qué?
Tagan se volvió hacia Nabulungi y le dijo:
-Eres más valiosa viva que muerta. Todavía puedes dar juego y negocio, por eso no vas a morir hoy, aunque te lo mereces. Me has dado más problemas que ningún otro chaval, chico o chica. Creo que con todo esto has aprendido que no hemos venido a jugar y que te tienes que merecer lo que tienes cada día. Sé que es duro, pero si lo aprendes podrás vivir y no mal ¿entiendes?
Nabulungi estaba tan aterrorizada que solo podía mover la cabeza afirmativamente sin articular palabra en su agitada respiración.
-Pero aún así -y debes darme las gracias por ello- tienes que pagar un precio y va a ser tu virginidad. Mbazazi rompió con la navaja las ataduras de las manos y pies y condujo a Nabulungi a los asientos posteriores del vehículo. Le quitó la ropa, despacio, sin brusquedad. Nabulungi era incapaz de hacer ningún movimiento y parecía estar a punto de desmayarse. Tagan se echó encima de ella y la penetró sin esperas. Nabulungi no emitió el menor gemido, estaba en un estado de semiinconsciencia. Al finalizar, Mbazazi ocupó su lugar. Con un trapo sucio limpiaron los genitales de Nabulungi de sangre y semen.
-Bien, ahora quietecita todo el viaje hasta Kampala -dijo Tagan mientras arrancaba el todoterreno y enfilaba el camino de salida.
Según se incorporaban a los caminos principales, la normalidad fluía alrededor. Los niños, las mujeres, los hombres camino de las plantaciones, todo parecía tranquilo y cotidiano. Con la mirada perdida, Nabulungi se sentía incapaz de pensar. Pararon en una gasolinera para comprar alimentos. Nabulungi no pudo tomar nada y a los pocos minutos cayó dormida en el asiento posterior. Tagan y Mbazazi charlaban satisfechos.
Antes de llegar a Kampala, Nabulungi se despertó. En ese momento, la carretera estaba bastante despejada y avanzaban a buena velocidad. Tras coronar una de las colinas de la ciudad, el descenso se hizo más pronunciado. Justo al tomar un cerrada curva, Nabulungi se abalanzó sobre el volante que sujetaba Tagan y lo giró bruscamente.
El paso de la vida a la muerte nadie lo conoce. Los vivos podemos imaginar lo que ocurre inmediatamente antes: el miedo, la angustia, el dolor, algo que se convierte en insoportable y finaliza bruscamente perdiendo la conciencia de ello. La no existencia, la no percepción de sensación alguna, positiva o negativa es la muerte. El sueño inducido por una anestesia, esos uno o dos segundos de percepción y abandono de las funciones cerebrales debe ser lo más parecido a la muerte. La muerte rápida o la muerte lenta inducida por un grave traumatismo no instantáneo, ambas finalizan igual. Es lo que ocurre antes lo que nos asusta.
Nabulungi murió instantáneamente. Salió despedida por el cristal anterior del vehículo y recibió un traumatismo craneoencefálico severo. No sufrió, solo sintió como volaba atravesando el cristal delantero. No pensó si lo que hacía era lo adecuado o no. Solo quiso hacerlo. Sin odio ni ira intensa. Se  había despertado y vio la oportunidad de destruir a sus captores y a sí misma.  Y lo hizo.
Tagan y Mbazazi también murieron. Lo hicieron con un cierto sentido de la justicia. Tagan se fracturó ambas piernas y fue perdiendo sangre lentamente dentro de su abdomen. Le dio tiempo a darse cuenta de que se moría, de que no iba a acudir ninguna atención sanitaria urgente que pudiera salvarle. El dolor fue muy intenso y duró lo suficiente para sentirlo con claridad. No tuvo sentimiento de rabia sino de incredulidad ante el hecho de morir por culpa de una muchacha que hubiera podido matar de un soplido.  Mbazazi se incrustó entre los cristales del frontal del vehículo. A través de múltiples cortes fue perdiendo sangre. Cuando hizo un primer intento de liberarse, el desgarro en su piel fue insoportable por lo que permaneció quieto, ensartado y sangrante. Al morir y relajar su cuerpo, el cristal penetró aún más casi seccionando su tronco.
Al vehículo fueron acercándose gente de los alrededores. Antes de que llegara la policía, cogieron los relojes, los cinturones, las carteras de los accidentados. Igualmente, hubo una pequeña pelea al encontrar un AK47 y una pistola por ver quién se la quedaba. Salieron corriendo inmediatamente después.
Sobre la ciudad, el intenso Sol inundaba de luz las suaves colinas de Kampala.

----------------- FIN -----------------

sábado, 25 de agosto de 2012

Las suaves colinas de Kampala (XXXIII) La captura

Niñas de aldea
Foto original de Vicente Baos
El Land Cruiser avanzó iluminando con potencia el irregular camino que entre colinas y lagos procedentes de antiguos volcanes llevaba hasta Kasenda. Por la noche, era necesario ir despacio para no despeñarse en alguna de las frecuentes pendientes que bordeaban la carretera. Sentado al lado de Mbabazi, Kigongo daba las instrucciones al conductor para elegir el desvío adecuado en las frecuentes bifurcaciones sin señalizar que aparecían en el recorrido. Cuando llegaron a las cercanías de la casa del tío de Kigongo, apagaron las luces y aparcaron en sentido contrario el vehículo.
-Ya hemos llegado. Espero que nos hayas traído bien hasta aquí. Si no es así, te va la vida en ello. Si todo transcurre como nosotros queremos, vivirás. ¿te ha quedado claro? -preguntó Tagan.
-Vas a ir a buscarles y nosotros esperaremos cerca. No queremos ningún ruido ni que se despierte toda la casa. No queremos hacer daño a nadie, pero si es necesario, lo haremos -le dijo mostrándole una pistola que guardaba entre la camisa y el pantalón. Mientras tanto, Mbazazi estaba sacando del maletero un AK47 de culata replegable.
-Haré lo que me digáis, aquí hay mucha gente, mujeres y niños. Por favor no hagáis daño a nadie.
-Tienes que traerles hasta la puerta. Veo que la casa está vallada, espero que no puedan salir corriendo por ningún lado. Vamos a entrar contigo y estaremos vigilando cerca. Depende de ti que nadie se entere -afirmó Tagan.
Kigongo se dirigió primero a la cabaña de los trabajadores para encontrarse con Twebaze, mientras Mbazazi y Tagan se escondían agazapados. Entró en la cabaña donde dormían unas quince personas y con una pequeña linterna encontró al agotado fugitivo.
-¡Despierta, soy Kigongo. No te asustes! -le dijo zarandeándole suavemente.
-¿Qué pasa? -respondió sobresaltado.
-Tenemos que salir de la granja cuanto antes. No es un sitio seguro. Cuando llegué a mi casa, vi un coche que no conocía en las cercanías de mi casa. Pregunté a los vecinos y me dijeron que sus ocupantes se habían interesado por mí. Enseguida me imaginé lo peor, que iban a por vosotros. Me ha entrado mucho miedo y he decidido venir. Tenéis que ir a otro lugar que no os relacione conmigo. Es peligroso para vosotros y para mi familia. Os dejaré en un cruce de carretera donde pasan autobuses para que os dirijáis a otro sitio, sin que nadie lo sepa y os puedan encontrar -mintió Kigongo con aplomo.
Cansado y adormecido, Twebaze creyó la explicación que su amigo le había dado. Vestido con la ropa prestada que le habían dejado en la granja para trabajar, metió la suya en una bolsa de plástico como único equipaje y salieron a buscar a Nabulungi en silencio. El cuarto de las sirvientas estaba dentro de la casa principal y no era tan fácil de acceder. Tagan y su acompañante vieron desde lejos la salida de Twebaze y Kigongo y esbozaron una sonrisa de satisfacción.
La ventana de la habitación donde dormía Nabulungi estaba semicerrada y cubierta por una red mosquitera. Era muy estrecha y apenas se podía distinguir su interior con la luz de la Luna de esa noche. Enfocó la linterna hacia las camas, lo que provocó que la chica que dormía más cerca se despertara.
-¿Quién eres? -preguntó, nada sobresaltada sino más bien de forma rutinaria como si los amantes nocturnos se presentaran frecuentemente de esta forma en la habitación de las chicas más jóvenes. 
-Soy Twebaze, el marido de Nabulungi, la nueva, dile por favor que se acerque -dijo Kigongo suplantando a Twebaze.
-Explícale rápido la situación y dile que debe salir cuanto antes -dijo, cambiándole el sitio a Twebaze.
Nabulungi se acercó tambaleante a la ventana. Estaba profundamente dormida en ese momento.
-¿Qué pasa? pensaba que hoy íbamos a descansar.
-Tenemos que irnos, aquí corremos peligro. Kigongo ha venido a sacarnos. Están en Fort Portal y parece que ya han relacionado a Kigongo con nosotros. Debemos huir por nuestra cuenta. Cogeremos un autobús a cualquier otro lado sin conexión con nadie. Tiene que ser ahora.
Kigongo y Twebaze rodearon el edificio y esperaron a que saliera Nabulungi. Kigongo se estaba poniendo cada vez más nervioso imaginando lo que iba a ocurrir en los próximos minutos. Cuando estaban cerca de la puerta de salida, donde supuestamente estaba esperando la moto, Tagan y Mabazazi aparecieron en completo silencio por detrás y  agarraron a Nabulungi y Twebaze tapándoles la boca. Llevándoles en volandas, caminaron rápidamente hacia el vehículo con el portón trasero levantado. Con movimientos precisos y permitiendo pequeños gemidos como único sonido audible, fijaron con cinta aislante las bocas, las manos y los pies de los cautivos. La sorpresa, el agotamiento, el desmoronamiento de sus expectativas de huida habían provocado que su capacidad de reacción fuera mínima. Bien sujetos, Tagan pasó una cadena alrededor del cuello de los dos muchachos, fijándola a un enganche lateral con un candado. Quería tener un viaje tranquilo.
Kigongo, mientras tanto, había asistido estupefacto a la demostración de violencia y rapidez de Tagan y su compinche, permaneciendo parado, inmóvil. Al finalizar la sujeción de los prisioneros, Tagan se volvió hacia Kigongo.
-Has hecho bien tu trabajo y has salvado tu vida. De todo esto, no sabes nada. Tú has estado durmiendo toda la noche en tu casa de Fort Portal. Aquí no ha venido nadie. Ellos han huido en mitad de la noche. Nadie sabe dónde han podido huir. Prefirieron la seguridad de seguir huyendo a estar en esta granja. ¿Lo has entendido? -Cualquier otra explicación te costará la vida -finalizó dándose la vuelta e introduciéndose en el todoterreno.
Kigongo vio alejarse a poca velocidad el vehículo para hacer el menor ruido posible. Sus ojos se llenaron de lágrimas por haber salvado su vida y por haber condenado la de su amigo y esa pobre chica. A su mente volvieron imágenes de Twebaze y él cuando eran niños y compartían miedos e incertidumbres. Se sentía muy mal. Sin esperarlo, un recuerdo acudió a su cabeza. Un profesor, no especialmente cruel, les había dicho un día en su clase: "Vosotros estabais muertos antes de venir aquí. Habéis tenido mucha suerte. La mayoría de los chicos de vuestra condición ya están podridos o tirados en la calle. Por ello, vivir y seguir adelante es lo más importante para vosotros. Tenéis que aprender a ser duros y exigentes. Os va la vida en ello". Pensar en la propia vida y no meterse en líos, era una buena idea para consolarse.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Las suaves colinas de Kampala (XXXII) Sin tregua

Aprovechando el plástico
Foto original de Vicente Baos
Las sirvientas de la casa no paraban de hacer preguntas a Nabulungi sobre su historia de amor. Rápidamente, los motivos de su huida habían transcendido por el entorno. Nabulungi no tenía la menor experiencia amorosa. Ningún hombre o muchacho de su edad se había acercado con otra intención diferente que la de abusar de ella. Tenía mucha experiencia en huir y evitar a los hombres, pero ninguna sobre recibir una palabra amorosa, aunque fuera falsa y solo el preludio de una violación. Twebaze había sido el primer hombre en el que había confiado. Siempre había actuado de forma solícita y ella estaba lo suficientemente desesperada como para verse obligada a seguir sus indicaciones. Ahora lo veía como un compañero que le ayudaba más de lo que ninguna persona, hombre o mujer, la habían ayudado ¿así se empezaba a querer a un hombre? Las respuestas que daba sobre su amor perseguido eran ambiguas y no satisfacían la curiosidad de las sirvientas. La dejaron pronto en paz.
Twebaze se incorporó a las tareas del campo. Era un chico curtido en la vida urbana pero nunca había usado una panga. Al poco tiempo, su mano empezó a sentir el efecto abrasador de la fricción del mango de madera. Tras cortar maíz más de una hora, su mano empezaba a despellejarse. Un curtido campesino que vio sus inexpertas habilidades le cubrió con cinta aislante toda la superficie de apoyo. "Te dolerá al quitártelo pero te evitará que se te abran heridas. Mañana póntelo antes de venir -le dijo pasándole la gruesa cinta gris.
Al final del día, tras la cena, Twebaze y Nabulungi pudieron encontrarse un rato.
-Tenemos que quedarnos aquí un tiempo para ver cuál puede ser nuestra próxima salida. Será duro, pero no podemos ir dando vueltas, sin dinero y sin apoyos -dijo Twebaze.
-No lo sé. Tengo la impresión de que nos encontrarán si nos quedamos aquí mucho tiempo.
-No hay otra opción por ahora. Quizá me podría enterar si hay alguna institución religiosa en las cercanías que nos pueda ayudar a salir del país. Hoy no podemos hacer más. Intenta descansar e iremos viendo los próximos días si se nos ocurre algo -concretó Twebaze.
Cuando la amenaza es tan cierta, el deseo de relajarse y acomodarse es una tarea imposible. 
Kigongo volvió a su casa a la hora habitual, cuando la oscuridad empezaba a ser densa en una ciudad mal iluminada. Entumecidos por la cantidad de horas que habían pasado en el vehículo, Tagan y Mbazazi se dirigieron a toda velocidad hacia el chico que abría el portón de la casa empujando el boda-boda. Si ésa era la casa y un chico con moto entraba, ése debía ser Kigongo. El primer empujón le tiró al suelo, mientras cerraban el portón para evitar testigos. La bofetada fue suave, Tagan quería ponerle en circunstancia, no noquearle a la primera.
-Tú eres Kigongo ¿verdad?
-Sí -respondió asustado y viendo claramente lo que estaba ocurriendo.
-Por tu cara creo que entiendes quiénes somos y qué hemos venido a buscar, ¿dónde están Nabulungi y Twebaze? - dímelo y te ahorrarás muchos problemas.
Kigongo había tenido también una infancia de orfanato y supervivencia. Nunca había sido un combatiente,  siempre había buscado la complicidad y la amistad para conseguir sus objetivos. El enfrentamiento no había sido nunca su arma. Caer bien era su estrategia.
-Bien, ¡no me hagáis daño! Os lo diré. Tenía que ayudarles. No tenía otra opción. Pero yo no he querido tener problemas -dijo en tono suplicante. Están en la finca de un familiar, trabajando, hemos ido esta mañana y allí se han quedado.
Tagan se sorprendió de lo fácil que había sido sacar la información. Este chico le parecía un gusano miserable, un cobarde sin compromiso, un amigo de mentira. Respetaba más a los huidos por su valor. Le dio a Kigongo un terrible puñetazo en la cara, frontal, directo, que fracturó su nariz y los incisivos superiores. Se quedó con las ganas de seguir golpeándolo, pero le quería espabilado para que les guiara hasta el escondite de sus presas.
-Lávate la cara y mantén los ojos bien abiertos. Nos vamos ahora mismo a buscar a tus "amigos" -le ordenó mientras le arrastraba al grifo de agua que estaba en el patio de la casa.

domingo, 19 de agosto de 2012

Las suaves colinas de Kampala (XXXI) El amor perseguido

En el camino
Foto original de Vicente Baos
Kigongo despertó a los agotados fugitivos antes del amanecer.
-Debemos irnos pronto. Yo tengo que volver para trabajar en la ciudad y Kasenda está a más de una hora de aquí. -¿Tienes algo de dinero para la gasolina? -preguntó.
Montaron los tres en el boda-boda y se dirigieron hacia los lagos de Kasenda. A través de un camino de tierra rojiza y ocre claro, rodeado de pequeñas cabañas y gente caminando por sus bordes, fueron avanzando. La vida en África comienza al amanecer, cada uno en su tarea: mujeres cargadas con pesados fardos, niños hacia su escuela, hombres armados de su panga en dirección a los cultivos de matoke o maíz. A primera hora de la mañana, la temperatura es muy agradable y recorrer los caminos a lomos del cómodo asiento de la moto era relajante.
Llegaron a la casa del terrateniente cuando el Sol ya era intenso y había que protegerse de sus efectos. Kigongo presentó a la pareja:
-Mis respetos kojja. Quería solicitar tu ayuda para mi amigo y su esposa. Por determinadas circunstancias han tenido que abandonar Kampala y me han pedido que les ayude a encontrar un lugar para vivir durante un tiempo. He pensado que te puede venir bien otro trabajador en tus campos.
El tío de Kigongo receló de las palabras de su sobrino y preguntó directamente a Twebaze y Nabulungi por qué habían tenido que salir de Kampala.
-La realidad es que el padre de Nabulungi era reacio a nuestro amor. Por eso le pegó una paliza, mire como tiene la cara -aseveró con seguridad Twebaze. Por eso hemos tenido que huir. Nuestra intención es casarnos en la Iglesia, pero los más importante fue huir y preservar nuestro amor lejos de su brutal padre.
Nabulungi miraba de reojo intentando disimular. Bajo la cabeza avergonzada y se limitó a moverla dando la razón a Twebaze.
-Bien...no me gusta recoger fugitivos de nada, aunque sea por el amor, pero veo a la chica muy afectada y esos golpes debieron doler... Está bien, podéis quedaros un tiempo, no más de un mes. Después seguiréis vuestro camino y ojalá encontréis la felicidad -dijo.
Les acompañó a los barracones que servían de alojamiento a los trabajadores. Allí se quedó Twebaze. Nabulungi fue llevada a la zona de sirvientas que preparaban la comida y lavaban la ropa de la numerosa familia del dueño.
Kigongo se despidió de ambos y dejó apuntado su teléfono móvil por si necesitaban algo. Satisfecho consigo mismo y a la vez aliviado, emprendió el camino de regreso a Fort Portal. 
Con la información del Padre Roger, Tagan y Mbazazi había conseguido poner a Kigongo el primero en la lista de los posibles ayudantes de la pareja huida. Con un Toyota Land Cruiser nuevo tardarían pocas horas en llegar a Fort Portal. Había que moverse con celeridad. Tagan estaba muy tenso y quería zanjar este asunto lo antes posible. Si la pista era mala, deberían comenzar de nuevo a investigar y los jefes podrían empezar a hacer preguntas. Tagan quería explicar hechos y no conjeturas, sabiendo que este incidente, aunque lo resolviera, tendría consecuencias negativas para él. Había perdido autoridad.
Preguntando en las calles, dieron con la casa de Kigongo mucho antes de lo que habían pensado. Refrigerados por el aire acondicionado del todoterreno y oyendo la música del Doctor Chameleone esperaron a que llegara.

sábado, 18 de agosto de 2012

Relatos de verano: En la playa

Familia y playa
Foto original de Vicente Baos
José llevaba muchos años veraneando en el mismo lugar, una estupenda playa familiar de la costa levantina. Lo bueno de la repetitividad son las rutinas que se generan: hacer lo mismo todos los días de las vacaciones produce relajación e insistir un año tras otro en las mismas actividades, en vez de generar inquietud, produce bienestar. Bueno, eso para algunas personas, se puede entender que para otras no, para eso están los viajes "a la aventura" o los "organizados", eso sí, a un lugar diferente cada vez ¡Menuda pereza!
Y lo que más amaba de sus días playeros era la posibilidad de estar horas y horas, por la mañana muy pronto y por la tarde hasta muy tarde, en la terraza del bar Capellino. Es decir, las horas en que el calor y el solazo permitían estar en su terraza. Los camareros atendían solícitos al fiel cliente y le reservaban la misma mesa cada día.
Armado de varios libros, por aquello de ir cambiando de temática, devoraba cafés, bollería y cocas valencianas, siguiendo por la tarde con más cafés y botellas de agua, finalizando el día con hermosos bocadillos llenos de ingredientes de fantasía. Estupendas vacaciones para ganar 5 kilos en 15 días. Hay que reconocer que también nadaba algo y que se echaba una soporífera siesta al sudor húmedo sin aire acondicionado.
En los últimos años había incorporado las últimas novedades tecnológicas. Armado con su MacBookAir y conectado a la wifi del establecimiento, estaba totalmente informado al minuto de las novedades por Twitter y su correo electrónico. Con un ojo leía (libros de papel) y con el otro veía las novedades en su timeline. 
Un día, un anciano que pasaba por allí, se le acercó:
-Buenos días, disculpe usted. Me he fijado en su presencia durante los últimos años. Yo también veraneo aquí desde hace mucho tiempo y siempre le veo aquí sentado leyendo. ¿Es usted un escritor o alguien "intelectual"? -preguntó educadamente.
-No...bueno -titubeó sorprendido. Solamente me gusta estar aquí sentado leyendo.
-Sí, claro. La lectura es muy buena, pero su familia le debe echar de menos, sus hijos jugando en la playa, dando paseos al atardecer, ir al cine de verano e incluso ir a bailar.
-Eso está bien, pero a mí lo que me gusta es estar aquí sentado leyendo y conectado al ordenador - respondió.
-Se está usted perdiendo muchas cosas. Además le veo cada vez más gordo y con las piernas un poco hinchadas. Seguro que está usted tomando pastillas para la tensión o el azúcar -afirmó el enjuto anciano.
De forma amable, el inquisitivo visitante se despidió con un: ¡qué tenga usted suerte!
Al día siguiente, se despertó reflexionando sobre la conversación del día anterior. ¿Y si tenía razón el anciano? Salió a la playa y comenzó a caminar descalzo por las arenas húmedas y no paró hasta casi una hora después. Tomó un café en casa y para sorpresa de su esposa e hijos, bajó a la playa a jugar al voleibol, jugueteó con las olas, paseó con su esposa e invitó a un refresco a toda la familia antes de ir a comer. Tras la siesta, buscó un restaurante para ir a cenar por la noche y dio con su esposa una larga caminata por el Paseo Marítimo. Por la noche, tenía las piernas cargadas pero satisfechas. ¡Había sido un buen día!
Se prometió asimismo seguir esa senda el resto de las vacaciones.
A las 2 de la mañana se sobresaltó con una inquietud especial. Con cuidado para no despertar a nadie, encendió el ordenador y se puso a revisar ansiosamente los 200 mensajes de Twitter que no había leído.
Moraleja: querido lector: "tú verás lo que estás haciendo con tu vida"

viernes, 17 de agosto de 2012

Relatos de verano: El niño delfín

Baño vigilado. Playa de Saint Malo (Francia)
Foto original de Vicente Baos
Cada mañana el mismo ritual.
-Luisito, ¡ven aquí! que te tengo que dar la crema -decía mi preocupada madre.
-No, espera que estoy jugando -contestaba yo haciéndome el remolón.
-Que te he dicho que vengas ya, que hay que bajar a la playa y luego me tengo que subir para hacer la comida y no me da tiempo -decía mi madre mientras mi padre se esfumaba por las esquinas de la casa para que no le implicaran en ninguna tarea más allá de bajar la sombrilla, las sillas plegables, el capazo con la muda, los libros, el periódico y el monedero para  tomar luego el aperitivo en el chiringuito.
-Bueno, voy -admitía al fin.
Despojado de toda ropa, comenzaba el vigoroso masaje que me daba mi madre con la crema protectora más potente del mundo, una especie de máscara blanquecina que untuosamente se aplicaba con energía. De arriba a abajo.
-Cierra los ojos -me decía extendiendo contra mi cara la pringosa crema. Estira los brazos !estáte quieto¡. Después me quedaba con el bañador solamente y los brazos separados del cuerpo, dado que cualquier contacto podía ser repelente.
Ese día, la bandera en la playa lucía amarilla y los chicos de la Cruz Roja vigilaban con su salvavidas colorado y su walkie-talkie enfundado. De manera entusiasta, como siempre, me introduje en el mar de un salto y buceando avancé hacia el interior. Enseguida me di cuenta que la resaca era mayor que otros días y que no me era fácil nadar hacia la orilla. La chica de la Cruz Roja lo vio con claridad. Llamó a su compañero y los dos se lanzaron a buscarme al agua, mientras a lo lejos veía a mi padre y a mi madre dando voces de auxilio y llamándome por mi nombre como si eso pudiera hacerme cambiar el rumbo de mis esfuerzos. Cuando llegaron a mi lado, yo ya había ingerido unos buenos tragos de agua salada y braceaba desordenadamente. "Me voy a ahogar" pensé con claridad y calma. La guapa chica de la Cruz Roja fue la primera en agarrarme, sin embargo, me escurría fácilmente entre su mano. Soltó el salvavidas y me quiso coger con las dos manos, también me escurría, tragando de nuevo una importante cantidad de agua. Llegó su compañero, no mucho más fuerte que ella y le pasó lo mismo. Me deslizaba con suavidad entre sus manos. La propiedad water resistant de la crema era poderosa. Era como una anguila escurridiza que se deslizaba entre las manos de mis salvadores. 
Viendo mi final, me abandoné sin angustia y comencé a verme como un suave delfín sorteando la superficie y la profundidad del mar. Brincando entre las olas y sacando la cabeza del agua para saludar con sonrisa y aleteo de delfín. Sin embargo, el agua salada que ya inundaba mi boca empezaba a oprimir mi pecho......
Desperté sobresaltado de un grito. Mis padres acudieron a mi lado rápidamente. Yo solamente repetía: "no me des más crema, no me des más crema..."